Si bien los embutidos no suelen entrar en una alimentación saludable, hay algunas excepciones.
Por Canal26
Domingo 15 de Diciembre de 2024 - 08:41
Si bien los alimentos ultraprocesados no son compatibles con una alimentación saludable, existen matices. Los fiambres, un grupo de alimentos muy consumido que siempre nos saca del apuro, pueden considerarse una gran opción ya que aportan proteínas y algunos, tienen pocas grasas y calorías, pero es importante saber cuáles. Para eso, es muy importante entender la diferencia entre los embutidos y los fiambres curados.
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En primer lugar, la OMS y hasta los productores coinciden en que el chorizo, la mortadela, el tocino (o panceta) y el salame están en la “lista roja”. Lo mismo ocurre con las salchichas y el corned beef, porque son carnes procesadas y no son alimentos nutritivos.
La carne procesada es aquella que fue transformada mediante salazón, fermentación, ahumado, marinado o adobo, entre otros procesos destinados a mejorar su sabor y preservarla. Para su elaboración se utilizan sobrantes, restos o desechos y, además, se agregan grasa, almidones, sal, azúcar, colorantes y conservantes.
El blog del sitio Enrique Tomás, importador de fiambres españoles de la Argentina, explica que “cuando hablamos de este tipo de alimentos, debemos hacer una diferencia, ya que se tiende a confundir el embutido con la carne curada, y no es lo mismo ni en forma ni en el proceso de elaboración”.
El embutido es una preparación que consiste en “una tripa natural o sintética embuchada con carne picada de cerdo, tocino, sangre cocida u otros ingredientes y condimentos”. Esto incluye al chorizo, a la longaniza y al salchichón. Por otro lado, el jamón crudo no es un embutido, sino una pieza entera del animal curada con sal y tiempo, sin aditivos, pero con un alto contenido de colesterol.
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Según información oficial de BEDCA (Base de Datos Española de Composición de Alimentos), este es el ranking de los fiambres con menor cantidad de grasa y que, además, aportan proteínas:
Para tener una noción, en cuanto a las calorías, el 100 g de chorizo, por ejemplo, aportan 220 kcal, 20 g de grasa, 12 g de proteína y 1.000 mg de sodio, por lo que se encuentra dentro de la lista de los embutidos a evitar y no se recomienda su consumo en hipertensos.
Ahora bien, la pechuga de pavo, también conocida como pavita, aparece como una opción bastante saludable, siempre y cuando tenga 90% de carne. Aporta 60 kcal, 2,6% de grasa, 13 g de proteínas y 360 mg de sodio. Sin embargo, en Argentina se suele pasar al fiambre de pavo (carne procesada) como pechuga de pavo, lo que aumenta su índice calórico.
El jamón cocido, de buena calidad, sería el segundo fiambre en el podio de los de menor calorías: 100 gramos de jamón york aportan 70 kcal, además de 3 g de grasa, 12 g de proteínas y 470 mg de sodio. Este jamón se elabora con la pata trasera del cerdo y tiene menor tenor graso que la paleta. Además, es rico en minerales (hierro, potasio, magnesio, fósforo y zinc) y vitaminas (K, B3, B4 y B1).
Cabe resaltar que esto nos significa que su consumo sea ilimitado, si no que siempre hay que medirse para tener una dieta equilibrada. Además, cualquier cambio en la alimentación, es muy importante que sea supervisado por un profesional de la salud.
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