Un libro expuso los secretos más oscuros de la familia real británica: desde apodos despectivos hasta críticas sin filtro

Familia real británica. Foto: Instagram / theroyalfamily.

La monarquía británica, que tuvo un 2024 para el olvido si de polémicas se trata, volverá a estar en el ojo público tras la publicación de "Yes Ma'am: The Secret Life of Royal Servants", un libro escrito por Tom Quinn que revela aspectos desconocidos sobre la vida en el Palacio de Buckingham.

Basado en testimonios anónimos de antiguos empleados, el libro expone cómo la realeza depende de su personal, la resistencia al cambio de algunos de sus miembros y el impacto que tuvieron ciertas figuras, como Meghan Markle y Camilla Parker Bowles, en la dinámica familiar. 

La familia real británica. Foto: Reuters.

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El príncipe William y sus constantes berrinches: "Es como un cuarto hijo para Kate Middleton"

Entre las revelaciones más llamativas, el libro describe la rigidez en las costumbres de la Familia Real, particularmente en el caso del rey Carlos III y el príncipe William. Según Quinn, ambos dependen, en gran medida, de sus asistentes y reaccionan con frustración cuando las cosas no salen según lo planeado.

"Cuando las cosas no salen como esperan, tanto uno como el otro son bastante propensos a 'atacarse', lo que se traduce usualmente como: hacen berrinche", explica el autor.

Ante estas actitudes "infantiles", Kate Middleton juega un papel fundamental en la estabilidad de William, según testimonios recopilados. Una exempleada afirmó: "No sé dónde estaría William sin Kate".

"A lo largo de su vida le han dado todo hecho, así que ella lo calma cuando se siente frustrado. Dice que a veces hay que tratarlo como a su cuarto hijo", expresa el escrito. 

Príncipe William, Kate Middleton y sus hijos. Foto: Reuters.

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Meghan Markle y el cambio de protocolos: "Es la Sra. Simpson que vuelve para atormentarnos"

La llegada de Meghan Markle a la monarquía trajo consigo una serie de tensiones que quedaron plasmadas en el libro. Según Quinn, la exactriz experimentó un choque cultural desde su primer encuentro con los miembros de la realeza, cuando intentó saludarlos con un abrazo, un gesto inusual en el protocolo británico.

"El libro cuenta cómo Kate, Carlos, William y un caballero de Old Eton se estremecieron cuando Meghan se acercó para abrazarlos", describe el autor. Este comportamiento generó rumores en el entorno real y contribuyó a la creciente distancia entre los hermanos William y Harry.

Inicialmente, la presencia de Meghan se interpretó como un signo de modernización para los Windsor, pero Quinn sostiene que su relación con el príncipe Harry solo fue aceptada porque él no estaba en la línea directa de sucesión al trono.

Meghan Markle y el príncipe Harry. Foto: NA.

El libro también expone las opiniones divididas que generó Meghan dentro del palacio. Mientras que algunos miembros de la vieja guardia la apodaban "Meg la mística" por su visión progresista de la monarquía, otros empleados jóvenes la consideraban una mujer fuerte y decidida que se rehusaba a aceptar tradiciones obsoletas.

"Los más jóvenes la consideran una luchadora que se niega a someterse a tradiciones opresivas o a permitir que rumores y cortesanos anticuados la menosprecien", expresa el libre. 

Sin embargo, otros empleados la comparaban con "otra divorciada estadounidense de la realeza": "Ya estamos otra vez: Meghan es la Sra. Simpson que vuelve para atormentarnos'", relata el libro en referencia a Wallis Simpson, la mujer nacida en Estados Unidos que hizo abdicar al rey Eduardo VIII y sufrió el desprecio de Isabel II, quien la consideraba una "hechicera sexual". 

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Camilla Parker Bowles como "La bruja del Oeste"

Otra figura que recibe especial atención en el libro es Camilla Parker Bowles. Según los relatos recogidos por Quinn, su relación con Carlos fue inicialmente motivo de controversia dentro de la familia, al punto de que los príncipes la apodaban con nombres poco halagadores como "Lady Macbeth", "Bruja del Oeste" e incluso "Cruella de Vil".

Camila Parker Bowles. Foto: Reuters.

A pesar de estos apodos despectivos, Quinn asegura que Camilla nunca quiso ser reina y que le pidió a Carlos que se alejaran de la vida real. "Podríamos simplemente irnos y vivir en paz", le habría dicho. Sin embargo, alejarse de la monarquía no fue una opción viable para el entonces heredero al trono.