El Supremo Tribunal de Justicia (STJ) falló en contra de un empleado despedido que creyó que los pulgares para arriba en respuesta a sus avisos de ausencia "justificaban" sus faltas.
Por Canal26
Miércoles 6 de Septiembre de 2023 - 11:22
Los emojis desde hace tiempo llegaron para simplificar las conversaciones en los chats. Sin embargo, su uso en ámbitos más formales es algo inusual, pero podría dejar de serlo. En Río Negro, el Superior Tribunal de la provincia falló en contra de un empleado despedido a quien la empresa le había respondido varios avisos de ausencia con el famoso pulgar para arriba.
El joven despedido consideró que sus faltas estaban justificadas porque ante el aviso de sus ausencias la empresa le respondía con el clásico emoji del pulgar para arriba. Sin embargo, la justicia de rionegrina determinó que el uso de "emojis" en las conversaciones digitales es "muy limitado o relativo" y que, además, debe estar acompañado con otros medios que justifiquen sus faltas.
Ante las nueve inasistencias, el máximo tribunal determinó que las pruebas habilitaban a la empresa a despedir al empleado. A su vez, los jueces evaluaron el uso de estos íconos e indicaron que el pulgar para arriba "no es un signo inequívoco que exteriorice una manifestación de voluntad".
De acuerdo a los antecedentes del caso, el empleado despedido ya tendría en su historial unas 47 sanciones, como así también, "un número importante de faltas injustificadas". Desde la empresa señalaron que el despedido "intentó justificar esas faltas y se comunicó con un teléfono corporativo de la firma, de donde le respondieron con el clásico emoji del pulgar hacia arriba que ofrece la plataforma de mensajería de WhatsApp".
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La Cámara Laboral de Viedma rechazó la demanda y señaló que fue "desmedida la sanción, al entender que se había prestado conformidad a la justificación alegada por el trabajador a través del emoji del pulgar". El Tribunal, sin embargo, sostuvo que "su interpretación es subjetiva y puede variar según la cultura y, fundamentalmente, depende del contexto en el que se utilice".
El texto de la sentencia explica: "Por lo tanto, en la medida que su interpretación puede fluctuar según el contexto y la percepción del receptor, estos íconos no constituyen en sí una expresión de manifestación de voluntad con efectos jurídicos vinculantes".
En este caso, el emoji del pulgar para arriba solo tenía el rol de dejar constancia de recepción, no de aprobación de conformidad con la comunicación recibida, y así fue como la malinterpretación del empleado del costó el trabajo.
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