Luego de las derrotas de Vilcapugio y Ayohuma en 1813, se encontraron en la posta de Yatasto. Allí se fundieron en un abrazo por primera vez, profundizando un vínculo para el resto de sus vidas.
Eran tiempos difíciles para 1813, habían pasado tres años de la Revolución de Mayo y las Provincias Unidas del Río de la Plata continuaban con su firme plan de independizarse de España. La campaña se había trasladado al norte con el Ejército del Norte al mando de Manuel Belgrano, pero la lucha no era fácil y los realistas se presentaban como un rival difícil de vencer.
En este contexto, Belgrano y José de San Martín se encontraron por primera vez en uno de los momentos más importantes y decisivos de la historia sudamericana y cambió el curso para siempre de los acontecimientos. Cómo una derrota fue el inicio de la independencia argentina y el paso necesario para que Sudamérica encuentre su libertad ansiada.
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Las derrotas de Vilcapugio en octubre de 1813 y Ayohuma en noviembre del mismo año, calaron hondo en el Ejército y obligó a repensar los pasos a seguir. En Buenos Aires no titubearon y decidieron que Belgrano debía ser relevado de su puesto como Jefe.
A pesar de intuir su destino, Belgrano envió el 17 de diciembre de 1813 una comunicación al gobierno donde pedía por José de San Martín como su reemplazante. El creador de la bandera consideraba que debía entregársele el mando y que él podría ir "de Coronel de su Regimiento o de soldado, pues el Coronel San Martín supone más conocimientos militares por ser su carrera”.
Las autoridades de ese momento, el Segundo Triunvirato, al principio negaron cambios en la cúpula y por algún tiempo Belgrano creyó que San Martín llegaría a la zona en calidad de asistidor. De todas maneras al saber de su llegada le escribió:
“Mi corazón toma un nuevo aliento cada instante que pienso que usted se me acerca porque estoy firmemente persuadido de que con usted se salvará la Patria y podrá el Ejército tomar un diferente aspecto" y días después le escribió: “Deseo mucho hablar con usted de silla a silla para que tomemos las medidas más acertadas. Sin tratar con usted a nada me decido. Que venga usted feliz a mis brazos son los votos que dirijo al Cielo”.
Hay que tener en cuenta que Belgrano y San Martín mantenían una comunicación epistolar. El intermediario fue José Milá de la Roca, amigo de ambos y secretario de Belgrano en la expedición al Paraguay. El correntino incluso le redacto a Belgrano unos cuadernillos de estrategia militar.
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Los próceres se encontraron a finales de enero de 1814 en la Posta de Yatasto, una antigua posta ubicada en la provincia de Salta y conocida por ser la sede de célebres reuniones históricas. Para la época, estos lugares eran propiedades que se ponían al servicio de los gobiernos y los vecinos del lugar colaboraban con ganado y caballos, servicios por los cuales recibían un aporte.
Estuvieron juntos un mes donde seguramente intercambiaron opiniones y secretos militares. Don José, valoró las cualidades de Belgrano e intentó mantenerlo a su lado: "De ninguna manera es conveniente la separación del General Belgrano de este ejército. No encuentro un oficial de bastante suficiencia y actividad que pueda reemplazarlo".
Su deseo no pudo cumplirse porque Belgrano tuvo que volver a Buenos Aires a rendir cuentas por sus derrotas.
En cuanto a la posta de Yatasto, también albergó a Martín Miguel de Güemes y en 1942 fue declarada Monumento Histórico Nacional y desde el año 1950, funciona como museo. Aquellas paredes guardan los secretos de reuniones que decidieron el futuro de un país.
Por Yasmin Ali
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