Las agrupaciones de izquierda perdieron el manejo y control de la federación estudiantil, tras lo cual llegó la violencia generalizada. Incidentes y escándalo.
Por Canal26
Jueves 28 de Junio de 2018 - 14:41
La elección del sábado pasado en la Federación Universitaria de Buenos Aires (FUBA) culminó con escándalo, incidentes violentos y denuncias de fraude. Sin embargo, detrás de todo hay un clima y situaciones mucho más espesas todavía.
Todo pasa por el control absoluto de la FUBA, sobre todo de parte de las agrupaciones de izquierda, como el Partido Obrero que, tras 17 años de conducción, perdieron las elecciones ante un frente reformador que reunió a peronistas, radicales y socialistas.
Vale destacar que la FUBA es la representación gremial de los estudiantes que cursan en la Universidad de Buenos Aires y es la federación más grande del continente.
Sus autoridades se renuevan anualmente, pese a lo cual hacía cinco años que no había llamado a elecciones. En ese contexto, el control absoluto se encontraba en manos de una co-presidencia entre el PO y La Mella; algo que iría en contra del estatuto.
"Tuvieron que ir juntos porque si no, no conseguían los votos suficientes, pero el presidente tiene que ser uno", declararon a la prensa fuentes confiables cercanas al rectorado.
Así se llegó a un nuevo llamado a elecciones, pero para eso fue necesario conseguir la mayoría en la Junta Representativa de la federación. El Frente Reformista logró tener 7 de los 13 votos necesarios, que representan la voluntad de cada facultad.
(Foto: NA)
Pero de inmediato llegó el escándalo. El sábado participan 130 delegados, votados en cada renovación de los centros de estudiantes; mientras que para poder sesionar, debía estar presente la mitad más uno. Así las cosas, de acuerdo a lo dicho por voceros de la UBA, se acreditaron 67 congresales que votaron -con la excepción de una abstención- favorablemente por el reformismo.
Acto seguido, la izquierda denunció fraude en las elecciones.
Al mismo tiempo que se desarrollaba el congreso, había una asamblea de la izquierda no validada por la Junta Representativa con 65 participantes. 65+67=132: sobran dos. De allí la denuncia por irregularidad. Esto claramente trajo a la memoria una situación similar, como aquella del increíble 38 a 38 de noviembre de 2016 en la AFA.
Pero pese a todo, se dio una explicación oficial: si las autoridades de la UBA no cuentan con la presencia del primer delegado de la lista, el estatuto permite la acreditación del que está justo detrás. En el caso del delegado de Ciencias Económicas, eso fue lo precisamente lo que terminó pasando.
El otro delegado en cuestión, objeto de la discordia, es de la facultad de Filosofía y Letras. En la boleta no figura en forma nominal, como debería ser, sino que se presentan como pares que comparten la misma posición. Basta con que uno de los dos se haga presente como para que sea posible contabilizar los votos.
Desde las agrupaciones de izquierda que denunciaron fraude y no aceptaron el resultado final, se trata de dar por inválida la elección y que se hagan nuevamente en diciembre, cuando se renueven las autoridades de todos los centros de estudiantes. Sin embargo, el congreso se llevó adelante con el seguimiento de la Inspección General de Justicia; la misma que debería haberla invalidado.
Todo derivó en una inusitada ola de violencia, cuando los estudiantes tomaron el rectorado y provocaron varios destrozos en el edificio. Unos 25 jóvenes rompieron computadoras, escritorios, mamposterías y amenazaron a los empleados de la tesorería, aunque también ellos acusan a la seguridad de la universidad de responderles abriendo un matafuegos. El punto final fue ayer: trataron de detener que el Consejo Superior de la UBA diera por válida la elección, pero el trámite burocrático se concretó de todas maneras.
Desde la conducción universitaria creen que la izquierda aprovecha el desconocimiento general de la política universitaria para hacer lo suyo y lo que más le conviene a su juego. Como sea, para la izquierda, ahora habrá dos "FUBAS". La que ayer fue reconocida por el rectorado ya recibió el mote de "La de Viamonte".
Finalmente, otro tema crucial en esta historia: un negocio millonario con los apuntes.
La FUBA se financia exclusivamente mediante la venta de apuntes del CBC. La propia universidad reconoce que -efectivamente- esto es así.
"Es un negocio millonario de verdad. Son 60 mil alumnos que cursan 6 materias por año. En cada materia como poco cada alumno gasta 500 pesos. Por eso están desesperados", indican.
Todo parecería ir por carriles normales, dicho de esta manera, pero sin embargo hay otro problema: desde la UBA se denuncia que la federación no presenta un balance "hace años", que no se sabe cómo y en qué usan el dinero recaudado y que también tercerizan la venta de todos los apuntes de matemática a través de una empresa llamada La Copia S.A.
"Es un laburo pesado el que hace la empresa, que lleva a que se inflen los precios porque tienen que ganar ambas partes. Entonces lo que en realidad sale 10 pesos te lo terminan vendiendo a 45″, afirman en la UBA.
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