El San Martín hombre: la difícil relación con sus hermanos, hijos bastardos y una nieta heroína

Este 25 de febrero se cumplen 247 del nacimiento del Libertador, el hombre que se transformó en mito y en prócer de América Latina. Pero, ¿qué hay sobre aquel Don José persona?

Por Yasmin Ali

Martes 25 de Febrero de 2025 - 07:30

José de San Martín José de San Martín

Este 25 de febrero se cumplen 247 años del nacimiento de José Francisco de San Martín y Matorras, aquel pequeño de Yapeyú que, criado en España, volvió al Río de la Plata para hacer historia.

Considerado uno de los próceres máximos de Argentina, junto con Belgrano, y entre los más respetados de América Latina. San Martín pasó a la historia por su papel fundamental en la independencia sudamericana, convirtiéndose en una figura endiosa y perdiendo en el relato algunas de los aspectos de su vida que ineludiblemente formaron parte de lo que fue.

Desde sus primeros años en Yapeyú, una relación difícil con sus hermanos, su prontuario amoroso que incluye hijos bastardos y hasta una nieta que supo lo que era ser venerada en tu propio país. Este fue el José de San Martín persona, aquel que muchas veces se intenta separar del prócer.

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Los San Martín-Matorras

Su familia ha sido objeto de numerosos debates y hasta polémica, pero con el tiempo quedó fuera de discusión y prácticamente no se han mencionado la vida de sus padres y de sus hermanos, cuya relación también es tema aparte. Quiénes fueron y qué fue de la vida de las primeras personas que acompañaron al Libertador.

Juan de San Martín y Gregoria Matorras Juan de San Martín y Gregoria Matorras

Los padres de la familia eran españoles, Juan  San Martín nacido en Cervatos de la Cueza y Gregoria en Paredes de Nava, ambos en el norte. El jefe de la familia se enlistó a los 18 años como soldado voluntario y decidió probar suerte en el ejército español en América. Se le encomendó hacerse cargo de Las Caleras de Vacas, estancia que estaba en lo que hoy es Colonia, Uruguay. Casi en simultáneo Gregoria Matorras también cruzó el Atlántico con su primo Jerónimo, fue en Buenos Aires donde la pareja se conoció y se casó en 1770 para luego mudarse a donde el ejército lo había mandado para continuar con su trabajo.

Allí llegaron los primeros hijos del matrimonio: María Elena, nacida el 18 de agosto de 1771; Manuel Tadeo, el 28 de octubre de 1772; y Juan Fermín Rafael, el 5 de febrero de 1774. Es decir, los tres hermanos mayores de San Martín fueron uruguayos. Al tiempo, y debido a que las misiones jesuíticas fueron divididas en distritos, el gobernador Juan José Vértiz designó a San Martín padre a cargo de Nuestra Señora de los Reyes de Yapeyú donde nacieron en febrero de 1776 Justo Rufino y el 25 de febrero de 1778 José Francisco. A fines de 1783 los San Martín dejaron el Río de la Plata, el más pequeño apenas tenía 5 años.

María Elena de San Martín, la hermana mayor María Elena de San Martín, la hermana mayor

En cuanto a sus hermanos: la mayor, María Elena, se casó en Madrid en 1802 y murió en 1852. Tuvo una hija, Petronila, que el Libertador incluyó en su testamento. Su madre Gregoria vivió con ella cuando su papá falleció a los 68 años. Don José tenía 18 años y la madre viviría hasta poco después del combate de San Lorenzo en 1813.

Manuel Tadeo, el segundo, siguió la carrera militar y su hermano más famoso lo consideraba el mejor militar de todos hasta su muerte en Valencia en 1851. Juan Fermín Rafael también se enroló en el ejército, viviendo en Filipinas donde formó familia y donde murió en 1822.

Justo Rufino de San Martín acompañó a su hermano en el exilio Justo Rufino de San Martín acompañó a su hermano en el exilio

Justo Rufino, el otro correntino, era el hermano favorito de José y lo acompañó en su exilio en Bruselas hasta su muerte en Madrid en 1832. Todos los San Martín hicieron su vida lejos de la tierra que los vio nacer, menos el más chico que volvió a los 34 años para escribir el capítulo más importante de la historia argentina y sudamericana.

José de San Martín

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Desde la primaria nos enseñan que San Martín fue padre de Mercedes Tomasa de San Martín y Escalada, la única hija del matrimonio entre Don José Francisco y María de los Remedios de Escalada. Merceditas quedó a cargo de la madre que con una salud extremadamente débil debió delegar su educación a Tomasa Francisca de la Quintana y Aoiz de Escalada, abuela de la pequeña.

San Martín y su hija, Merceditas San Martín y su hija, Merceditas

Uno de los romances que mantuvo San Martín, y que terminaron en un bastardo, fue con la criada mulata de Remedios, la negra Jesusa que acompañó a San Martín a Chile y lo siguió a Perú. Esta relación habría dejado un varón. Con Fermina González Lobatón, dueña de un ingenio azucarero en Perú, tuvo un hijo bautizado con el nombre de Domingo de San Martín.

Rosita Campusano, una de las amantes de San Martín Rosita Campusano, una de las amantes de San Martín

Con Rosita Campusano de Cornejo, llamada “La Protectora” y uno de sus amores más famosos, llegaron a convivir en lo que se conoce como “La Magdalena” aunque no tuvo descendencia. Pero sí la tuvo con una dama andaluza que conoció en Guayaquil: Carmen Mirón y Alayón quien parió a un niño bautizado como Joaquín Miguel de San Martín y Mirón. De este joven se rumorea que conoció a su padre en Europa, tuvo media docena de hijos y, aparentemente, murió asesinado.

Cuando San Martín volvió a Mendoza, tras finalizar su campaña Libertadora, comenzó un romance con una dama mexicana, María Josefa Morales de los Ríos, viuda del militar español Pascual Ruiz Huidobro que había apoyado al movimiento revolucionario.

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La nieta heroína del Libertador

San Martín optó por llevarse a su hija al exilio en Europa. En Inglaterra, Merceditas fue a un internado de señoritas en Hampstead, en Bruselas a otro donde su progenitor la visitaba los sábados y domingos. Los años pasaron y ya instalados en Francia, padre e hija, contrajeron cólera y fueron cuidados por el médico Mariano Severo Balcarce quien terminó casándose con la joven. El matrimonio tuvo dos hijas: María Mercedes y Josefa Dominga, a quienes el Libertador dedicó sus máximas.

Josefa, o Pepita, nació el 14 de julio de 1836 en Le Grand Bourg y se casó con Eduardo María de los Dolores Gutiérrez de Estrada y Gómez de la Cortina, embajador de México en Francia y con quien no tendría hijos. Para 1904, Josefa era viuda y vivía en el Petit Chateau, una mansión que compró su padre en 1854, y que transformó para crear la “Fundación Balcarce y Gutiérrez de Estrada”, convirtiéndose en un lugar para ancianos y un centro asistencial para los necesitados. Al estallar la Primera Guerra Mundial, su casa pasó a ser un hospital.

Josefa Balcarce, nieta de San Martín. Josefa Balcarce, nieta de San Martín.

El lugar pasó a llamarse Hospital Auxiliar N°89, empezando a funcionar el 14 de octubre de 1914. Al terminar la guerra en 1918, recibió del gobierno francés la condecoración de la Legión de Honor y distinguida por la Cruz Roja. La casa fue cedida a la Sociedad Filantrópica de París. En su testamento, murió el 17 de abril de 1924 a los 87 años en Brunoy. Tanto su abuelo como ella son ciudadanos ilustres de la ciudad y por muchos años, una de las calles principales llevaba su nombre.

En 1951 el gobierno de Mendoza repatrió los restos de Merceditas, nacida allí el 24 de agosto de 1816, junto con su esposo Mariano y su primera hija. Intentaron hacer lo mismo con Pepita, pero el gobierno francés la considera una heroína nacional por lo cual se negaron al pedido.

 

Por Yasmin Ali

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