Una alimentación saludable rica en frutas y hortalizas previene el desarrollo de patologías oncológicas, según la Organización Mundial de la Salud.
Por Canal26
Viernes 1 de Marzo de 2024 - 18:05
El cáncer es la principal causa de muerte en el mundo, según la Organización Mundial de la Salud (OMS). Sin embargo, el riesgo de padecer esta enfermedad puede reducirse incorporando ciertos hábitos saludables, entre los que se destaca la alimentación.
La Sociedad Estadounidense contra el Cáncer informó que una de cada tres personas desarrollará algún tipo de cáncer en algún momento de su vida. Si bien es cierto que no existe una "dieta milagrosa", incorporar ciertos alimentos a la dieta cotidiana puede ayudar a reducir el riesgo de desarrollar esta enfermedad.
En la actualidad, los supermercados se encuentran repletos de llamativos alimentos, los cuales son ricos en calorías, azúcares agregados y diferentes tipos de aditivos. Consumirlos en exceso incrementa el riesgo de aparición de muchas enfermedades, entre las que podemos mencionar el cáncer.
Además, hay evidencia científica que apunta contra las carnes rojas y procesadas. De hecho, el Centro Internacional de Investigaciones sobre el Cáncer, calificó el consumo de carne dentro del grupo 2A, es decir, como probable carcinógeno para los seres humanos.
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Nigel Brockton, vicepresidente de investigación del Instituto Estadounidense para la Investigación del Cáncer en Washington DC, afirmó que ningún alimento puede prevenir el cáncer por sí solo, pero que seguir una dieta sana parece reducir el riesgo de contraerlo.
A continuación, algunos alimentos que, según los expertos, se deben añadir a la alimentación diaria:
Ciertas verduras como el brócoli, las coles de Bruselas, la coliflor y la col son fuentes de isotiocianatos, que son compuestos vegetales que ayudan a nuestras células a eliminar toxinas y repararse, lo que es crucial para la prevención del cáncer.
Por ejemplo, los brotes de brócoli son ricos en sulforafano, un isotiocianato que puede reforzar las líneas de defensa naturales de nuestro organismo contra el daño celular diario. Este compuesto se vinculó con la protección contra varios tipos de cáncer, como el de próstata, mama, vejiga y colorrectal, aseguró Johanna Lampe, investigadora sobre prevención del cáncer del Centro Oncológico Fred Hutchinson de Seattle.
El licopeno, un potente antioxidante que le da a los tomates su color característico, reduce el riesgo de cáncer de próstata. Además, este compuesto también podría proteger contra otros tipos de cáncer, como el de mama, pulmón y colorrectal, según arrojaron diversas investigaciones.
Para que este componente se absorba fácilmente, es recomendable procesar los tomates.
Las variedades comunes de frijoles como los frijoles negros y rojos, así como las leguminosas como los garbanzos, los chícharos deshidratados y las lentejas, no solo tienen un alto contenido en proteínas, sino que también son excelentes fuentes de fibra, la cual es fundamental para la salud intestinal e inmunológica.
Las bacterias de nuestro intestino descomponen la fibra en combustible para las células que recubren el colon, lo que las mantiene sanas y con menos probabilidades de convertirse en células cancerosas.
Dentro de las variedades existentes de este fruto seco, las nueces de Castilla contienen niveles excepcionalmente altos de unos compuestos vegetales llamados elagitaninos, que nuestras bacterias intestinales convierten en metabolitos, reduciendo el riesgo de aparición de esta enfermedad.
John Birk, gastroenterólogo de UConn Health, comentó que el revestimiento de la pared del colon “tiene un aspecto más sano, una especie de reflejo brillante de la luz del endoscopio”, cuando las personas consumen nueces.
Las fresas, moras azules, arándanos, granadas y las frambuesas están repletos de antioxidantes, como la vitamina C y los flavonoides, que ayudan a proteger las células del estrés y de los daños en el ADN.
Los compuestos vegetales presentantes en las bayas, las dotan de un poder antiinflamatorio. Reducir la inflamación es importante porque “es uno de los principales factores del cáncer”, afirma Brockton. Dorothy Klimis-Zacas, profesora de Nutrición clínica de la Universidad de Maine.
Todos las verduras de color verde ofrecen protección contra el cáncer. “Consumir más productos verdes también reemplaza el azúcar y otros elementos no saludables en la dieta y conduce a resultados beneficiosos más allá del cáncer, incluido un menor riesgo de desarrollar enfermedades cardíacas u obesidad”, afirmó la doctora nutricionista y experta en salud, Susan Smith Jones, desde California.
Según investigaciones, las sustancias que se liberan al cortar o masticar los vegetales crucíferos tienen un efecto anticancerígeno. “Una dieta rica en verduras y frutas puede reducir la presión arterial, reducir el riesgo de enfermedades cardíacas y accidentes cerebrovasculares y prevenir algunos tipos de cáncer”, advierte la Escuela de Salud Pública de Harvard.
El ajo contiene alicina, un compuesto azufrado responsable del fuerte olor del ajo y de su capacidad para combatir el cáncer.
Un estudio realizado en China, país donde predomina el cáncer de estómago, se descubrió que consumir este alimento reduce el riesgo de desarrollar la enfermedad. Según Wen-Qing Li, investigador del cáncer en el Hospital Oncológico de la Universidad de Pekín y autor del estudio, consumir ajo crudo ayudará a “mantener vivos los sabores y las sustancias químicas de su interior”.
Cambiar la taza de café por la mañana por una infusión más amigable, como el té verde, brinda al organismo beneficios adicionales. El té verde no sólo ayuda a prevenir el cáncer, sino que también tiene propiedades antivirales y antibacterianas.
El té contiene flavonoides, conocidos por sus efectos antioxidantes. Un flavonoide en particular, el kaempferol, mostró efectos protectores.
Las granadas son conocidas por su potencial para prevenir y tratar diversas enfermedades, incluido el cáncer. Este alimento se utilizó para la prevención y el tratamiento de muchas enfermedades y dolencias durante siglos en culturas antiguas.
Los estudios demostraron que esta fruta de, así como su jugo, extracto y aceite, ejercen propiedades antiinflamatorias, antiproliferativas y antitumorales al modular múltiples vías de señalización, lo que sugiere su uso como un agente quimiopreventivo prometedor.
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