Según la física, el color rosa no existe: cuáles son los motivos detrás de esta afirmación

El color rosa es considerado una anomalía. Foto: Unsplash.

El color rosa experimentó, gracias al arrollador éxito de la película "Barbie", un renacer en la moda y la cultura pop. Sin embargo, detrás de la explosión de este nuevo color en tendencia, se oculta una intrigante paradoja en la física de la luz que desafía la comprensión convencional del espectro cromático.

En el año 2023, todo fue un poco más rosado debido al estreno de la película protagonizada por Margot Robbie, pero desde el punto de vista físico, el color rosa no existe en la naturaleza. Esta aparente contradicción se origina en la falta de una longitud de onda específica asociada al rosa dentro del espectro de luz visible.

El color rosa volvió a estar en tendencia gracias al éxito de "Barbie", protagonizada por Margot Robbie. Foto: Reuters.

La complejidad de los colores que una persona puede percibir se origina en las ondas electromagnéticas que conforman la luz visible. Cuando la luz blanca del sol se descompone, revela un arcoíris de colores desde el rojo hasta el violeta. Los objetos reflejan ciertas longitudes de onda, capturadas por los ojos y traducidas por el cerebro en una variada paleta de colores.

Sin embargo, en esta amplia gama de colores, el rosa se presenta como una anomalía. Este color encantador es, en esencia, una construcción visual que emerge de la combinación del rojo y el violeta o el azul puro. Contrario a otros colores que tienen longitudes de onda específicas, el rosa es una amalgama, es decir, una mezcla que el cerebro interpreta como un matiz único y distintivo.

El color rosa no existe en la naturaleza. Foto: Unsplash.

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Lo que los ojos no pueden ver

Para comprender este fenómeno, es esencial adentrarse en lo que escapa a la percepción directa de la visión. La luz violeta se encuentra en el extremo inferior del espectro (400 nanómetros), mientras que la luz roja ocupa el extremo superior (700 nanómetros). 

Más allá de estos límites, las frecuencias resultan invisibles para el ojo humano. La luz infrarroja se sitúa debajo del rojo, seguida por frecuencias utilizadas en radar. Por encima del violeta, surge la luz ultravioleta, con aplicaciones en desinfección y bronceado, y aún más allá, los rayos X y gamma, cruciales en medicina para diagnósticos por imágenes y tratamientos como la radioterapia.

Aunque el rosa no figura en el espectro electromagnético, su presencia es innegable para la percepción humana, por lo que afirmar que el rosa no existe sería equivalente a negar la realidad del negro o del blanco, colores también generados por la combinación de otros.