La tenista de mesa polaca, que nació sin la mitad de su brazo derecho, participa de su tercer juego olímpico.
Natalia Partyka, Tokio 2020, EFE.
Natalia Partyka es jugadora de tenis de mesa. También es polaca, y también participa para su país en las olimpíadas de Tokyo 2020. Debutó el último sábado con un triunfo, el domingo cayó en la segunda ronda y quedó eliminada de la disciplina individual de su deporte. Ahora espera su participación en la prueba por equipos en tenis de mesa.
Natalia Partyka, además de ser todo eso que es, juega a su deporte para enseñarle al mundo que todo es posible. Juega y juega sin parar. No se le escapa del radar la pelotita que va y viene, ni tampoco se olvida que todo es posible. No deja que ninguna gota de su transpiración salga en vano.
Partyka nació sin casi la mitad de su brazo derecho producto de una malformación congénita y, sin embargo, está convencida de que “para mí, (esta discapacidad) no es nada. Estoy jugando en la misma línea que los demás”.
A los 11 años ya le había anticipado al mundo que todas las posibilidades humanas establecidas estaban subestimadas: fue la debutante más prematura en un Juego Paralímpico en Sídney 2000. Cuatro años más tarde, y en Atenas, insistió con la tozudez de romper esas anarquías de la anatomía y se convirtió en la ganadora de una medalla dorada más joven de la historia de los Juegos Paralímpicos.
Tiempo después, y con 31 años, juega su tercer Juego Olímpico en Tokyo 2020, luego de participar en Beijing 2008 y Londres 2012.
Cautiva de esa ambición que la lleva a competir y a jugar para ganar, apuesta en cada derechazo que todo es posible.