Superfinal postergada: Conmebol apela a "detalle técnico" para desactivar pedido de Boca

Luego de que Boca solicitara, a través de un escrito, aplicar el artículo 18 del Reglamento, con la quita de puntos como uno de los castigos disciplinarios posibles de aplicar ante algo que perjudique a la delegación visitante; la respuesta de la Conmebol no se hizo esperar: "Se va a definir en la cancha".

Alejandro Domínguez, presidente de la Conmebol, había convocado previamente a los presidentes de Boca y de River a una importante reunión a llevarse a cabo en la sede del órgano rector del fútbol sudamericano, a las afueras de Asunción. Y el partido ya estaba claramente postergado.

"Luego del reclamo de Boca, la Conmebol decide darle tiempo a la Unidad Disciplinaria para que evalúe la denuncia y posterga el partido. No había condiciones para jugarlo", dijo un dirigente del fútbol sudamericano "off the record" y que, obviamente no quiso identificarse.

Como ya había pasado anteriormente en otras ediciones -incluso ésta- de la Copa Libertadores, del verde césped se pasaba sin escalas a los escritorios.

El reclamo formal de Boca Juniors es una detallada cronología de los hechos sucedidos el sábado 25 de noviembre y pide -sin vueltas- una dura sanción contra River por la agresión sufrida por sus jugadores. De hecho, Boca cree que todo es una réplica de lo sucedido en 2015 con el gas pimienta en la Bombonera.

"La responsabilidad de River en la seguridad de la delegación visitante es objetiva", sostiene la postura oficial de Boca. Pero, sin embargo, hay un detalle "de ubicación" que diferenciaría los dos hechos: según Conmebol, la agresión y los impactos contra el micro de Boca tuvieron lugar fuera de los límites del anillo de seguridad, delimitado el día anterior en la reunión técnica previa al trascendental partido por la final de la Libertadores.

Esto está explicitado en el "pacto de caballeros" que firmaron Daniel Angelici (presidente de Boca), Rodolfo D´Onofrio (presidente de River) y Alejandro Domínguez (presidente de la Conmebol), y es el detalle técnico -por así nombrarlo- que daría por tierra con las aspiraciones boquenses de quitarle los puntos a River para dejarlo sin la ansiada Copa Libertadores.

"Ni se leyó", ha dicho una fuente confiable de Conmebol ante el reclamo de Boca.

El organismo rector del fútbol sudamericano no anduvo con vueltas y -ni bien recibió el reclamo del club presidido por Angelici- lo derivó de inmediato a la Unidad Disciplinaria, que tendrá la responsabilidad de emitir un fallo express.

Angelici espera una respuesta favorable a su pedido durante la reunión del martes en Paraguay. Claro que también debe contemplar la posibilidad de enfrentarse a una respuesta negativa, dado lo cual tendría dos caminos para tomar: la cámara de Apelaciones o, en su defecto, el Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAS).

Pero para Boca hay otro problema que se suma a la lista: un expediente en el TAS no se resuelve en menos de tres meses. Y el 12 de diciembre empieza el Mundial de Clubes en Emiratos Árabes, un torneo oficial de la FIFA al que se clasifica el campeón de la Libertadores. De esta manera, y ante este escenario, el único sábado libre para reprogramnar el partido entre Boca y River es el 8 de diciembre.

Finalmente, comparando lo sucedido el sábado con el hecho del gas pimienta de la Bombonera en 2015, un experto en derecho deportivo dijo: "Acá parece estar claro que los dirigentes de River no tuvieron nada que ver con la agresión al micro de Boca, y que fue más un tema de la policía que del club".

En el mismo sentido, también aseguró que River será sancionado con -por ejemplo- la imposibilidad de usar el estadio Monumental como sede de la gran -y postergada- Superfinal de la Copa Libertadores.