Entrevista exclusiva de Diario 26 a Marcelo Rodríguez, presidente de la Unión Argentina de Rugby y flamante mandatario de la Sanzaar.
Los Pumas, Tri Nation 2020. Foto: NA.
La pandemia del coronavirus fue un duro revés para el rugby argentino. Fue un viento que derribó el castillo de naipes que la Unión Argentina de Rugby venía construyendo desde hace varios años y que obligó a los dirigentes a barajar de nuevo las cartas y volver a empezar. Y si hay algo que saben los que se desempeñan en este deporte a nivel nacional es a no bajar los brazos ante la adversidad.
Es así que luego de un 2020 que prometía mucho y terminó con casi todo, como la disolución de Jaguares y la imposibilidad de seguir compitiendo en el Súper Rugby -el torneo de equipo más importante del hemisferio sur-, el rugby albiceleste apunta sus cañones al 2021 para resurgir de las cenizas como el ave Fénix.
Claro que la tarea no será para nada fácil. A la Unión no solo le afectó la temprana despedida de la franquicia, que en apenas cuatro años consiguió llegar a una final y que ilusionaba de cara al futuro. Con ella se fueron miles y miles de dólares en sponsors, televisación, infraestructura y, lo que es más importante, la materia prima: sus jugadores.
Marcelo Rodríguez, presidente de la UAR y Sanzaar.
Así lo reconoció el propio Marcelo Rodríguez, presidente de la Unión y flamante mandatario de la Sanzaar, en diálogo con Diario 26 : “Tenemos que reconocer que el escenario actual era impensado en enero de 2020 pero, a pesar de ese contexto caracterizado por una pandemia que golpeó al mundo entero, el cierre de los torneos y de la franquicia se hizo de manera ordenada y muy profesional, con la esperanza de que en algún momento se pueda retomar esa competencia o una similar. La crisis puso de manifiesto el alto compromiso y vocación de salir delante de manera conjunta de todas las partes involucradas. Nos cambió la vida en un montón de aspectos y los viajes son uno de ellos, por lo tanto, tener un torneo donde hay franquicias de cuatro países viajando constantemente por el mundo, era insostenible. Fueron cinco años brillantes de Súper Rugby a nivel desarrollo y crecimiento, ahora viene un nuevo desafío para el cual venimos trabajando desde hace tiempo: desarrollar y consolidar el rugby a nivel nacional y regional”.
Si se tienen en cuenta los 41 nombres que había elegido el ex head coach de Jaguares Gonzalo Quesada -hoy cabeza del Stade Français de París-, más de la mitad decidieron ponerle fin a su contrato con la UAR para continuar su carrera en el exterior. Algo lógico si se tiene en cuenta los más de siete meses que estuvieron parados durante la cuarentena, las mejores opciones económicas que ofrecen Europa, Norte América u otras uniones de la Sanzaar y, sobre todo, por la incertidumbre de no saber cuándo podrían volver a la actividad si seguían perteneciendo al sistema.
En total son 25 jugadores los que ya se despidieron en el último tiempo: Matías Alemanno (Gloucester), Agustín Creevy (London Irish), Marcos Kremer (Stade Français), Tomás Lezana (Western Force), Santiago Medrano (Western Force), Julián Montoya (Leicester Tigers), Guido Petti (Bordeaux Begles), Nahuel Tetaz (Bristol Bears), Emiliano Boffelli (Racing 92), Tomás Cubelli (Western Force), Jerónimo De la Fuente (Perpignan), Matías Orlando (Newcastle Falcons), Bautista Delguy (Bordeaux Begles), Joaquín Diaz Bonilla (Leicester Tigers), Domingo Miotti (Western Force), Matías Moroni (Leicester Tigers), Santiago Grondona (Newcastle Falcons), Santiago Carreras (Gloucester), Mateo Carreras (Newcastle Falcons), Juan Cruz Mallía (Stade Toulousain), Lucas Mensa (Valence Romans), Lucas Paulos (Brive), Rodrigo Bruni (Vannes) Lucio Sordoni (Melbourne Rebels) e Ignacio Calas (Melbourne Rebels). Aunque claro, este número podría ser aún mayor en los próximos días, se podría sumar por ejemplo Santiago Chocobares que está bajo el radar de los Blues de Nueva Zelanda o el caso del medioscrum Gonzalo Bertranou que manifestó sus intenciones de jugar afuera.
Estas bajas recientes en la UAR se le sumaron a las ya conocidas salidas de quienes partieron a Europa antes del inicio de la temporada 2020 de Jaguares: Pablo Matera (Stade Francais), Ramiro Moyano (Toulon), Tomás Lavanini (Leicester), Martín Landajo (Harlequins), Enrique Pieretto (Exeter) y Santiago García Botta (Harlequins).
Jaguares jugó cuatro temporadas en el Súper Rugby y en llegó 2019 llegó a la final.
“El plantel que teníamos se sostenía fundamentalmente de los ingresos del Súper Rugby y si queríamos preservarlos era poner en riesgo el rugby de base de la Argentina. No era sustentable ni sostenible. Fuimos muy transparentes con los jugadores, lo entendieron como una nueva posibilidad deportiva y económica y todos van a llegar con rodaje internacional de primer nivel a la segunda parte del año, cuando haya una convocatoria de Los Pumas. Por eso, no se puede negar que cambió el escenario mucho, pero esto también genera que surjan nuevas oportunidades”, explicó Rodríguez sobre este éxodo de jugadores.
De esta manera, con un plantel casi desmantelado por completo, con la gran mayoría de los profesionales que se desempeñan en Los Pumas jugando afuera, y la interrupción de un plan que la UAR venía desarrollando desde 2008, la incertidumbre acerca de qué pasará con el rugby profesional local y cómo esto afectaría al seleccionado nacional se apoderó de los fanáticos del deporte. Sin embargo, afortunadamente, con el correr de los días parece que estas dudas ya tienen sus respectivas respuestas.
La Unión rápidamente comenzó a trabajar en cómo seguir impulsando el rugby de alto rendimiento en el país, de moldearse a los jugadores y las competiciones que le quedaron a su alcance. Una de las primeras medidas que se tomó es reacomodar los equipos, ya sin Jaguares pero sí con Jaguares XV, aquel conjunto alternativo que se creó para disputar la Currie Cup de Sudáfrica en 2019 y que tomará el lugar de Ceibos, el equipo argentino que fue inscripto en la Superliga Américana. Ese será el escenario que tendrá la UAR para seguir trabajando en pos de potenciar el rugby nacional.
“Hay una posibilidad de tener un equipo en la Currie Cup, si la pandemia lo permite. Igualmente estamos buscando otras posibilidades de insertar un equipo en una competencia profesional”, le anticipó Gabriel Travaglini, vicepresidente de UAR, a este medio sobre las chances de sumarle más competencias a los jugadores que pertenecen a la Unión.
También contará con una estructura profesional que se mantiene vigente, como la Casa Jaguares (flamante predio de entrenamiento adquirido a fines de 2019 que presenta todas las comodidades para que los jugadores se desarrollen allí y un grupo de profesionales capacitados para acompañar a todo deportista que permanezca bajo la órbita de la UAR.
En síntesis, la institución que organiza el rugby a nivel nacional en Argentina pasará de tener tres equipos profesionales a uno solo, algo que no es lo ideal pero que le permite seguir con su estructura profesional. Los jugadores que siguen con contratos vigentes pasarán a quedar bajo las órdenes de Juan Ignacio Fernández Lobbe, ex entrenador de Ceibos y el elegido para relanzar el futuro de Jaguares XV en la SLAR, certamen en el que competirá con otros cinco franquicias como Peñarol (Uruguay), Cafeteros Pro (Coombia), Selknam (Chile), Olimpia (Paraguay) y Corinthians (Brasil). El mismo tiene como fecha de inicio el 16 de marzo y la pretemporada del conjunto argentino comenzará el 8 de febrero.
Por el otro lado, está la duda de cómo se verán afectados Los Pumas por este cambio drástico en la estructura de la UAR. Algo que Marcelo Rodríguez se encargó de responder: “Se pierde la cotidianeidad durante seis meses de gran parte del plantel, entrenando y jugando en el mismo equipo y el seguimiento del staff tan de cerca, pero no debería afectar tanto el rendimiento deportivo, como quedó demostrado con lo ocurrido en el Tri Nations 2020. La base del plantel ya se conoce, compartieron mucho y están enfocados en el 2023. El staff, gracias a las posibilidades que hoy brinda la tecnología, tiene comunicación y seguimiento permanente con los líderes y capitaliza la experiencia en otros equipos, lo que, a largo plazo, estoy seguro de que enriquecerán al equipo”.
Es así que, con este nuevo plan se seguirá nutriéndo al seleccionado argentino con los jóvenes talentos que vayan saliendo del sistema de la UAR y que participen de Jaguares XV, como al mismo tiempo podrán ser convocados todos los jugadores que se desempeñen en el exterior sin restricción alguna. Algo que ya ocurrió en el último Rugby Championship disputado en Australia, cuando el head coach Mario Ledesma contó con nombres que venían desempeñándose en Europa hace tiempo como Juan Imhoff, Santiago Cordero o Facundo Isa y le puso fin a la política de que solo jugadores con contrato en la UAR podían vestir la camiseta del elenco nacional.
Es cierto que este nuevo panorama está lejos de lo que se venía trabajando puertas adentro en la UAR, pero dicen que a veces hay que retroceder para tomar impulso. Y, pese a las cientos de complicaciones que dejó el covid-19 en el deporte mundial, el rugby argentino supo levantarse y seguir luchando. Será un nuevo comienzo y con el horizonte puesto a lo que será el Mundial de Francia en 2023, para algunos la posibilidad de una revancha tras la eliminación temprana en Japón 2019 y para otros el escenario perfecto para demostrar que el rugby argentino sigue dando de qué hablar.
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