El rearme de Europa, ¿ilusión o realidad?

El refuerzo de las capacidades militares sin una estrategia común acatada por todos su miembros, podría provocar una tendencia a la fragmentación europea, debilitando la coherencia de la acción exterior de la Unión Europea y, en último término, ver el resurgir de antiguas disputas.

Por Geopolítica en Acción

Miércoles 19 de Marzo de 2025 - 11:02

Armas en Ucrania. Foto: Reuters. Armas en Ucrania. Foto: Reuters.

El rearme europeo pareciera haber dejado de ser un elemento de ficción desde la invasión rusa a Ucrania en 2022. La percepción de una amenaza directa en su frontera oriental ha impulsado a los Estados miembros de la UE a incrementar su gasto en defensa y a fortalecer sus capacidades militares, y en el último tiempo, en repetidas oportunidades han declarado la necesidad de contar con un ejército europeo provisto de armas europeas. Dado que la última vez que Europa fue una potencia militar la cosa no terminó bien, cabe la pregunta: ¿podrán rearmarse y mantener/consolidar la unidad de Europa, o el rearme solo llevará nuevamente a un resurgir de las antiguas rivalidades?

Por lo pronto, la línea a seguir pareciera sugerir que el rearme se financia a través de recursos nacionales, fondos de la UE y el impulso a la industria militar, en un intento por disminuir la dependencia del armamento estadounidense. Sin embargo, esta autonomía es relativa. La UE sigue dependiendo en gran medida de EE.UU. en términos de tecnología militar, inteligencia estratégica y logística operativa. Más aún, la presencia de soldados y bases militares estadounidenses en Europa, establecida desde el fin de la Segunda Guerra Mundial, refuerza la influencia de Washington sobre las decisiones estratégicas europeas y limita el margen de maniobra de la UE como un actor geopolítico autónomo.

Encontrá más vídeos

El dilema europeo es claro: ¿puede el continente consolidar su defensa sin seguir dependiendo de EE.UU.? la respuesta parece negativa. Los países europeos ya no poseen el peso estratégico que tuvieron en el pasado y su fragmentación política dificulta la construcción de una autonomía real en materia de seguridad. Mientras la balanza de poder siga favoreciendo a EE.UU. en términos de capacidades militares y liderazgo en la OTAN, Europa seguirá atada a su tutela. Su desafío no es solo el rearme, sino también la capacidad de traducir su poder militar en influencia geopolítica efectiva sin depender de Washington.

En sus declaraciones, Trump pareciera alentar a los europeos a aumentar su gasto militar y poner su parte en la “defensa de los valores occidentales”.

¿Estará el presidente estadounidense dispuesto a otorgar semejante nivel de autonomía a sus aliados europeos?

No nos engañemos, la división del mundo entre la URSS y EEUU en 1945 mostró a las claras que, de la Segunda Guerra Mundial, ningún Estado europeo salió victorioso. El pronto enfrentamiento entre los otrora aliados, soviéticos y estadounidenses, dio un respiro a Europa. Washington decidió incentivar la reconstrucción económica europea –occidental- frente a la amenaza de Moscú y la ideología comunista, que prendía más fácil allí donde las condiciones de vida eran materialmente pobres.

La visita de Volodímir Zelenski a una fábrica de armas en Pennsylvania, Estados Unidos. Foto: Reuters. La visita de Volodímir Zelenski a una fábrica de armas en Pennsylvania, Estados Unidos. Foto: Reuters.

Pero podría argumentarse que, más que como una defensa contra los soviéticos, las tropas estadounidenses que desde ese momento están en suelo europeo fueron, y son aún hoy, una garantía de seguridad para EE.UU., que evitaría así el surgimiento de algún otro Estado poderoso con deseos de dominar Europa y proyectarse más allá del Atlántico. Lo mismo hizo del otro lado, en el Pacífico, con Japón.

Si aceptamos esta premisa, reforzada por el hecho de que, con la caída de la URSS en 1991 y el fin de la historia y los conflictos en la humanidad, la ausencia de grandes amenazas, aún así EE. UU. no retiró sus tropas del continente, debiéramos preguntarnos nuevamente: ¿está Trump realmente dispuesto a incentivar el resurgir militar europeo? ¿qué consecuencias tendría ello para la distribución de poder global?

Notas relacionadas