El ministro de Desarrollo Social brindó una entrevista donde analizó lo negativo y positivo que está dejando la pandemia, además expresó el tipo de modelo que cree que debe seguir la Argentina para su desarrollo y progreso.
Por Canal26
Miércoles 14 de Julio de 2021 - 09:01
Arroyo, NA.
Daniel Arroyo, ministro de Desarrollo Social, brindó una entrevista para Ámbito donde habló de los problemas que dejó al descubierto la pandemia y de los planes que deje ejecutar Argentina para poder adaptarse a las nuevas normativas que rigen en el mundo globalizado. Manifestó que el modelo a seguir debe ser uno competitivo y de fomento de desarrollo de la actividad privada de los sectores como la construcción, textil, producción de alimentos, las personas que cuidan personas y el reciclado.
Consultado por la periodista Ileana Panthou sobre qué cambios notó con la pandemia, aseguró: “En la Argentina la problemática social está en los grandes centros urbanos: Conurbano, Rosario y Gran Rosario, Córdoba y Gran CBA, San Miguel de Tucumán y Gran San Miguel. La pandemia generó tres situaciones nuevas: 1- Generó nueva pobreza. Gente que no era pobre y se empobreció (no por problemas de vivienda, no se trata de alguien que le falta piso de material o no tiene condiciones en la vivienda). Esto es lo que el año pasado estuvo muy asociado a los comedores: gente que por primera vez fue a un comedor o un merendero que nunca había ido. Hoy, hay mucha gente sigue en los comedores, pero mucha gente no, ya volvió al trabajo. 2- Se reconvirtió la actividad productiva y son las changas locales. Prepandemia la lógica de la construcción era: la persona se levanta, va a la rotonda, allí espera enganchar un laburo y sale del barrio a trabajar. La pandemia cambió esa situación para moverse menos, nosotros siempre hablamos de “cuarentena comunitaria” y entonces surgió mucha changa local. Hace poco se volvieron a hacer 9 días de mayor cierre, de restricciones más profundas, no impactó tanto en el tema de las changas porque se reconvirtió en el ámbito más local. Para eso es un fenómeno nuevo: antes la gente salía del barrio y ahora mucho trabajo se da en el propio barrio. 3- Y después, lo tercero que cambió la pandemia es que extendió el fenómeno más complicado que tiene la Argentina, sacando el precio de los alimentos, que es el sobreendeudamiento de las familias. Entonces la gente se endeuda: el de clase media paga el mínimo con tarjeta y patea para adelante o no paga las expensas, el más pobre va a al financista de la esquina y toma crédito al 200% de interés anual”.
Respecto a lo positivo de la pandemia, analizó: “Hay dos cuestiones que vinieron para quedarse: en los barrios no hay grieta. En los barrios no hay grieta: hay un cura, un pastor y un montón de gente poniendo el cuerpo y laburando. Dirigentes sociales más de acuerdo con el gobierno, menos de acuerdo. Hasta tres o cuatro meses todo era lo alimentario, hoy es máquina, herramienta, laburos, changas, el “¿Cómo hacemos?”. En el barrio no hay grieta y para mí eso vino para quedarse. Creo que la sociedad está tres pasos adelante de la política y tienen en claro que: hay que organizarse, trabajar y darle para adelante en un barrio. La recuperación de lo comunitario y la idea de que “hay que tirar todos juntos”, para mí se reconstruyó en la pandemia y creo que es un fenómeno que se va sostener y por eso hay tantos movimientos locales porque surgen de lo que tiene que ver con la vida cotidiana”.
Consultado sobre cómo logra funcionar el Ministerio con las Organizaciones Sociales: “La política social hoy tiene dos grandes ejes de llegada a los barrios: uno es la asistencia alimentaria, otro es la generación de trabajo. Son los dos ejes que tenemos como política social. La atención alimentaria tiene una parte que es directa a las personas. La Tarjeta Alimentar se carga el tercer viernes de cada mes para las madres que tienen chicos menores de 14 años. Van y compran los alimentos que quieren y como quieren. No tienen que extraer dinero del cajero sino comprar alimentos de manera directa. Cada tercer viernes del mes que se carga son $18.000 millones para todos los beneficiarios. Es la política más grande en términos presupuestarios; y apostamos a que la gente consuma leche, carne, frutas y verduras. Ahí tenemos buenas y malas: hemos extendido la cobertura alimentaria, pero tenemos un problema serio. En abril del año pasado teníamos un 62% de las compras que eran de leche frutas y verduras, en cambio para abril de este año es del 50%. El precio de los alimentos ha complicado la situación y ha empeorado la calidad nutricional en la Argentina.”
“Tenemos un programa que se llama Potenciar Trabajo, hay un millón de personas que arrancan cobrando el 50% del salario mínimo ($12.200), tiene que trabajar o en la construcción, o en el textil, o en la producción de alimentos, o en el cuidado de personas o en el reciclado. En alguno de estos cinco sectores productivos y ahí trabajamos con: organizaciones sociales, con iglesias y con cámaras empresariales. Las personas tienen que trabajar 4hs en una unidad de gestión: sea un municipio, sea una organización social, sea un ámbito comunitario o un comedor comunitario, o una cámara empresarial”, agregó.
Al mencionar a las Organizaciones Sociales, dijo: “Las dividiría en tres: hay históricas en Argentina, que arrancaron en los 90’s con reclamos, con planteos y que se han ido reconvirtiendo. Dos, las organizaciones sociales más “temáticas”, vinculadas en general a las iglesias o a temas específicos, que la crisis los fue llevando a poner panaderías, herrerías o actividades productivas. Y tres las que están surgiendo nuevas. Hay un fenómeno de más fragmentación en la Argentina de distintos tipos de organizaciones sociales: más locales, más barriales. Diría que el fenómeno que se va dando en Argentina es que lo comunitario es más local, más barrial. Hay organizaciones muy grandes pero hay un montón de gente que en el barrio lo está llevando adelante. Ese mapa nosotros lo tenemos porque trabajamos y articulamos permanentemente pero es un mapa que va cambiando todo el tiempo. El fenómeno de organizaciones sociales más pequeñas es un fenómeno latonimaericano, no sólo argentino”.
En relación al informe de la UCA sobre una posible triplicación de la pobreza sin ayuda estatal, declaró: “La UCA lo que marca es la indigencia, la extrema pobreza del 10,1%. Si no hubiera estado la Tarjeta Alimentar, Potenciar Trabajo, la AUH y otros programas sociales hubiera sido del 27,9%. Eso marca dos cosas: que hay una gran red de atención social y que ha habido mucha política social y que la situación es muy crítica y que el problema más grave de la Argentina es el precio de los alimentos. Esta red social que el Estado ha conformado, que no es solo que la encaré desde que soy ministro sino que tiene una historia en la Argentina. Sí, tiene el desafío de transformar los planes sociales en trabajo. Tengo dos ejes: la asistencia alimentaria y el trabajo. El eje central es el trabajo en los meses, y en los años que vienen”.
“El problema de Argentina es en parte la solución. El país tiene 4 millones de personas que viven hacinadas: sin agua, sin servicios básicos y hay que construir viviendas. Tiene una parte de la población que no va a sala de 3 y 4 años. El problema de la falta de infraestructura es en parte la solución. El trabajo que viene es: por un lado, muy competitivo, muy globalizado y muy tecnológico. Y por otro lado, muy mano de obra intensiva la construcción, textil, producción de alimentos, las personas que cuidan personas y el reciclado”, reflexionó.
Para Arroyo, el Estado “tiene que acompañar a fomentar el desarrollo de la actividad y la inversión privada, el desarrollo para poner en marcha la infraestructura que falta. Estamos urbanizando 400 barrios. Urbanizar barrios es: abrir calles, es poner agua, son servicios básicos, es cocina y baño y mejorar las viviendas, es arreglar el tablero de electricidad para que no terminen con problemas de incendio. Eso, además del derecho al hábitat, hay un montón de gente trabajando en la construcción”.
“El trabajo mano de obra intensivo es uno de los puntos claves de la reconstrucción de la Argentina y que es un tiempo de combinar derechos y trabajo. Y en ese sentido soy muy optimista sobre el futuro porque tenemos muchas dificultades pero está claro el modelo de desarrollo hacia adelante: competitivo, globalizado, fomento de desarrollo de la actividad privada y mano de obra intensiva en estos cincos sectores productivos”, comentó.
Sobre si habrá un refuerzo en los planes sociales, contestó: “Vamos evaluando todo el tiempo la situación y en función de eso vamos tomando nuevas medidas sociales. Hemos generado un conjunto de medidas y políticas. Vamos evaluando la situación y si es necesario vamos a tomar medidas adicionales. Siempre enfocados en la emergencia alimentaria y en poner plata en el bolsillo de los que la pasan peor en nuestro país”.
Por último reveló cómo el Estado toma nota para darse cuenta que debe brindar más ayuda: “Tenemos tres termómetros: uno es la cantidad de gente en los comedores. Tenemos 10 millones de personas en comedores y merenderos. Hay 10 mil comedores, se toma una muestra de 500 y vamos viendo que va pasando. El segundo indicador son las zonas del país. Arrancó la cantidad de casos muy fuerte en el conurbano bonaerense, en la ciudad de Buenos Aires y se extendió al resto del país y el tercero, son esos cinco sectores productivos: construcción, textil, producción de alimentos, las personas que cuidan personas y el reciclado. En esos cincos sectores está la mano de obra intensiva y es lo que hay que evaluar permanentemente. En función de eso vamos tomando medidas adicionales para acompañar a esos que los pasan mal”.
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