Un 26 de septiembre, pero de 1969, el grupo de Liverpool publicó el último trabajo discográfico que los tuvo a los cuatro reunidos en un estudio de grabación.
La música puede impactar en la cultura más allá de lo que generen las canciones. The Beatles, por ejemplo, convirtieron una esquina de Inglaterra en uno de los cruces de calle más famosos del mundo cuando fueron retratados para la tapa de Abbey Road, un disco icónico dentro de su historia, pero también de suma relevancia para el rock.
El grupo que formaron Paul McCartney, Ringo Starr, John Lennon y George Harrison dejó una notable huella en la música. Una década fue suficiente para publicar 13 discos y generar una “Beatlemania” a lo largo del globo. El 26 de septiembre de 1969 salió a la venta el último disco que grabaron “The Fab Four”, aunque no fue el cierre de su discografía, ya que en 1970 salió Let It Be.
La placa fue grabada entre febrero y agosto, siendo el 20 del segundo mes mencionado el último día en que los cuatro músicos se encontraron en un estudio. El contexto indicaba el final del camino para la mítica banda, ya divididos por cuestiones de convivencia, de trabajo o de relación entre ellos.
La producción quedó en manos de George Martin, una fija a lo largo de la carrera del cuarteto, por lo que se ganó el mote de “El quinto beatle”. Alejado por las nuevas dinámicas que empleaban para trabajar los músicos, aceptó formar parte del disco con la condición de regresar a las bases, con aclaraciones especiales para McCartney y Lennon para mantener la armonía, al menos por algunas semanas. Una de las perlas del proceso es que el ingeniero de sonido fue Geoff Emerick y llevó a un asistente llamado Alan Parsons, que luego formó su reconocido proyecto como solista (The Alan Parsons Project).
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La recordada foto de los cuatro músicos cruzando la calle en Abbey Road se dio por casualidad, o al menos estaba lejos de ser el primer plan que tenían entre mano los artistas. Según lo que se contó en aquella época, la idea que tenían era titular al álbum Everest. En esta línea, el escenario para pensar en la tapa era distinto.
The Beatles buscaban dirigirse al Himalaya, la que es considerada la cordillera más alta de la tierra que se extiende en Nepal, China, Bután, Birmania, India y Pakistán. Sin embargo, diversas razones los hicieron cambiar de planes sobre la marcha. La falta de tiempo, la distancia que debían recorrer para dirigirse allí y la tensa relación entre ellos hizo que se busque una opción más simple, a solo unos pasos.
Finalmente, el viernes 8 de agosto se tomaron un descanso de las grabaciones para salir a la puerta del estudio EMI, en Londres, Inglaterra. El calor era tal que McCartney decidió abandonar la grabación descalzo, por lo que en la toma elegida aparece sin zapatos, a diferencia de sus compañeros.
Justamente el cantante y bajista tuvo un rol clave en la decisión de la tapa de Abbey Road. Él fue el de la idea de trasladarse al Everest para una sesión de fotos, ya que había tomado el rol decisivo en lo que refería al arte de los álbumes. Sus compañeros abandonaron ese papel, un poco por el hartazgo que caracterizó la grabación y el paso de los años juntos. Junto con Iain Macmillan, el fotógrafo encargado, diseñaron algunas ideas en un papel que después se reflejó con bastante fidelidad en la recordada toma.
Apenas diez minutos les alcanzaron para cerrar la sesión. El principal motivo estaba relacionado a que tuvieron que cortar el tráfico para poder trabajar a gusto. Una vez dispuestos, pasaron por el cruce de calle unas seis veces, ida y vuelta. Finalmente, el fotógrafo ofreció seis opciones y McCartney optó por la quinta, la que inmortalizó el trabajo de The Beatles.
El disco en si
Como cada álbum de la banda londinense, tiene particularidades únicas con respecto al resto de la discografía. Por ejemplo, aparece en escena el único solo de Ringo Starr de toda la historia de The Beatles. Justamente para él se trata de un trabajo especial, más allá de que el contexto no aparecía como el ideal.
“Para mí, mi álbum preferido de los Beatles sería el segundo lado de Abbey Road”, expresó el baterista en una entrevista. Y agregó los motivos: “Ese es mi favorito porque me encantan todos esos fragmentos que no eran canciones completas en las que John y Paul habían estado trabajando y juntaron”.
Tal como señala el baterista, el disco cuenta con dos lados, algo clásico de la época por el formato de cassette. Algunas de las canciones más reconocidas que aparecen en la lista de temas son “Oh! Darling”, “Something”, “Come Together” y “Here Comes The Sun”, que cuenta con la particularidad de que John Lennon no grabó ningún instrumento de la pista, señal de los pocos momentos que compartían en la recta final de la carrera.
Como guiño al cierre de la historia que compartieron, Abbey Road tiene su última canción en “The End”, más allá del track oculto que contiene la placa, llamado “Her Majesty”. Cada uno de los cuatro músicos aportó en la composición de al menos una canción para la placa que los reunió por última vez en un estudio de grabación.
George Harrison se llevó muchos halagos por su interpretación en "Something", la cual también escribió. Además de las buenas críticas de su compañeros, la canción suele aparecer entre los primeros lugares de los rankings que refieren a la obra del Fab Four. Una prueba de su buena recepción es el homenaje qué realizó Frank Sinatra, quien la interpretó en vivo en más de una ocasión.
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