La decisión que tomó Miguel Borja tras la errónea denuncia por maltrato contra sus hijos

Miguel Borja, River. Foto: NA

El nombre de Miguel Borja fue noticia este martes, pero no por cuestiones futbolísticas. Luego de recibir una denuncia por supuestos maltratos contra sus hijos de 7 y 10 por parte de la escuela a donde acuden, decidió iniciar acciones legales tras comprobarse que los niños no tenían señales de violencia.

El delantero de River avanzará en medidas legales contra el Instituto Grilli de Canning. Frente a la denuncia que se hizo pública este martes, y se labró en la Comisaría de Ezeiza "La Unión", el personal médico que atendió a los menores de edad no halló muestras de violencia física contra sus hijos.

Miguel Borja fue acusado de manera errónea de maltrato contra sus hijos. Foto: NA.

"Los niños no sufren violencia", concluyó el Servicio de Niñez, que desarrolló una serie de entrevistas con los dos hijos de Miguel Borja. La buena noticia es que los niños no fueron maltratados por sus padres, aunque se estima que el caso seguirá en la Justicia.

Los dos menores de edad pudieron regresar a su hogar sin mayores complicaciones, lo que confirmó que no había signos de violencia en su rutina junto a sus padres. 

Miguel Borja. Foto: NA.

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La directora del colegio al que acuden los dos hijos de Miguel Borja decidió acudir a las autoridades para denunciarlo por un presunto maltrato físico. El menor de los dos, de 7 años, habría alertado a los docentes del Instituto Grilli de Canning, ya que lo habían retado durante una clase, a lo que él respondió que “no le digan nada a su papá porque le iba a pegar”.

Miguel Borja estuvo en el centro de la polémica. Foto: Instagram @riverplate

Estas palabras encendieron las alarmas en la institución, por lo que la directora decidió llevar adelante una denuncia por el riesgo a que estén padeciendo maltratos físicos por parte de su padre. Una psicóloga entrevistó a los dos hermanos en el marco de las pericias necesarias, aunque las declaraciones de los niños resultaron suficientes para concluir que Miguel Borja no había agredido a los menores.