Las dificultades para avanzar, una vez más, con el acuerdo Mercosur-Unión Europea, abren las puertas a otras regiones y mercados del mundo.
Conteiners en Puerto de Santos, Brazil. Reuters
Mientras las protestas de la agricultura europea se intensifican, el acuerdo entre el Mercosur y la Unión Europea se desvanece, una vez más. Dada esa situación, el bloque sudamericano que agrupa a nuestro país, a Brasil, Uruguay, Paraguay y Bolivia, debe replantearse su estrategia comercial.
En diciembre del año pasado se anunció un exitoso acuerdo de libre comercio con Singapur que, se cree, puede ser la puerta de entrada del Mercosur a un acuerdo más amplio con los países de la ASEAN, un bloque económico de países del Sudeste Asiático que se encuentra formado por economías emergentes como Vietnam, Indonesia, Malasia o Tailandia, algunas de las economías de mayor crecimiento actual a nivel mundial. Agricultores bloquearon las rutas en Francia. Foto: Reuters
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Pero además de la posibilidad de avanzar sobre esa región, Brasil, como cabeza de nuestra región, parece estar intentando avanzar con un acuerdo de libre comercio con los Emiratos Árabes Unidos, lo que podría derivar en un ingreso de los países de Mercosur al casi desconocido, pero pujante, mercado del Medio Oriente.
Las primeras reuniones se dieron el pasado domingo, cuando el canciller brasilero, Mauro Vieira, se reunió con el ministro de comercio exterior de los Emiratos Árabes Unidos, Thani bin Ahmed Al Zeyoudi, en la cumbre ministerial de la OMC (Organización Mundial del Comercio). Lula da Silva visitó, el año pasado, los Emiratos Árabes Unidos y ve con buenos ojos un acercamiento a su ahora también nuevo socio en los BRICS.
Conferencia ministerial de la OMC en Abu Dhabi, Emiratos Árabes, feb, 2024. Reuters
Emiratos Árabes tiene un fuerte interés geopolítico en nuestra región, al punto que quiere impulsar inversiones para concretar la renovación de infraestructura en el proyecto del corredor bioceánico, entre el Pacífico y el Atlántico, en Sudamérica. La oportunidad de financiamiento abre, para Brasil, la oportunidad de que los productos sudamericanos entren en un volumen mayor al Medio Oriente.
El presidente de Brasil, Lula da Silva en la 63ª Cumbre de Jefes de Estado del MERCOSUR. Reuters
En las estimaciones de Brasil, si se firma un acuerdo de libre comercio con los Emiratos Árabes Unidos, Brasil y Argentina serían los principales beneficiarios, pero más importante aún puede ser que se abrirán puertas comerciales a otros países de la región como Arabia Saudita, Qatar o Kuwait, muchos con proyectos e inversiones en nuestra región, pero que no importan tantos productos, generando un desequilibrio comercial. Este desequilibrio podría corregirse con un acuerdo de libre comercio, al cual difícilmente el Medio Oriente se niegue porque es una de las regiones más abiertas a ese tipo de acuerdos.
En sintonía con Brasil, Uruguay es partidario de avanzar con la línea del acuerdo con los Emiratos Árabes Unidos. De hecho, el miércoles, el subsecretario de Relaciones Exteriores del país, Nicolás Albertoni, se reunió con una delegación de los Emiratos Árabes Unidos por primera vez, lo que parece marcar una agenda común entre Brasilia y Montevideo en ese tema. El presidente uruguayo, Luis Lacalle Pou, saluda al presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, durante la 63ª Cumbre MERCOSUR. Reuters
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Por su parte, Argentina parece ir en otra dirección. No porque se oponga a un acuerdo de libre comercio con los Emiratos Árabes Unidos, sino porque el Medio Oriente no es una región de “interés prioritario” para la actual gestión nacional. Una prueba de ello fue, de entrada, el no ingreso a los BRICS, sabiendo que la mayoría de los nuevos ingresos se corresponden con dicha región.
Por el contrario, Argentina quiere insistir en el continente europeo. Viendo las dificultades del acuerdo con la Unión Europea, Argentina parece apostar ahora por la EFTA, un bloque que agrupa a aquellas economías europeas que han decidido no sumarse a la Unión Europea.
La EFTA, existente desde 1960, se conforma tan solo por cuatro países: Noruega, Suiza, Islandia y Liechtenstein. Noruega y Suiza son, naturalmente, las cabezas del espacio y quiénes despiertan interés de Argentina. De hecho, Diana Mondino, la canciller argentina, se reunió con una delegación de Noruega el pasado martes, y la idea de avanzar con un acuerdo de libre comercio estuvo sobre la mesa, como una forma de sostener la cooperación y el interés sobre Europa.
Paraguay sigue de cerca el movimiento de Argentina porque espera que el acuerdo sea entre el Mercosur y la EFTA, y no entre la Argentina solamente y el bloque europeo. Los detalles se conocerán en breve, aunque parece quedar en claro que la línea de Brasil apunta hacia mercados emergentes y pujantes, pero desconocidos a gran escala para la región; mientras que la línea de Argentina parece apuntar a un mercado más pequeño pero conocido por su tradición europeísta. Será cuestión de tiempo ver qué línea es prioritaria para el bloque.
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