Conocé conmovedora historia del bebé que fue amamantado por una policía

La agente Celeste Ayala pertenece a la policía bonaerenese y se encontraba de guardia en el hospital de niños de La Plata cuando empezó a escuchar el llanto insistente de un bebé.

En una de las salas del lugar se encontraba el pequeño que no paraba de llorar, por lo que la agente pidió permiso a los encargados del sector y se puso a amamantarlo.

El bebé había sido separado de su madre por orden de un juzgado de familia de La Plata y estaba recuperándose de un estado de desnutrición.

La oficial de policía, que tuvo un hijo recientemente, es parte del Comando de Patrullas de Berisso. Estaba en el Hospital cubriendo el servicio de sus horas de Policía Adicional.

Cuando Ayala vio que los gritos venían de un bebé de seis meses que se metía la mano en la boca supo lo que pasaba, casi de manera inconsciente. “Le dije a la cuidadora que seguro tenía hambre. Le ofrecí darle el pecho y la chica emocionada me dijo que sí. Le di la teta y se calmó”, contó la mujer policía.

En ese momento Ayala pudo constatar que el bebé que lloraba tenía allí otros cinco hermanitos, que también estaban en profundo estado de angustia, debido a que el Juzgado de Familia 5º resolvió separarlos de su mamá, que vive una situación de vulnerabilidad extrema.

“El mayor de los seis tiene 9 años. Tuvimos una actuación de meses y lamentablemente no pudimos recomponer la situación de la mamá. Por eso hubo que hacer certificaciones de salud antes de llevarlos a alguna casa de abrigo. Cuando la mujer amamantó al bebé estaban a la espera de una respuesta en la guardia”, comentó un funcionario de la oficina mencionada.

"Lloraba porque lo dejaba. Se quedaban sin su mamá, que es esencial para los nenes” dijo la muejr policía muy conmovida.

A partir de este momento, se debe aguardar que el Juzgado defina si los seis menores volverán con su mamá o -en su defecto- cuál será el futuro que les espera. La agente policial Celeste Ayala, por su lado, dijo tras amamantar al bebé: "Hay nenes que necesitan contención. Por más de que no los conozcas, les das un abrazo y están contentos. Lo sentí como mío”.