Reflexiones de Antonio Arcuri: la muerte de Rucci, un magnicidio que pagó el pueblo argentino

Se cumple un nuevo aniversario del alevoso asesinato del secretario general de la Confederación General del Trabajo, José Ignacio Rucci, 51 años atrás.

Por Antonio Arcuri

Miércoles 25 de Septiembre de 2024 - 15:43

José Ignacio Rucci junto a Juan Domingo Perón José Ignacio Rucci junto a Juan Domingo Perón

Se cumple un nuevo aniversario del alevoso asesinato del secretario general de la Confederación General del Trabajo, José Ignacio Rucci, 51 años atrás. Ha pasado mucho tiempo, pero vale recordarlo, porque aquel demencial hecho cambió para siempre el destino de un proceso político que estaba en pleno desarrollo y que prometía revertir años de desencuentros y violencia política. Lamentablemente ocurrió todo lo contrario.

Juan Manuel Abal Medina, testigo privilegiado del peronismo y del país en la década de 1970, en su extraordinario libro “Conocer a Perón”, titula el capítulo 26 “El golpe mortal” en referencia al magnicidio que conmovió al país y sintetiza lo que significó el asesinato de Rucci para el líder político y reciente presidente electo de los argentinos.

Abal Medina, el último secretario general del Movimiento Nacional Peronista, cuenta que conocida la luctuosa noticia se dirigió a Gaspar Campos donde lo esperaba Perón. El General “tenía los ojos nublados. Nos dejaron solos, y lo primero que dijo fue: ‘Me mataron a mi... Peor: mataron a mi hijo’. Y con un repentino endurecimiento de sus facciones agrego: ‘Son unos criminales, unos criminales...’. ‘Si, mi general. Eso son’, le respondí. Y él me preguntó: ‘Usted piensa lo mismo que yo’. Le contesté que no quería ni pensarlo, pero no podía sacarme la idea de la cabeza’”.

José Ignacio Rucci. Foto: archivo Google. José Ignacio Rucci. Foto: archivo Google.

Ambos sabían que el atentado donde cayó acribillado a balazos Rucci había sido obra de Montoneros, que buscaban negociar con Perón el destino del gobierno que asumiría el 12 de octubre de 1973, a tan solo 17 días después del crimen.

Rucci era para Perón mucho más que el secretario general de la CGT, Rucci era una pieza clave en la política económica que el presidente electo se proponía llevar adelante una vez que tomara las riendas del gobierno. El líder Justicialista soñaba con un gran acuerdo nacional donde estuvieran representadas no solo las fuerzas políticas, sino las entidades representativas de la producción y del trabajo; y en ese proyecto Rucci era una pieza fundamental.

No cabe dudas que la actitud de un grupo de “iluminados”, cegados por la soberbia y la sinrazón, truncó de raíz una etapa que prometía ser de recuperación y crecimiento, luego de 18 años de proscripción y exilio de Juan Domingo Perón.

La Historia guarda este crimen como un mojón de un período surcado por la violencia y los desencuentros que, tras la muerte de Perón, derivaría en una crisis profunda y la ruptura del orden constitucional, para entrar en la noche más negra que recuerde la nación.

La muerte de Rucci fue una tragedia que nos acompaña para dar testimonio de que nada bueno puede salir del uso de la violencia para dirimir diferencias políticas.

Antonio E. Arcuri

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