Según una investigación, la producción de calor en el músculo desencadena beneficios metabólicos por la exposición a temperaturas frías.
Por Canal26
Martes 18 de Julio de 2023 - 18:12
La llegada del invierno trae consigo consecuencias sobre nuestra salud. Los músculos son el principal generador de calor e impulsan el metabolismo de la glucosa y los lípidos cuando las temperaturas son menores.
Un artículo postula que el ejercicio en climas fríos quema más grasa ya que la exposición a estas temperaturas utiliza tanto el músculo esquelético como el tejido adiposo marrón (el tipo “bueno” de grasa) y así aumenta el gasto de energía. “Destacamos los datos que muestran que el músculo esquelético es el tejido termogénico primario en humanos expuestos al frío”, apuntó el equipo.
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El tejido adiposo marrón (BAT) en humanos se relacionó con índices de masa corporal más bajos y una menor prevalencia de diabetes tipo 2, enfermedad cardiovascular y enfermedad del hígado graso no alcohólico. Según el endocrinólogo Logan Townsend, "pocos humanos adultos tienen BAT detectable espontáneamente en condiciones ambientales interior típicas".
Por su parte, en condiciones frías, casi todos los adultos tienen BAT detectable en diversos grados, y BAT consume tres veces más oxígeno por gramo que el músculo esquelético estimulado por el frío.
“Dado que se requiere una exposición al frío para estimular adecuadamente el BAT humano”, postula el equipo, “la inferencia es que estimular las MTD a través de la exposición regular al frío protege o revierte las complicaciones metabólicas”.
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Por su parte, cuando tenemos frío, el mecanismo de temblor en nuestros músculos esqueléticos utiliza energía ligada a moléculas de ATP y actividad de la miosina ATPasa para producir calor. Además, nuestros músculos esqueléticos también usan otros métodos, lo que representa aproximadamente el 50 por ciento de la energía que usamos durante la exposición al frío leve.
Thompson y sus colegas consideran que el gasto de energía restante en respuesta al frío probablemente involucra muchos otros sistemas corporales, como la actividad metabólica del hígado. Y nuestro tejido adiposo blanco “aislante” (WAT) utiliza energía en un proceso para descomponer y reconstruir las grasas llamado ciclo de ácido graso triacilglicerol (TAG-FA).
El frío aumenta el uso de glucosa en el músculo esquelético y reduce el azúcar en la sangre. En individuos con obesidad y diabetes tipo 2, la sensibilidad a la insulina aumentó en aproximadamente un 43 por ciento después de 10 días de resfriado periódico. Los científicos dicen que estos efectos se atribuyen principalmente al uso de glucosa del músculo esquelético.
Oobesidad. Foto: Unsplash
El equipo escribe: “Es poco probable que BAT influya directamente en el metabolismo sistémico en humanos expuestos al frío”, haciendo hincapié en que las MTD son prometedoras como biomarcadores de la salud del tejido adiposo y pueden abrir la puerta al diagnóstico y tratamiento preventivo de enfermedades.
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