Alfredo Alcón y un "Final de Partida" con puro talento

La última obra que protagonizó en teatro Alfredo Alcón fue “Final de Partida”. Y por esas cosas del destino, lleva un nombre que pareciera ser el adiós a las tablas del más grande actor que tuvo la Argentina, que falleció este viernes 11 de abril a los 84 años.

Alcón se dio el gusto de dirigir actuar en la versión de la obra de Samuel Beckett, estrenada en la Sala Casacuberta del Teatro San Martín, junto a Joaquín Furriel.

Hamm y Clov son patrón y sirviente -o quizás padre e hijo- en un universo posapocalíptico donde reina una noche eterna y el tiempo es apenas tenido en cuenta por un reloj despertador con las agujas detenidas.

El primero (Alcón), casi ciego, abatido en medio de una habitación e impedido de moverse de allí, es un tirano sobre el segundo (Furriel), hiperactivo e imposibilitado de sentarse y aún de rebelarse, en una relación que parece llegar desde el origen de esas vidas y que no se dirige a ninguna parte.

Cada cual depende del otro aunque Clov tiene las ventajas del clásico pícaro del Siglo de Oro español, trasladado a la Comedia del Arte y a Molière, ya que su movilidad le permite dosificar la comida, los medicamentos y todo lo que el otro necesite.

Alcón estaba entusiasmado con su trabajo en Final de partida, tal como lo dijo en La Nación: “Tengo un enamoramiento especial por esta obra. Comienzo a leer las primeras palabras: `Ahora me toca a mí` y no puedo dejar de seguirla, me mete en unos laberintos que no sé a dónde me llevan, remueve mi interior, me saca de la butaca en la que estoy sentado, me hace creer que el teatro tiene el poder de despertar conciencia”.