Desde el año 1944 se mantiene el interrogante. ¿Fue real o es producto de la imaginación? Tras ser ordenada por Adolf Hitler, podría haber sido la primera nave espacial y una "máquina del tiempo" hecha realidad. Esta es la historia, también teñida de leyenda.
Adolf Hitler por llegar a límites nunca antes sospechados y dominar a la perfección la tan preciada capacidad de viajar en el tiempo.
El extraño aparato es, hoy en día, centro de una controversia entre quienes creen sin haber visto y aquellos que lo niegan sin dudar. Durante años se habló de "La Campana" (Die Gloke, en idioma alemán) como uno de los más curiosos intentos del régimen nazi del FührerCuenta la historia ( o acaso la leyenda) que se trató del más ambicioso proyecto del líder del Tercer Reich por llevar a la práctica el sueño de sus "Armas Maravillosas" (Wünderwaffen) tras el quimérico objetivo de revertir el curso desfavorable del final de la Segunda Guerra Mundial y, luego, conquistar el mundo entero.
Mientras incrédulos y excépticos insisten en que todo es producto de una burda mentira, digna de una trasnochada novela de literatura fantástica, algunos documentos redactados por el SD (Sicherheitsdienst der ReichsFührer SS / Servicio de Seguridad e Inteligencia de las SS) dan cuenta de todo lo contrario.
Las instrucciones de Hitler eran claras y precisas al respecto: los mejores pilotos de la Luftwaffe (Fuerza Aérea de Alemania) debían ser seleccionados para llevar a cabo la más importante misión.
Los elegidos para sacrificarse en exclusivo beneficio de la ciencia y la tecnología germánicas fueron tres hombres, todos oficiales militares, quiénes -se cuenta- habrían sido los protagonistas del primer vuelo espacial de la historia. Los papers confiscados por las tropas soviéticas en 1944 cerca del estratégico establecimiento militar conocido en reducidos ámbitos de la inteligencia como "El gigante" (Der Riese), emplazado en la localidad de Mittelwerk, cerca de la mina Wenceslaus, próxima a la frontera checa, indican que los pilotos Holz Sigmar, Heinrich Voll y Schultz Feinberg, conformaron la tripulación de la misteriosa nave.
"La Campana" era un supuesto artefacto de investigación científica y fue descrita por el periodista y escritor polaco Igor Witkowski en su libro "Prawda o Wunderwaffe" (2000), aunque también se hizo popular por el trabajo del periodista militar y escritor Nick Cook, las investigaciones de Joseph P. Farrell y otros autores que la asociaron al ocultismo nazi y estudios sobre antigravedad y energía libre.
De acuerdo a lo que puede leerse en el artículo de Patrick Kiger, publicado en la revista National Geographic, "La Campana" se convirtió en un tema de especulación y amplio debate, incluso generando un numeroso bando de seguidores y detractores. Investigadores como el científico aeroespacial David Myhra se mostraron inocultablemente escépticos sobre su existencia.
Representación del posible lanzamiento, y boceto encontrado en un documento. Fotos: Bundesarchiv.
Como fuera "La Campana" fue descrita como un sorprendente aparato "hecho de un metal duro y pesado", con un diámetro estimado en torno a los 2,7 metros y una altura entre 3,7 y 4,6 metros, con forma similar a la de una gran campana. Según la entrevista que Cook le hizo a Witkowski, estaba conformada por dos cilindros contrarotativos que serían "llenados con una sustancia parecida al mercurio, de color violeta". Este líquido metálico era conocido como "Xerum 525" y estaba "almacenado en un termo alto y delgado, de un metro de alto y encapsulado en plomo". Es posible que en los experimentos se hayan utilizado sustancias adicionales, identificadas como Leichtmetall (metal ligero, en alemán), "inclusive peróxidos de torio y berilio".(2) Witkowski describe que cuando se activaba "La Campana", esta tenía un radio de acción de entre 150 metros a 200 metros. Dentro de su radio de acción, se formaban cristales sobre los tejidos celulares animales, la sangre se gelificaba y separaba, en tanto que las plantas se descomponían en una sustancia similar a la grasa.(3)
Así mismo, Witkowski aseguró que cinco de los siete científicos que originalmente trabajaban en el proyecto murieron durante las pruebas iniciales.(4) y afirmó que las ruinas de una estructura de concreto -apodada "El Henge"-, a unos 3,1 km. al sureste del principal Complejo Sokolec de las obras subterráneas del Proyecto Riese, pudo haber sido utilizada como plataforma de pruebas para un experimento sobre "propulsión antigravitatoria" generada con "La Campana".(5)
Sin embargo, la estructura abandonada también ha sido interpretada como los restos de una convencional torre de enfriamiento industrial.(6) Es aquí donde se mezclan los datos con la leyenda.
Entre tanto, Witkowski también ha afirmado que descubrió "La Campana" al leer las transcripciones del interrogatorio del oficial del Waffen-SS Jakob Sporrenberg. De acuerdo a los dichos de Witkowski, en agosto de 1997 un anónimo contacto del servicio secreto polaco que decía tener acceso a documentos del gobierno sobre armas secretas nazis, fue quien destapó las transcripciones supuestamente clasificadas.(7)
Hans Kammler y "La Campana" nazi. Fotos: Bundesarchiv.
Witkowski afirmó que solo le fue permitido transcribir los documentos y no se le permitió hacer copia alguna sobre esos reveladores papers. Pese a que no existen evidencia sobre la veracidad de los dichos de Witkowski, sus experiencias luego también fueron relatadas por el escritor británico Nick Cook, en su libro "The Hunt for Zero Point" (8) describiendo con más detalles a "La Campana" como "un artilugio brillante y giratorio" que se rumoreaba que tenía "algún tipo de efecto antigravitacional", que era una "máquina del tiempo" o parte de una "programa antigravedad de las SS" para un platillo volante llamado "Repulsine". Cook ha asegurado que un oficial de las SS -llamado Hans Kammler- intercambió en secreto esta tecnología con el ejército de los Estados Unidos a cambio de su libertad tras el final de la Segunda Guerra Mundial.(9)
Pero más allá de datos fidedignos o conjeturas ¿qué había sucedido con el extraño aparato conocido como "La Campana? ¿de dónde despegó? Y más: ¿Qué suerte corrieron los tres pilotos?
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Según relatos de los propios estadounidenses, los misteriosos astronautas no solo lograron sobrevivir a la marcante experiencia, sino que regresaron a la Tierra... 47 años después del posible lanzamiento. En 1991, Sigmar, Feinberg y Voll aparecieron ante autoridades militares de los Estados Unidos, y el encuentro no pudo ser más intrigante. Los pilotos alemanes -según se ha contado- lucían con el mismo aspecto que tenían en 1944, aunque de inmediato todo empezó a cambiar. Esos increíbles "viajeros del tiempo" comenzaron a envejecer muy rápidamente con grandes cambios físicos que se notaban a diario. Para el año 2000 solo quedaba con vida Henrich Voll, quién fue sometido a una larga serie de sesiones de hipnosis regresiva durante las cuales repitió una y otra vez su historia con todo lujo de detalles.
Quiénes estaban a cargo de ese tratamiento aseguraban -a propios y extraños- que Voll no mentía y decía la verdad. Todo terminó en 2004, cuando Voll finalmente falleció y se llevó muchos oscuros y valiosos secretos a la tumba.
Instagram: @marcelo_garcia_escritor
Nota: el artículo no expresa ideología política, solo investigación histórica.
Referencias:
1
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2
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