Contaminación: los desechos electrónicos que terminan en la basura de los hogares equivalen al peso de 24 mil aviones

Desechos electrónicos. Foto: Freepik.

Cada año, la basura electrónica que se desecha desde los hogares suma cerca de 14 millones de toneladas, lo que equivale al peso de unos 2 mil grandes aviones de pasajeros y suficiente para trazar una línea entre Londres y Helsinki.

Los datos se dieron a conocer este año a través del Foro de Residuos de Aparatos Eléctricos y Electrónicos (WEEE por sus siglas en inglés), una organización internacional con sede en Bruselas, ante la celebración del Día Internacional de los Residuos Electrónicos, que es el próximo 14 de octubre.

Desechos electrónicos. Foto: Freepik.

Quienes forman parte de la organización internacional son entidades administradoras y que promueven el reciclaje responsable de este tipo de residuos de más de treinta países -entre ellas las españolas Ecolec, Recyclia y Ecotic- y sus responsables influyeron en la trascendencia de que los consumidores junten de forma adecuada cualquier tipo de producto electrónico inservible para darle una segunda vida mediante la reparación, la reutilización o el reciclaje.

El informe llamado Global E-waste Monitor 2024, publicado por esta organización, informó que una cuarta parte de los residuos electrónicos terminan en la basura doméstica, lo que supone desperdiciar miles de millones de dólares en cobre, oro y otros metales preciosos, materiales fundamentales para la fabricación de estos productos, además de plásticos y vidrio valiosos.

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Basura electrónica "por todas partes"

Pascal Leroy, director general del Foro, advirtió de que los pequeños aparatos electrónicos y eléctricos, como celulares, juguetes, consolas, auriculares, lámparas, pantallas y monitores, equipos de calefacción y refrigeración o cargadores, entre otros, "están por todas partes".

Desechos electrónicos. Foto: Freepik.

El informe hace eco de una encuesta que reveló que en cada hogar europeo hay unos 74 productos electrónicos (tabletas, teléfonos, televisores, herramientas eléctricas, tostadoras o secadores) y que las razones para no tirarlos son que sus usuarios piensan volver a usarlos en el futuro, venderlos o regalarlos, que tienen un valor sentimental, que podría tener un valor mayor en el futuro o que no saben cómo deshacerse de ellos de una forma adecuada.

Por el contrario, las razones que motivan su reciclaje adecuado son saber dónde y cómo hacerlo, facilitar a los consumidores los puntos de recogida, las compensaciones económicas, la creciente preocupación por el medio ambiente, el cumplimiento de las normas sociales establecidas o los beneficios que pueden tener para organizaciones benéficas.