El binomio sale a las aguas de Enoshima en la Clase Nacra 17 luego de un intenso proceso olímpico con horas y horas de navegación. En un mano a mano con Diario 26, el triple medallista habló acerca de sus expectativas, su increíble vigencia y lo que significa representar al país en un evento de esta magnitud.
Juegos Olímpicos Tokio 2020 - Santiago Lange y Cecilia Carranza - Vela
En un deporte con mucha historia en nuestro país, Santiago Lange y Cecilia Carranza marcaron a fuego sus nombres en los libros del olimpismo con su medalla de oro en Río 2016.
A horas de portar la bandera de nuestro país en la ceremonia inaugural de los Juegos Olímpicos de Tokio 2020, el triple medallista habló mano a mano con Diario 26 acerca de su historia y lo que se viene en esta nueva oportunidad olímpica.
En un evento marcado por la pandemia, el también arquitecto naval contó sus sensaciones, primero con la suspensión y ahora, con la cercanía al inicio: “No sentí ansiedad. Cuando decidieron postergarlos, sí fue un golpe especial y una sorpresa porque la verdad hubiera preferido que se hicieran en el 2020. Pero había que aceptar las nuevas reglas del juego y seguir adelante. Decidimos mantener el ritmo al máximo y no tuvimos mucho tiempo para generar ansiedad. Estuvimos desde junio del año pasado de gira, trabajando como se hace para la última recta de cara a los Juegos. Ahora tampoco hay ansiedad: es el momento que todos esperamos, cuando empezas a hacer cuentas en tu cabeza y notas todo lo que entrenamos, con 200 o 250 días del año navegando. En este caso, tenemos la intriga de no saber dónde estamos parados porque hay muchos rivales que no vemos hace muchísimo tiempo pero es el momento más esperado y lo estamos disfrutando muchísimo”.
En un deporte tan variable, el COVID-19 imposibilitó a la dupla que representará al país en la Clase Nacra 17 a conocer al máximo la cancha donde se competirá, algo que realizaban en cada Juego. Así remarca la importancia el deportista de 59 años: “El mar para nosotros es un cambio mucho mayor que para un tenista variar de polvo de ladrillo a césped. La puesta a punto que usamos en el barco, el material que elegimos, todo depende de las condiciones. El hecho de haber tenido sólo ocho días para navegar en Japón los hacen muy especial. Para nosotros, fue un golpe duro en los cimientos de nuestra metodología porque normalmente, desde el año 1996, somos de los países que con mayor anticipación prepara el torneo. Estuvimos siete meses en Atenas, siete meses en Beijing, nueve meses en Río. Era una de nuestras características pero es un nuevo desafío y hay que verle el lado positivo: va a ser diferente, hay que ser creativos y utilizar la experiencia a nuestro favor”.
En una disciplina con mucha estrategia y donde una mala maniobra puede cambiar el rumbo de la competencia, el múltiple ganador de los prestigiosos Olimpia de Plata remarca la importancia de las vivencias a la hora de competir y asegura que no influye el éxito en tierras cariocas: “Cuenta la experiencia en general. En concreto, la medalla no suma nada a la hora de volver a competir desde el momento en el que sos campeón olímpico e igualmente tenes que clasificar a tu país al próximo Juego. Hay que ser el mejor de Argentina para poder estar, por lo que desde el punto de vista real, no suma nada. Pero sí influye la experiencia, tanto la de Ceci y la mía, como la del equipo. Daniel Espina, nuestro profesor de yoga, trabaja conmigo desde el año ’93 y tiene cinco Juegos Olímpicos y cinco medallas; Mariano Parada vino conmigo a Sydney 2000, fue nuestro entrenador en Río y es nuestro preparador ahora; Juan De la Fuente tiene dos medallas…La verdad que si hay algo que me da mucha confianza es el equipo que tenemos. Sabemos que, con todo lo que pasó en este proceso, estamos al lado de un equipazo y eso me da la tranquilidad de tenerlos de nuestro lado y no como rivales”.
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Uno de los secretos del éxito se basa en la parte mental y en sus actividades extradeportivas, las cuales hoy son recomendadas y utilizadas por muchos atletas a nivel mundial: “Son metodologías y sistemas que fuimos creando a lo largo de los años. Con mucha humildad pero con mucho orgullo puedo decir que trabajamos con Dani (Espina) desde el año ’93, haciendo visualización, utilizando las herramientas del yoga para el alto rendimiento y hoy, al leer cualquier libro de psicología deportiva, notas que usan las mismas herramientas. Creo que, a nivel mundial y en diferentes deportes, hemos sido unos de los pioneros en el uso de las herramientas del yoga para el alto rendimiento y, sin lugar a dudas, es algo fundamental para nuestro equipo”.
En Atenas 2004, Santiago Lange se colgó el bronce en la Clase Tornado, logro que repitió en China en el 2008. En el 2015, la vida lo enfrentó ante un cáncer de pulmón y debieron extirparle el 80% del pulmón izquierdo. Contra todos los pronósticos, al año siguiente se quedó con la medalla de oro en Río y hoy, a 17 años de su primera gran victoria en la tierra donde se iniciaron los Juegos, vuelve a dar el presente y sueña con volver a dar el golpe: “Si tuviese que decir algo que me identifica en mi carrera deportiva es la vigencia, mucho más que el talento o los resultados. Siento un gran amor por lo que hago y supe tomar la decisión de sacarme los paradigmas que uno compite hasta una determinada edad, o que ahora es una etapa en la cual tengo que hacer determinadas cosas. Es algo que siento, hasta yo mismo me sorprendo con las ganas con las que hemos trabajado durante este año, yéndonos de Buenos Aires en junio y sólo volviendo para Navidad y no parar ni un día de entrenar. Las calenturas que me agarro cuando no rendimos es algo que todavía me sorprende. Tengo las mismas ganas o más que cuando tenía 25 años”.
Una vida con tantos eventos fuertes merecían ser contados en un libro. Así, Lange publicó "Viento. La travesía de mi vida" en un repaso de su vida en la que pudo mirar por el espejo retrovisor y conocer sensaciones que lo marcaron, muchas ligadas a las personas más cercanas: “De repente me encontré descubriendo muy bien a mi papá, porque me di cuenta que mis hermanos habían sentido otra cosa por él de lo yo había sentido y he llegado a conclusiones muy fuertes con ellos de lo que fue mi viejo en mi vida. También en otras historias con amigos, con los cuales he podido hablar cosas que no había expresado nunca. Fue lindo retomar el tema y cerrarlo porque, en las vivencias, muchas veces uno tiene una visión y tus hijos, tu familia o tus amigos tienen otras y, si no se habla, uno sólo se queda con una parte de la historia. Es lindo hacer el ejercicio de conocer cuál fue la verdadera. Me sorprendió mucho y me invitó a escribir, que es un ejercicio muy interesante para recordar el pasado”.
Argentina cuenta con grandes deportistas en la delegación que viajó a la capital del gigante asiático pero la bandera será portada por Lange y Carranza. Así lo vive Santiago a horas de seguir sumando millas en una historia llena de éxitos: “Es un orgullo tremendo. La admiración que tenemos por todos los deportistas argentinos que están en la delegación, sin importar si hayan ganado una medalla o no o que sean famosos o no, hace que llevar la bandera, representando a todos ellos, sea un orgullo tremendo”.
A la hora de hablar de objetivos de cara al evento que se realiza en la capital de Japón, el también ganador de medallas en diferentes Mundiales en las distintas disciplinas de vela habla desde su experiencia y es claro: “Son Juegos muy especiales. Por mencionar un ejemplo, con los australianos, que fueron plata en Río, no competimos desde febrero del 2020. La última competencia internacional que hicimos fue en septiembre del año pasado por lo que se nos hace muy difícil pronosticar un resultado. No sabemos si alguna pareja evolucionó mucho, o si se encontraron técnicas nuevas ante el cambio de la categoría, en la que nos pusieron otra manera de navegar. Pero nuestro sueño y nuestra ambición es estar dentro de los equipos favoritos y con posibilidades de ganar una medalla, que creo que lo estamos”.
Para cerrar una riquísima charla con uno de los grandes referentes de nuestro deporte, el padre de Yago, Theo, Borja y Klaus, y el abuelo de Silvestre relata lo que significa representar al país en un evento de esta magnitud: “Es lo máximo. Por alguna razón, desde muy chico, mi papá me educó para tener un enorme respeto por las instituciones y por la bandera. Eso hace que lo sienta: ir a una ceremonia de apertura y ver con izan tu bandera es un orgullo tremendo, una enorme responsabilidad porque realmente sentís que sos un embajador de tu país. Todo eso lo hace súper especial, algo muy lindo y un gran privilegio”.
Por Matías Greisert
Tw: @MatíasGreisert
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