Propietario de Terralagos acusado de formar parte de la banda de "Los impostores"

Propietario de Terralagos miembro de una banda criminal.

Un propietario de un lote en el barrio Terralagos de Canning que estaba construyendo una vivienda fue detenido, acusado de formar parte de la banda de “Los impostores”, dedicada a robar casas en diferentes zonas del Gran Buenos Aires.

Los miembros de la organización se hacían pasar por operarios de empresas de cable e Internet, ingresaban a domicilios y reducían a familias para sacarles dinero. Llevaron a cabo al menos diez de estos hechos, con los que recaudaron casi 100 millones de pesos, según la
investigación judicial.

El “countrista” detenido se llama Luca Díaz Molina y tiene 28 años. Vivía en el edificio Torres Art María, de Puerto Madero, y estaba construyendo una casa en Terralagos. En el barrio de Canning habría comprado un lote por 50 mil dólares y la habría puesto a nombre de un familiar directo que no podría justificar la inversión. También estaría vinculado a la barra brava de San Lorenzo. Llevaba un estilo de vida lujoso, con viajes frecuentes a Miami. Lo detuvieron el 18 de mayo pasado.

Díaz Molina está acusado por el fiscal de Vicente López Alejandro Musso de tener un rol protagónico en la banda de “Los impostores”. Hay otros cuatro sospechosos que quedaron detenidos junto con el propietario de Terralagos.

La investigación del fiscal Musso comenzó el pasado 21 de enero por un robo de la banda en Vicente López en el que los ladrones se alzaron con un botín de100 mil dólares y 10 millones de pesos. Usaban una camioneta utilitaria robada a la que le cambiaban sistemáticamente la chapa patente. Cuando iban a hacer un robo, le agregaban también imanes con el logo de la empresa de servicio de cable e Internet que simulaban representar.

El día anterior al robo, iban hasta el frente del domicilio que habían seleccionado y, vestidos como operarios, subían hasta el poste de luz y cortaban el servicio de cable e Internet. Lo hacían con los elementos profesionales y en pocos minutos. Al día siguiente volvían a visitar al “cliente” para hacer la “reparación”. Dos ingresaban a la casa y finalmente daban aviso a un tercero, al que llamaban supervisor, quien ingresaba con una caja de herramientas en la que llevaban armas y elementos para reducir a las familias.

Según la investigación, llegaban a quedarse por más de dos horas registrando las casas en busca de ahorros en efectivo, joyas y elementos de electrónica. A la banda le adjudican al menos diez hechos y podrían ser más.

Fuente: eldiariosur.com

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