Alerta por la propagación del ''hongo de la muerte'': por qué son extremadamente letales y cómo reconocerlos

Tres personas murieron en Australia tras consumir hongos. Unsplash.

Como su nombre lo indica, los ''hongos de la muerte'' -conocidos científicamente como Amanita Phalloides - son extremadamente mortíferos y pueden confundirse muy fácilmente con uno comestible. 

Esta especie es responsable del 90 % de las muertes relacionadas con el consumo de hongos , convirtiéndolo así en el más letal del mundo. Los riesgos de su ingesta volvieron a causar conmoción en las últimas semanas, luego de que tres personas murieran en Australia tras consumirlo.  

Es originario del Reino Unido y de algunas zonas de Irlanda, pero su desarrollo a llegado también a distintos países como Australia, Nueva Zelanda y Norteamérica.

Desde que empezó a aparecer en los Estados Unidos, su desarrolló fue muy rápido sobre todo por las costas de California, llegando hasta la Columbia Británica en Canadá.

Sin embargo, la pregunta sobre cómo hizo para llegar al otro lado del Atlántico y expandirse tan rápido son grandes interrogantes que todavía los investigadores deben responder. 

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¿A qué se debe su nombre?

Este organismo es muy común en toda Europa.  Puede medir hasta 15 cm de alto y tiene un sombrero abovedado del mismo tamaño, a veces teñido de amarillo o verde. Bajo el sombrero tiene branquias blancas y un tallo blanquecino, características que hacen difícil distinguirla de una seta comestible. Sin embargo, su ingesta puede causar daños graves en el hígado y los riñones y, en algunos casos, la muerte.

Los hongos letales pueden medir hasta 15 cm de alto. Unsplash.

Este hongo contiene un conjunto único de toxinas, explica el fitopatólogo del Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA, por sus siglas en inglés) Milton Drott. Aunque es inocuo al tacto, el hongo de la muerte contiene amatoxinas, que impiden a las células crear proteínas, causando en última instancia la muerte celular y el fallo orgánico.

A su vez, Drott explica que estas toxinas pueden haber permitido que se expanda tan fácilmente por EE. UU., sirviendo de defensa contra cualquier nuevo depredador que el hongo encuentre en su entorno.

Los hongos de la muerte son micorrícicos, lo que significa que forman una relación con las plantas que es mutuamente beneficiosa para ambas. La planta recibe nutrientes del suelo que el hongo extrae, mientras que el hongo recibe azúcares de la planta. Igualmente, su estudio puede ser complicado ya que es difícil reproducir en un laboratorio las condiciones ambientales ideales para un hongo y, su análisis, requiere una compleja secuenciación del ADN.

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Su expansión en el mundo

El primer registro de este hongo en California data de la década de 1930. Algunos investigadores teorizan que el hongo se introdujo en el suelo de un alcornoque transportado de Europa a California para fabricar corchos para la industria vinícola. Otros dicen que pudo haber viajado en una misteriosa planta importada para embellecer los campus universitarios.

"Cuando plantaron ese árbol en el suelo, también plantaron el hongo. Por tanto, cuál es exactamente el detonante, quién lo hizo y cuándo, eso es lo que creo que nunca sabremos realmente", reconoce Anne Pringle, micóloga de la Universidad de Wisconsin-Madison (Estados Unidos).

En cualquier caso, tanto Pringle como Drott afirman que lo único de lo que están seguros es de que el hongo probablemente estaba latente y oculto a los ojos humanos en el suelo de una planta importada.

Los hongos de la muerte son conocidos científicamente como Amanita phalloides, Unsplash.

Pringle no puede decir con seguridad qué hace que California sea un hábitat tan favorable para la especie invasora, pero señala que el hongo puede tolerar diferentes entornos en toda Europa, creciendo tan al norte como Suecia y tan al sur como España, incluso en regiones del norte de África. Desde su llegada, su extensión geográfica ha aumentado y se ha extendido a otros estados; más recientemente apareció en Idaho.

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Qué hacer si encontramos un hongo de la muerte

Detectar un hongo de la muerte requiere precaución. Lo más aterrador es que pueden pasar tranquilamente por ''setas deliciosas'', alerta Drott.

Además de un aspecto físico poco alarmante, las toxinas de estos hongos no huelen ni proporcionan ningún otro indicio obvio. Sus toxinas también son extremadamente estables cuando se calientan y no se descomponen al cocinarlas, a diferencia de otros hongos comestibles que sólo son peligrosos si se comen crudos.

"Si puedes distinguir entre acelgas y espinacas, puedes aprender a diferenciar entre setas comestibles y venenosas", dice Pringle, haciendo hincapié en las pequeñas pero reconocibles diferencias entre las dos verduras. "La gente quiere una regla mágica, pero no hay nada que pueda darte en una frase o un párrafo".

Por su parte, dice que identificar las diferencias físicas entre los hongos mortales y una seta segura puede resultar más fácil con el contacto con las especies.