Durante 40 días se llevó a cabo la operación de rescate en la selva del departamento colombiano del Guaviare, que concluyó con el milagroso hallazgo de los niños.
Encuentran a los niños perdidos. Reuters
Fueron 40 largos días los que tuvieron a toda Colombia unida por el deseo de encontrar a los cuatro niños perdidos en la selva, en vilo, esperando que se produzca el milagro.
Los hallazgos de algunas pistas aumentaban de repente el ánimo en medio de la búsqueda incansable que empezó tras el accidente aéreo en la selva amazónica, allí donde se realizó la "Operación Esperanza", que finalmente terminó con éxito este viernes (09.06) al encontrar a los cuatro niños con vida.
Cada día representaba un desafío. A continuación, la cronología de la compleja operación:
- Fue el 1 de mayo cuando la Aeronáutica Civil (Aerocivil) informa de la desaparición de un avión Cessna 206, de la compañía Avianline Charter's, con siete personas a bordo, después de declararse en emergencia aparentemente por una falla en el motor. La aeronave volaba entre Araracuara, una remota localidad ubicada en límites de los departamentos de Caquetá y Amazonas, y San José del Guaviare, capital del Guaviare.
- 3 de mayo: la búsqueda se centra en una zona selvática al sur de San José del Guaviare para tratar de hallar rastros de la aeronave y de sus siete ocupantes; dos adultos, cuatro menores de edad y el piloto.
Durante el operativo de búsqueda en la selva colombiana. Foto: Reuters.
- 8 de mayo: una semana después de la desaparición siguen sin encontrarse rastros de la aeronave ni de sus ocupantes. A la búsqueda terrestre y aérea se suman cerca de 60 unidades de élite de las Fuerzas Especiales del Ejército, así como un grupo de familiares de los desaparecidos.
- 15 de mayo: un día de noticias muy duras. Las autoridades colombianas informan del hallazgo del avión con tres cuerpos en su interior: se trataba del piloto, Hernando Murcia Morales, Magdalena Mucutuy Valencia y Herman Mendoza Hernández. El avión fue encontrado en una zona rural del caserío Palma Rosa, que hace parte del municipio de Solano (Caquetá). La búsqueda de los cuatro menores continúa sin cansancio.
El avión fue encontrado en una zona rural del caserío Palma Rosa. Foto: Reuters.
- 17 de mayo: los equipos de búsqueda redoblan sus esfuerzos para encontrar a los menores Lesly Mucutuy, de 13 años de edad; Soleiny Mucutuy, de 9; Tien Noriel Ronoque Mucutuy, de 4, y Cristin Neriman Ranoque Mucutuy, de 11 meses. Durante esos días, la esperanza de encontrar con vida a los hermanos indígenas aumenta porque se encuentra una suerte de “refugio improvisado” con palos, ramas, trozos de fruta que se entendió que podrían haber sido consumidos por los niños.
Encuentran una huella durante el operativo de búsqueda. Foto: Reuters.
- 21 de mayo: esa semana, cientos de indígenas se unen a la búsqueda y aportan su gran conocimiento de la selva y así, apoyaron a los 150 militares que ya participaban de la "Operación Esperanza".
- 24 de mayo: los equipos de búsqueda que ya son integrados por Fuerzas Militares y por indígenas nukak, encuentran en dos lugares diferentes distintos elementos como pañales, tenis, un accesorio de celular, una tapa de tetero y una toalla que se cree pueden haber sido abandonados por los menores.
La esperanza revide. Encuentran un pañal durante la búsqueda en la selva. Foto: Reuters.
- 26 de mayo: Cristin Ranoque Mucutuy, la bebé indígena desaparecida junto a sus tres hermanos, cumple su primer año de vida mientras las tareas de búsqueda siguen sin detenerse en la selva.
- 1 de junio: se cumple un mes de la desaparición de la aeronave pero las autoridades mantienen la esperanza de encontrar con vida a los niños. Sin embargo, las tareas de búsqueda dentro de la espesa selva del Guaviare son difíciles porque la visibilidad se reduce a 20 metros.
- 9 de junio: es el día del milagro. Cuarenta días después del accidente aéreo, el Gobierno confirma que los cuatro menores han sido encontrados con vida por las Fuerzas Militares e indígenas.
Encuentran a los niños perdidos. Foto: Reuters.
En medio de la alegría por el hallazgo de los niños se destacan las huellas de un perro que fue la pieza “clave” para que se produzca el encuentro: las huellas dejadas por el perro Wilson, quien formaba parte de la operación de búsqueda y se perdió en la selva horas antes del hallazgo de los menores, una figura esencial en este feliz desenlace. Sin embargo, Wilson continúa desaparecido.