María Eugenia Vidal le pidió la renuncia a la contadora general de la provincia, Fernanda Inza, quien había asumido su cargo hace una semana atrás.
El motivo de la acción de la gobernadora no está relacionado con ninguna acción de la propia gestión, sino con la investigación que se puso en marcha sobre los aportantes a la campaña pasada de Cambiemos: muchos de los que integran esa lista confirmaron no haber desembolsado un sólo peso. Allí, Inza tuvo un rol fundamental.
La respuesta de Vidal llega cuando trasciende con cada vez más fuerza las internas entre la Casa Rosada y La Plata. No son nuevas, pero con el correr de los meses y el rumbo del gobierno se fueron acrecentando. Ello provoca el crecimiento de elucubraciones sobre los movimientos en el oficialismo en medio de la turbulencia que aún no permite desajustarse los cinturones.
La investigación sobre los aportes a la campaña de Cambiemos en la Provincia de Buenos Aires comenzó en un sitio web con perfil fuertemente opositor a Cambiemos pero se propagó en todos los medios. Incluso en aquellos que suelen ser más condescendientes con el oficialismo. Es allí donde surgen dudas en La Plata de la posible “mano” de la Casa Rosada en la interna.
Es 'vox populi' que el tándem Vidal-Horacio Rodríguez Larreta tiene profundas diferencias con la Jefatura de Gabinete nacional. El problema es que Marcos Peña es la mirada de Macri en los dichos del propio Presidente. Pues, entonces, habrá que inferir que la distancia entre Nación y Provincia se acrecienta. ¿Será así?
“María Eugenia Vidal nunca paga los costos de las medidas antipáticas de Mauricio Macri, es hora que también ello suceda”, se escucha desde hace tiempo en algunos despachos nacionales molestos por el “blindaje” que tiene la gobernadora que le permite seguir siendo la dirigente política con mejor imagen de la Argentina aunque en los últimos meses haya bajado esa medición. Todos los dirigentes del oficialismo bajan en las encuestas pero Vidal retrocede menos. Imposible en política que ello no le genere tensión con sus pares.
A todo ello hay que sumarle el camino hacia el 2019. En La Plata siempre mantuvieron una relación diferente con el peronismo y con Sergio Massa de la que lleva adelante el gobierno nacional. Además, en las últimas semanas se escucha con más fuerza aquella premisa que dice que un gobernador bonaerense no llega a la Presidencia después de dos mandatos.
En realidad, nunca un mandatario de Buenos Aires saltó directo del sillón de Dardo Rocha al de Bernardino Rivadavia. Pero, atención: ese cálculo puede desnudar una intención de acelerar los tiempos internos en el oficialismo.
La filtración de los datos sobre la campaña de Cambiemos en la provincia no son inocentes. Y mucho menos su proliferación en distintos medios de comunicación tradicionales.
Surge pues la pregunta: ¿Quién garantiza un triunfo en Buenos Aires si Vidal es candidata a Presidente? Una respuesta que se escuchó por allí genera más dudas que certezas. “Un acuerdo con el peronismo no sería descabellado”.
En fin. Puras especulaciones que denotan el particular momento interno que se vive en Cambiemos mientras crece la tensión social en el conurbano. Los números del reciente trabajo de la UCA y la Defensoría del Pueblo Bonaerense que dirige Guido Lorenzino son elocuentes.
Casi el 40% de los chicos tiene que alimentarse en comedores escolares. Con un agregado. Ahora también los padres concurren a esos sitios a la espera de un sobrante en la ración diaria de alimentos. Puro realismo que duele y mucho.
Por esa y muchas otras razones, la figura de la ex presidente Cristina Fernández de Kirchner vuelve a escena aunque no hable. La trae el oficialismo pensando en que será la mejor opción para enfrentar en una 2da. vuelta pero también el propio peronismo de los intendentes. Los números no mienten.
La unidad declamada es casi imposible de llevar adelante donde Unidad Ciudadana ya despliega su armado propio en cada distrito. Más de un intendente irá en busca de la reelección por ese espacio político. Todo ello a pesar de los movimientos de otros actores al que se sumó ahora José Manuel De la Sota.
El ex gobernador cordobés tuvo una conversación con Máximo Kirchner y con intendentes del conurbano antes de partir a Europa. Quiere ser el candidato de consenso para los tiempos que vienen. Es una buena intención.
También Sergio Uñac se mostró con varios jefes comunales por estas horas. Aunque nadie duda que será CFK la candidata y no avalará a nadie más que a ella. Por eso, el dilema del peronismo no K hacia adelante no es sólo ganarle a Cambiemos, sino primero vencerla a ella.
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