Pese a las reiteradas negativas, durante los días de la llamada "Década infame", la Argentina se plegó secretamente a las políticas racistas e intolerantes del régimen de Adolf Hitler en Alemania. Mientras se declamaba una neutralidad que era completamente falsa (potenciada con la llegada del GOU al poder en 1943 y su alineamiento con el Führer), se intentó por todos los medios prohibir el ingreso de gente de la comunidad judía que escapaba de la barbarie nazi desde Europa. La Circular Nº11 de José María Cantilo es un claro ejemplo.
La Circular Nº11 de José María Cantilo contra los judíos.
Las adhesiones a las ideas del Partido Nazi se manifestaron de muchas diferentes maneras en la Argentina a lo largo de su historia, y uno de los casos más emblemáticos de ese apoyo ha sido el dado desde el seno mismo del gabinete del presidente Roberto Marcelino Ortíz, o al menos desde uno de sus más importantes ministerios. Si bien el primer mandatario (que gobernó entre 20 de febrero de 1938 y el 27 de junio de 1942) pretendía mantener una política exterior neutral, los lineamientos básicos de su administración se vieron distorsionados por la aplicación, fuera de su conocimiento y control, de una política “paralela” en materia de relaciones con otros países. El caso de José María Cantilo, Ministro de Relaciones Exteriores y Culto, fue emblemático.
Reconocido abogado y licenciado en letras, de larga carrera diplomática, Cantilo fue uno de los artífices de la histórica devolución del Sarre a la Alemania nazi en 1935, un punto en absoluto menor, ya que El Sarre era por entonces un estado limítrofe con la provincia francesa de Lorena y con Luxemburgo que -por un fideicomiso de la Sociedad de las Naciones- estaba bajo administración francesa desde el final de la Primera Guerra Mundial. La restitución de esa zona a Alemania fue un gran triunfo para el Führer nazi Adolf Hitler y -en ese sentido- la activa participación de Cantilo como mediador en las negociaciones pasó a ser un punto de inflexión en la futura relación entre el régimen nacionalsocialista del Führer y la Argentina.
Perteneciente a la Unión Cívica Radical Antipersonalista, el diplomático fue nombrado Ministro de Relaciones Exteriores y Culto el 20 de febrero de 1938 (el mismo día de la asunción al poder de Ortíz) y a pocos meses de tomar posesión de su cargo, redactó una circular secreta y confidencial, fechada el 12 de julio, dirigida a todos los consulados argentinos en el exterior como respuesta a las quejas de Adolf Hitler por el refugio que se le daba a dirigentes opositores a su gobierno y a tantísimos judíos que intentaban salvarse y escapar. En dicha circular se ordenaba terminantemente “negar la visación aún a título de turista o de pasajero en tránsito a toda persona que fundamentalmente se considere que abandona o ha abandonado su país de orígen como indeseable o expulsado, cualquiera sea el motivo de su expulsión”.
Continuaba diciendo la nota secreta redactada por Cantilo: “Este Ministerio espera que el celo y buen criterio del Señor Cónsul suplirán a este efecto la información formal que no sea posible obtener en cada caso, lo que permitirá establecer la capacidad del funcionario para el cargo que ocupa. Todo caso de duda deberá ser consultado a la Cancillería, así como el de toda persona cuya incorporación al país considere el Señor Cónsul inconveniente. Estas instrucciones son estrictamente reservadas y por ningún motivo deberán ser invocadas ante el público o ante las autoridades del país donde ejerce sus funciones. Quedan derogadas las instrucciones anteriores en cuanto se opongan a la presente. Los Señores Cónsules se servirán acusar recibo de la presente circular directamente al Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto”.
El documento completo redactado por José María Cantilo en 1938.
Detalle de la nota, prohibiendo la llegada a Argentina de cualquier "indeseable o expulsado" de otros países.
En coincidencia con estas directivas secretas y confidenciales del Gobierno argentino, el 1º de septiembre de 1938, varios profesionales argentinos de la salud fueron invitados por el doctor Gerhard Wagner a un encuentro llevado a cabo en Münich, Alemania (Previamente, el 16 de agosto de 1937, se había convocado a otra reunión similar en la misma ciudad alemana). Wagner ocupaba un lugar de gran importancia en la estructura sanitaria del régimen del Führer.
Era nadie menos que el “Reichsärzteführer” (Líder de los Doctores del Reich) además de ser ideólogo de las discriminatorias “Leyes de Nüremberg” contra los judíos, vigentes en la Alemania nazi desde el 15 de septiembre de 1935. También estuvo presente Ernesto Sarmiento, Cónsul argentino en Münich, en representación del cuerpo diplomático, mientras que las intenciones seguían siendo las mismas que las del viaje anterior: instruir a los médicos argentinos sobre métodos sanitarios de limpieza racial llevados a la práctica en Alemania para luego ser exportados hacia la Argentina.
Respecto de la Circular Nº11 de José María Cantilo, sin nombrarlos, al referirse a “indeseable o expulsado”, aludía a los judíos, quienes a partir de entonces tuvieron incontables dificultades para ingresar al país. Mientras la diplomacia argentina buscaba impedir el arribo de “indeseables”, pronto saldrían a la luz los planes que los nazis tenían para hacer ingresar a la Argentina gente que –para ellos- de “indeseables” no tenían absolutamente nada.
Instagram: @marcelo.garcia.escritor
Twitter: @mdGarciaOficial
Nota: El artículo no expresa ideología política, solo investigación histórica.
Fuentes:
- "La agente nazi Eva Perón y el tesoro de Hitler" (Marcelo García, Sudamericana, Argentina, 2017).
- "Perón y la raza argentina" (Marcelo García, Ediciones B, Argentina, 2019)
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