En velero por el lago Nahuel Huapi: un paseo mágico para disfrutar la Patagonia de una forma diferente

Una experiencia para vivir al menos una vez en la vida: disfrutar de la calma de transitar a vela un lago tan grande como el cercano a Bariloche. Con alimentos incluidos que cambian según el horario, es un combo completo e inolvidable.

Por Pato Daniele

Lunes 20 de Enero de 2025 - 14:02

Navegar en velero por el lago Nahuel Huapi. Foto: Pato Daniele Navegar en velero por el lago Nahuel Huapi. Foto: Pato Daniele

Visité Bariloche en varias ocasiones y en diferentes épocas del año, y pude disfrutar de todo tipo de actividades tanto en la ciudad como en su zona de influencia. Desde esquí y comidas nutritivas en invierno a paseos a caballo y caminatas por la montaña en verano. Pero hubo una que resultó la más placentera: la navegación del lago Nahuel Huapi en velero. Ideal para el verano o la época cálida, aunque se realiza durante todo el año, aporta tanta paz y disfrute que la volvería a hacer cada vez que esté por allí.

Navegar en velero por el lago Nahuel Huapi. Foto: Pato Daniele Navegar en velero por el lago Nahuel Huapi. Foto: Pato Daniele

Es perfecta para llenarse los ojos con paisajes maravillosos, cambiar de aire y compartir con familia y amigos. La inolvidable experiencia parte del camping Petunia, en el Km 13,500 de la avenida Bustillo. Esto es a apenas media hora del Centro Cívico, en una zona donde habitualmente se alquilan cabañas turísticas. En el estacionamiento se puede dejar el auto y hay que avisar que se va a la costa, al amarradero del Velero El Orgulloso, para que les permitan ingresar.

Una vez llegado al muelle se ven amarrados los tres veleros de la compañía: el Orgulloso, fundacional de este tipo de experiencias, el Facundo IV y el Okinawa. Las tres embarcaciones llevan a grupos en una travesía relajada (sobre todo si el lago está planchado). Se puede optar por compartir la experiencia con desconocidos y reservar la nave de manera privada. Por supuesto eso va a hacer que varíe el costo de la excursión, actividad que puede ser de dos, tres, cuatro o seis horas. Tienen horarios fijos de salida, previa reserva, y según la duración incluyen café y medialunas, picada bien regada o, para la salida más prolongada que se hace en la embarcación más grande para un mínimo de cinco personas, se agrega a todo lo anterior carnes a la parrilla con vegetales varios. Esta opción sólo funciona en verano, hasta marzo, y sale a las 10 de la mañana. La excursión de medio día, la más popular que dura cinco horas, le sale al grupo U$S 500 e incluye tablas de stand up paddle y trajes de neoprene para meterse en el lago, además de los alimentos.

Navegar en velero por el lago Nahuel Huapi. Foto: Pato Daniele Navegar en velero por el lago Nahuel Huapi. Foto: Pato Daniele

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Incendio en el Parque Nacional Nahuel Huapi. Foto: nahuelhuapi.gov.ar

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Cómo son las excursiones en velero

En nuestro caso fue el Facundo IV el que nos llevó por el lago, con Juan Manuel como capitán y el experimentado Billy como su mano derecha y ameno encargado del servicio. El barco es un Black de 40 pies que se desliza tranquilamente por la fría superficie del Nahuel Huapi, mientras los dos responsables del navío van señalando los atractivos turísticos que se ven a lo lejos y se disfruta de la vista panorámica de Los Andes.

Navegar en velero por el lago Nahuel Huapi. Foto: Pato Daniele Navegar en velero por el lago Nahuel Huapi. Foto: Pato Daniele

Así cuentan un poco de la historia de cada cosa que se ve: la isla De los Víveres, denominada así porque ante la posibilidad de zozobra tuvieron que vaciar allí un barco para llegar a la costa; la Torre Bustillo, una construcción de aspecto medieval en la península San Pedro, inexpugnable en terrenos privados, que dio lugar a leyendas en la zona.

También desde el velero se comprueba la cantidad de hermosas playas que hay para disfrutar, algunas con mucha gente y otras solitarias. Ideales para un verano de relax o de deportes acuáticos, mientras a nuestro lado pasan las lanchas que van a recalar en alguna de ellas. El recorrido se hace ameno con la charla y se completa con un desayuno, si la partida es a la mañana, o una super picada acompañada de vino, cerveza o gaseosa (como nos tocó a nosotros) al mediodía.

Navegar en velero por el lago Nahuel Huapi. Foto: Pato Daniele Navegar en velero por el lago Nahuel Huapi. Foto: Pato Daniele

Pero lo mejor es sentarse en la proa (o pararse al mejor estilo Titanic) y dejar que el viento acaricie el rostro, que la calma que rodea a la nave invada al viajero. La actividad se presta tanto para la introspección en ese ambiente inmejorable, o para la confesión y la charla distendida con los acompañantes. Con las velas no hace falta el motor (que por supuesto el barco tiene), entonces con un poco de viento la embarcación se va deslizando silenciosa, cortando el agua fría con delicadeza y decisión.

Navegar en velero por el lago Nahuel Huapi. Foto: Pato Daniele Navegar en velero por el lago Nahuel Huapi. Foto: Pato Daniele

Según el estado del lago, en el recorrido más corto se desembarca en Bahía Puerto Bueno, un lugar ideal para relajarse y recargar energías con la vianda del momento. El de tres horas recorre el Brazo Campanario, lago abierto desde donde se pueden avistar los cerros más importantes y ver las islas Huemul, de las Gallinas y fondear en una bahía de aguas turquesas en el extremo de Península de San Pedro.

Es impresionante ver la ciudad de Bariloche desde el agua y cruzar a la Bahía de Puerto Venado en las costas de Neuquén, donde se para y desciende para comer en la excursión de cuatro horas. Finalmente, la travesía de seis horas llega hasta la fascinante Isla Huemul para caminarla en busca de las ruinas del proyecto de energía nuclear que se intentó realizar en los años '50, durante el gobierno de Perón: de solo 75 hectáreas, perdidas entre pinos, coihues, arrayanes y cipreses, se encuentran los restos del primer laboratorio de fusión nuclear del mundo, donde un extravagante científico austríaco intentó algo crear un sol en miniatura.

Siempre se vuelve al punto de partida, mientras se ve el muelle a lo lejos, que va creciendo ante nuestros ojos rodeado de verde y de flores de retama que perfuman el ambiente. La ilusión no se quiebra. El viajero vuelve a puerto tranquilo y feliz, consciente de haber disfrutado de una experiencia diferente y enriquecedora. Realmente inolvidable.

Navegar en velero por el lago Nahuel Huapi. Foto: Pato Daniele Navegar en velero por el lago Nahuel Huapi. Foto: Pato Daniele

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