Más allá del gluten: los desafíos sociales y económicos que deben atravesar las personas con celiaquía

Pan. Foto: Unsplash

Ser “diferente” en un mundo donde se persigue la “homogeneidad” puede ser un verdadero desafío. Todos seguimos las mismas modas, tenemos los mismos celulares, escuchamos a determinados artistas y, por lo general, seguimos las mismas tendencias con respecto a las formas de alimentarnos: asado, pasta, hamburguesa y pizza; pareciera que en el "mundo alimenticio” no hay lugar para la diversidad.

La celiaquía es una condición autoinmune crónica desencadenada por la ingesta de gluten. Si bien muchos pueden disfrutar libremente de alimentos cotidianos como el pan o la pasta, para quienes son celíacos estas elecciones pueden llevarlos a enfrentar síntomas y dolores dañinos para su salud.

La celiaquía es una enfermedad autoinmune crónica. Foto: Unsplash

Este modo de alimentarse, que escapa de la “normalidad”, implica un gran esfuerzo y requiere de un cambio de paradigma con respecto a la forma en la que se experimenta la alimentación en la actualidad.

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Trigo, avena, cebada y centeno: en qué consiste esta enfermedad

Se trata de una enfermedad que afecta al intestino delgado, más precisamente a las vellosidades, que son como pequeños pelitos que se encargan de la absorción de nutrientes. Según Agostina Astezano (MN 1838/1), “este daño en las vellosidades es producido por la ingesta de alimentos con gluten”. Este componente, causante de los malestares, se encuentra en el trigo, el centeno, la cebada y la avena.

La avena tiene gluten. Foto: Unsplash

¿Cómo saber si soy celíaco? Todo depende del organismo de cada persona. Muchos son asintomáticos y no saben de la enfermedad, mientras que otros presentan malestares gastrointestinales constantes como inflamación, diarrea, dolor abdominal, gases, estreñimiento, disminución de apetito, intolerancia a la lactosa, náuseas, vómitos o pérdidas abruptas de peso.

Además, existe otra sintomatología como “pérdida de cabello, fatiga, ansiedad, depresión, falta de menstruación, calambres musculares, retraso de la pubertad, pérdida muscular”, enumera la especialista.

Muchas personas celíacas sufren de ansiedad. Foto: Unsplash

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Un cambio de 360°

Muchas personas nacen con esta alteración y, por ende, su vida se va estructurando a partir de esto. Pero, quienes descubrieron esta enfermedad a lo largo de los años, deben realizar un cambio de hábitos que puede llegar a ser más costoso, ya que requiere dejar a un lado todo lo conocido para ingresar a un mundo de sabores totalmente nuevo para el paladar.

Como lo sintetiza Astezano, “la alimentación es el tratamiento por excelencia y que se deben realizar de por vida”. El paciente debe consumir aquellos alimentos que contengan el sello “libre de gluten”, el cual asegura la inocuidad del mismo.

Sin embargo, no se deben descuidar otras esferas de la vida cotidiana. Hay que tener cuidado con los “medicamentos o cremas, maquillaje y dentífricos ya que estos pueden contener gluten”.

Algunos medicamentos pueden contener gluten. Foto: Unsplash.

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Alimentos contaminados, el principal enemigo de los celíacos

Las personas con enfermedad celíaca deben ser cuidadosas con los alimentos comprados a granel, comúnmente llamados “sueltos”, “ya que puede haber contaminación cruzada”. Además, se debe tener especial precaución con los utensilios de comidas. “Una persona con celiaquía no puede hervir su arroz en la misma olla en la que se hirvieron fideos comunes”, sostiene la especialista.

El orden dentro del hogar tiene un rol importante, ya que previene malestares a futuro. “Todos los productos de las personas celíacas deben estar aparte de los que contienen gluten, al igual que en la heladera, evitando así que, por ejemplo, una miga de pan rallado de una milanesa caiga sobre un bife y lo contamine”, advierte.

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Una enfermedad solo para “adinerados”

La Ley N° 27.196 define la cobertura que deben brindar las obras sociales y prepagas en concepto de alimentos "Sin TACC" y establece las adecuaciones que deberán realizar las instituciones y establecimientos para poder ofrecer un Menú Libre de Gluten seguro.

Si bien esta ley pretende “regular los precios”, la realidad refleja las dificultades de su cumplimiento. “Al día de hoy, siguen siendo pocas las opciones disponibles en los supermercados libres de gluten y las mismas, son carísimas”, manifiesta Agostina.

Hay pocas opciones de alimentos sin gluten. Foto: Unsplash

La mayor disponibilidad de alimentos aptos celíacos se ve en los grandes supermercados de cadena o en dietéticas, “pero la celiaquía no es una cuestión de clase”, es una enfermedad y todos deberían tener el mismo derecho a acceder a ellos. Tal como lo explica la nutricionista, “las personas con menos poder adquisitivo o del interior del país se ven obligados a producir todo lo que consumen por la poca disponibilidad o los precios elevados de los mismos”.

Si bien hay una mayor toma de conciencia hacía esta enfermedad, que afecta a 1 de cada 167 argentinos, es importante seguir informándose y ampliar las opciones alimenticias que se encuentran vigentes para brindarles una mayor calidad de vida a aquellas personas que, aunque tengan esta enfermedad, siguen siendo igual que nosotros.