Los rugbiers vuelven al penal de Melchor Romero: ¿allí cumplirán la condena?

Los acusados por el crimen de Fernando Báez Sosa. Foto: Télam.

Los ocho rugbiers condenados por el homicidio de Fernando Báez Sosa fueron trasladados, tras la lectura del veredicto, al penal de Melchor Romero donde cumplieron la mayor parte de los tres años que llevan detenidos con prisión preventiva, informaron fuentes judiciales.

Las fuentes indicaron que más adelante se resolverá si ese continuará siendo su lugar de detención, o si, ya con una condena en primera instancia dictada por un tribunal, serán trasladados a otra unidad penal.

El penal de Campana, que es el más cerca de Zárate, podría ser una de las opciones porque es el más cercano a sus familiares, algo que suele primar. Sin embargo, esa cárcel se encuentra sobrepoblada, por lo que podrían ser alejados de todos e ir a parar a una cárcel del interior bonaerense.

Foto: NA.

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Presos opinaron sobre los supuestos "privilegios" de los rugbiers

Hubo presos que opinaron sobre el "privilegio" del que se habla sobre los rugbiers que tienen en la cárcel. "Loco, ¿qué onda ‘los rugby’? A cualquier guachito que ingresan lo apuñalan o lo cagan a trompadas o les roban las zapatillas, no como a estos giles que les hicieron una pieza para diez", dijo un veterano, quien tiene varios años tras las rejas.

"En el primer día vinieron a las cinco de la mañana, con un par de compas los vimos pasar nomás, pero rodeados de policías, ni las caras les pudimos ver. Estaba toda la comitiva del Servicio Penitenciario, y los que los movieron fueron todos los jefes de penales, directores, jefe de visitas", relató otro preso en aquellos tiempos.

Ante esta situación, Máximo Thomsen aclaró en su monólogo ante la fiscal del caso sobre sus días en prisión. "Quiero aclarar que en la cárcel no estamos como dicen los medios, que dicen que tenemos aire acondicionado, que tenemos ventiladores, que somos presos VIP cuando en realidad estamos toda la noche escuchando lo que nos dicen otros presos, que nos gritan que tienen precio nuestras cabezas, que Burlando los va a defender, que nos quieren violar. Nos gritan de todo por la ventana", dijo.

En tres años, ninguno de ellos sufrieron ataque alguno, gracias al aislamiento que tienen con otros internos.