Su nombre es Rozy. Tiene 22 años y provoca en sus seguidores la misma empatía que una persona de carne y hueso.
Por Canal26
Jueves 14 de Abril de 2022 - 08:39
Rozy, la influencer humanoide, Foto @rozy.gram.
Los "humanos digitales" están cada vez más presentes para la industria tecnológica. Compañías como NVIDIA y Epic Games dieron muestras de sus desarrollos en este campo en los últimos años. Ahora, la productora coreana Sidus Studio X hizo lo mismo, pero en la búsqueda de la influencer perfecta. Su nombre es Rozy, no existe, pero provoca en sus seguidores la misma empatía que una persona real.
Esta coreana de 22 años, es divertida, despierta simpatía, nunca se cansa y no tiene vacaciones. Y lo más importante: nunca dirá nada que pueda molestar a la opinión pública y tampoco tiene un pasado oculto que arruine su carrera.
Por ahora, cuenta con 123.000 seguidores en Instagram y participó en un anuncio que fue visto por más de 11 millones de personas. Más de 100 empresas mostraron interés en colaborar con ella. A finales de año llegará a reportar más de un millón de dólares en ingresos publicitarios. En redes, muchos de sus seguidores ni siquiera se dieron cuenta de que es un humanoide virtual, y otros no creen que no exista.
El diseño de esta influencer es tan avanzado que es muy difícil darse cuenta de que se trata de una persona virtual. Rozy está a punto de superar el conocido ‘uncanny valley’ (el valle inquietante), esto es, que el resultado y sus movimientos son tan humanos que, por increíble que parezca, es capaz de hacer creer a nuestro cerebro que se trata de algo real. Por lo que, al final , la empresa coreana consiguió que provoque la misma empatía que una persona de carne y hueso. Asimismo, está diseñada para que coincida con los looks favoritos de los millenials, aquellos nacidos entre los años 80 y el año 2000.
Además, se le enseñaron 800 expresiones faciales y movimientos diferentes, a través de la captura de la imagen 3D de un actor real. Todo esto logra que la gente se sienta identificada con ella, que no se cuestione si es real o no y que además, acepten a Rozy como si fuera otra persona más que sube sus fotografías a Instagram.
Si uno mira el perfil de la influencer en Instagram se queda boquiabierto del resultado tan real que han logrado con Rozy. Pero la cuestión aquí es si esta nueva figura vino para quedarse y revolucionar el mercado del marketing en las redes sociales o, por lo contrario, es una anécdota curiosa más.
La primera duda que surge en este caso es que el éxito de las influencers se basa en la cercanía que la identifica con los usuarios. Las marcas buscan gente de a pie, real, variada, con sus imperfecciones, como cualquier otra persona. Esta cercanía con la realidad hizo que llegue de forma más directa al clientes a quien las marcas quieren vender su producto. Sin embargo, en el caso de Rozy, y otras figuras virtuales, no se cumple la ley principal en la que se sustenta la existencia y la utilidad de los influencers: la realidad.
Especialistas en márketing digital tomaron nota del tema y determinaron, como primer argumento, que no hay un perfil de influencer concreto. Cada uno de ellos está dirigido a un tipo de audiencia que consume un tipo de producto. Por lo que esto permite tener una gran variedad de perfiles y de mensajeros para hacer llegar un producto a los consumidores.
En el caso de Rozy servirá para un tipo de producto muy específico en el que su perfil encaja a la perfección y habrá otros muchos productos que no podrá anunciar. “Rozy es una imagen creada para que luzcan en ella determinados productos más enfocados a marcas de belleza como cosméticos o peluquería. Todo lo que sea realzar la moda funcionará en su caso”, aclara Ainhoa Gurruchaga. Según ella, al final, los ‘influencers’ no dejan de ser maniquíes que, en vez de estar en el escaparate de una tienda, están en otro gran escaparate que son las redes sociales y Rozy es un tipo específico de maniquí.
Rozy, la influencer humanoide, Foto @rozy.gram.
También reconocieron que las redes sociales actualmente complican los límites para distinguir la verdad de la mentira. Los usuarios suelen ver un determinado contenido -puede o no gustarles-, pero le resta importancia a si es real o no la persona del otro lado que los engaña con su apariencia.
“Hay muchísima gente que en sus ‘stories’ se pone un filtro en la cara que le hace parecer más bella, e incluso se pone unas orejas de animal, creando una imagen muy distorsionada de la realidad”, aclara la analista española Ainhoa Gurruchaga.
"Estamos en una época en la que, según para qué cosas, da igual si la persona que nos está transmitiendo el mensaje se comporta de forma natural o es una influencer virtual creada en una empresa de Corea", agrega.
Rozy, la influencer humanoide, Foto @rozy.gram
Eso sí, la experta en marketing de influencers también aclara que, aunque es verdad que estamos en un mundo muy diverso en el que la gente consume todo tipo de cosas y de formas muy diferentes, hay que tener en cuenta que Rozy está creada para el consumidor asiático. Justamente, Corea del Sur es un mercado específico en el que están más acostumbrados a ver humanoides, robots y otro tipo de seres anunciando productos.
Con información de La Vanguardia.
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