Ángel Labruna, "El Feo" que cambió la historia de River y se volvió un ícono del Millonario

Ángel Labruna, River Plate. Foto: archivo El Gráfico.

“El día que estés obsesionado con ganarle a Boca, recién ahí vas a poder vestir con orgullo la camiseta de River”, dijo alguna vez el máximo ídolo de la historia del club millonario, Ángel “El feo” Labruna, el hombre que, con sus 293 goles, 21 temporadas con la camiseta del club de sus amores, 36 superclásicos y 22 títulos, supo conquistar a los fanáticos del equipo de Núñez.

Miembro del equipo emblemático “La Máquina”, que ganó 10 títulos oficiales durante la década del 40, “el feo” Labruna logró alcanzar el primer puesto en la tabla histórica de goleadores de River Plate, y el segundo del Fútbol Argentino, luego de Arsenio Erico, quien lidera el podio con 295 goles.

Pero los goles y los títulos no fueron los únicos motivos que lo llevaron a ocupar el lugar donde hoy se encuentra, sino también su rivalidad con Boca y su desempeño frente al arco rival. “¿Cómo no lo voy a querer a Boca, si me dio de comer toda la vida?”, sostuvo Labruna, el máximo goleador de la historia del Superclásico que colgó los botines un 12 de octubre de 1959.

Ángel Labruna. Foto: Télam.

Te puede interesar:

Ilusión intacta: qué racha necesita River Plate para ser campeón de la Liga Profesional de Fútbol

Jugador, entrenador y máximo ídolo de la historia millonaria

No por nada cada 28 de septiembre se celebra el Día del Hincha de River en conmemoración del nacimiento de “El feo”, quien además de consagrarse como goleador también se ganó el lugar por su desempeño como entrenador del equipo millonario.

Pero vayamos a sus comienzos, más exactamente a su debut, allá por junio de 1939 ante Estudiantes de la Plata. Sin embargo, su primer gol se hizo esperar. El 15 de octubre de ese mismo año, Labruna marcó el primer tanto de los muchos que seguirían para convertirlo en el máximo artillero de la historia del club frente a Atlanta en un encuentro que terminó 4 a 2 a favor de River.

Ángel Labruna (River). Foto: Wikipedia.

Desde ese entonces hasta el 12 de octubre de 1959, día en el que vistió la camiseta de La Banda por última vez ante San Lorenzo, no paró de cosechar goles, victorias y títulos (nueve torneos locales y siete copas internacionales). Dicho recorrido y experiencia lo colocaron en el rol que ocupó tiempo después.

En 1963 comenzó la nueva época en la historia de “El Feo” en el club de Núñez: el de director técnico. Este nuevo rol tuvo tres etapas, la de 1963, 1968-1970 y 1975-1981, siendo este último tramo el más importante ya que fue quien logró cortar con una sequía de 18 años sin conquistar ningún título. En 1975, River volvió a dar la vuelta olímpica. En total, en su papel como entrenador, ganó seis torneos: cuatro metropolitanos y dos nacionales.

Vale aclarar que Labruna, si bien le dedicó muchos años de su vida profesional a River, también pasó por Rampla Juniors de Uruguay, Rangers de Talca de Chile y Platense, club donde terminó su carrera como protagonista profesional.

Labruna como entrenador. Foto: River Plate.

Te puede interesar:

No es el Real Madrid: el gigante europeo que pretende fichar a Franco Mastantuono

Inmortalizado en “El Monumental”

Ángel Labruna falleció a sus 64 años un 20 de septiembre de 1983 y su despedida no podría ser en otro lugar que no sea el Estadio Monumental, que abrió sus puertas para que una multitud de fanáticos se acercaran a darle el último adiós.

Veinte años después de su muerte, en el año 2003, la Subcomisión del Hincha eligió la fecha de su nacimiento para establecerlo como el Día del Hincha de River como una manera de homenajearlo.

Estatua de Ángel Labruna. Foto: River Plate.

Pero los homenajes y el reconocimiento por parte de los hinchas no quedaron ahí, sino que fue mucho más allá con la instalación de una estatua al lado del museo del club, realizada en bronce con las llaves que donaron miles de fanáticos en el año 2015.

Quizás fueron sus logros como jugador y entrenador o su particular rivalidad con Boca Juniors o, seguramente ambas, las causas que lo llevaron a convertirse en un ícono en la historia del Millonario. Su figura aparece a la altura de Ramón Díaz o Marcelo Gallardo, y es una referencia para tanto hinchas como jugadores que visten La Banda.