Prisión preventiva para el pastor evangélico detenido por trata laboral

El templo donde fue detenido. Foto: NA. 

El pastor evangélico, Roberto Luis Justo Tagliabue (58), fue procesado por trata de personas con fines de explotación laboral. El pastor engañaba a jóvenes que estaban en tratamientos de rehabilitación por adicciones. Se lo condenó, además, por privación ilegítima de la libertad, ejercicio ilegal de la medicina, comercialización de fauna silvestre de 97 animales y maltrato contra 154 animales.  

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¿Quiénes eran sus víctimas? 

En general, sus víctimas eran jóvenes con problemas de adiciones que estaban en situación de vulnerabilidad. Padecían de consumo problemático de alcohol o estupefacientes y se encontraban realizando venta de panificados, de productos de limpieza o de plantas. Además, debían atender en una forrajería como parte de su tratamiento de rehabilitación.  

"El encausado actuaba bajo el pretexto de un tratamiento terapéutico destinado a personas con consumo problemático de sustancias estupefacientes y/o alcohol, que no era tal en la práctica, imponiendo sus normas y restricciones, y obligándolos a trabajar para su beneficio personal, en perjuicio de la mayoría de las víctimas", indicó el juez.  

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¿Cómo operaba? 

El delito del que se lo imputa resulta agravado ya que el ministro es una autoridad de culto que estaba a cargo de un instituto y era el principal administrador de la Iglesia Evangélica “El Shaddai”. También se agrava por el hecho de haber engañado a víctimas en situación de vulnerabilidad e incluso llegar al uso de amenanzas. Se suma que cometió esto en perjuicio de un menor de edad y de una persona con discapacidad. 

La hipótesis que maneja la fiscal, es que el pastor captaba a sus víctimas al menos desde el año 2001 a través del llamado Programa Cristiano de Rehabilitación de Adicciones (PCRA), conocido como "Hogar". También usaba para estos fines la iglesia "El Shaddai". Ninguno de los lugares, localizados en Mar del Plata, contaba con habilitación y fueron clausurados en el marco de los procedimientos ordenados por el juez.  

El tratamiento de rehabilitación con el que engañaba a sus víctimas incluía el encierro de los jóvenes sin contacto con el exterior al menos por 45 días. La posterior salida era solo a realizar tareas de venta de los productos que comercializaba la organización.  

Los jóvenes tenían largas jornadas de trabajo por una suma ínfima de dinero. La mayor parte de las ganancias iban directo a los bolsillos del imputado. Además de las tareas de venta, tenían que realizar tareas de mantenimiento y limpieza de las instalaciones. 

Durante los allanamientos también se encontraron animales cautivos, en su mayoría aves y reptiles en peligro de extinción. Por eso es que el pastor también recibió las imputaciones por delitos de maltrato animal y tráfico ilegal de fauna.