La investigación pone en tela de juicio a la industria farmacéutica y habla de otras prácticas aparentemente más eficaces. ¿Cuáles son?
Por Canal26
Miércoles 24 de Abril de 2024 - 19:13
El dolor de espalda es algo que afecta a todos alguna vez en la vida y la primera solución a la que muchos recurren es tomarse un ibuprofeno o algún medicamento específico para calmarlo. Un estudio del Consejo General de Colegios Oficiales de Médicos (CGCOM) estima que el 80% de la ciudadanía tiene problemas de este tipo, más ahora que la vida laboral se volvió sedentaria. Ahora bien, un nuevo estudio cuestiona el uso de fármacos para estas ocasiones.
Joan-Ramon Laporte, que durante muchos años ocupó el cargo de jefe de servicio de Farmacología del Hospital del Vall d’Hebron, publicó el libro Crónica de una sociedad intoxicada, donde hace un recorrido histórico por el abuso de fármacos en España, el control de las patentes en el mercado europeo y el exceso del consumo de medicamentos entre los pacientes.
Ahora bien, lo que más llama la atención es que el experto pone en cuestionamiento a toda la industria farmacéutica en cuanto al tratamiento de dolores de espalda. Laporte afirma en su libro que “en nueve de cada diez casos no se puede determinar de manera fiable cuál es la causa anatómica” de estos dolores, por lo que el consumo de un medicamento no será efectivo.
El mito del uso de fármacos para tratar dolores de espalda
En su libro, el farmacólogo, quién conoce muy bien esta industria, hace un recorrido histórico por todos los estudios que derribaron el mito del uso de fármacos para tratar dolores de espalda y asegura que “una bolsa de agua caliente puede ser más efectivo que un analgésico”, ya que “el dolor mejorará con el movimiento moderado”.
A su vez, insiste que muchas veces se piensa que el dolor de espalda mejora por los medicamentos, pero en realidad lo que hace realmente que desaparezca es dejar pasar el tiempo. “Este fenómeno ocurre con muchas patologías y se denomina regresión a la media, o en otras palabras, recuperación del estado anterior de salud”, explica en su ensayo.
Por este motivo, se valora negativamente la existencia de medicamentos para este dolor y pone en tela de juicio a la industria farmacéutica: “El dolor de espalda, que generalmente se alivia y desaparece por su cuenta, es un escenario ideal para introducir tratamientos que no son más eficaces que el placebo”, asegura su autor.
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Algo que muy pocos saben: el tratamiento ideal para el dolor de espalda es no guardar reposo. El libro se basa en dos investigaciones. La primera, de 1986 y publicada en la prestigiosa revista The New England Journal of Medicine (NEJM) bajo el título ¿Cuántos días de reposo en cama para el dolor lumbar agudo? Un ensayo clínico aleatorizado comparaba pacientes a los que se recetaban siete días de reposo frente a otros pacientes a los que se recetaban dos. “Los de dos días pudieron retomar las actividades habituales con mayor rapidez que los asignados a siete días. Se rompía un mito”, explica Laporte en ese capítulo.
El tratamiento ideal para el dolor de espalda es no guardar reposo.
Por otro lado, otra investigación publicada en 1995, también en NEJM, demostró que cuando se tiene una lumbalgia conviene no hacer nada particular, simplemente seguir con las actividades habituales hasta donde el dolor lo permita. El estudio, titulado El tratamiento del dolor lumbar agudo: reposo en cama, ejercicios o actividad ordinaria, llega a la conclusión de que “se puede extraer que es necesario no dejar el cuerpo quieto y en reposo, pero también no forzarlo”.
Primero fueron inyecciones de vitamina B en los setenta, luego los corticoides y en los ochenta tuvo lugar el boom del diazepam, así como de otras benzodiacepinas que se recetaban. “Encontraron un lugar al sol en el mercado del dolor de espalda. No tiene eficacia demostrada en el tratamiento del dolor de espalda”, denuncia el autor. A su vez, apunta que “los antiinflamatorios no esteroides (ibuprofeno y demás) tienen una eficacia modesta sobre el dolor de espalda crónico”.
Con la irrupción de todos estos medicamentos, un grupo de investigadores australianos revisó 98 ensayos con más de 15.000 participantes en los que se analizaban estos fármacos: “La fiabilidad de los resultados sobre la eficacia de todos los fármacos era baja o muy baja, e insuficiente para sacar conclusiones sobre cuáles son los preferibles”, agrega Laporte.
Asimismo, otro estudio australiano publicado en la revista Lancet indagaba en el efecto de los analgésicos opioides para tratar dolores de espalda crónicos. El ensayo, titulado Analgesia opioide para el dolor lumbar agudo y el dolor de cuello, demostró que los efectos de estos medicamentos es “ligeramente inferior a la de placebo” y además causan “efectos adversos con frecuencia”.
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