Esta característica del formaldehído, común en productos domésticos y cosméticos, refuerza la vinculación de esta sustancia con el cáncer.
Por Canal26
Jueves 2 de Noviembre de 2023 - 18:49
Un grupo de investigadores de distintas partes del mundo descubrieron que el formaldehído, un contaminante muy común -entre otros- en productos domésticos y cosméticos, tiene la capacidad de modificar los mecanismos químicos que controlan la actividad de los genes, reforzando así la vinculación de esta sustancia con el cáncer.
El estudio publicado en la revista Science contó con la participación del director del Instituto de Investigación contra la Leucemia Josep Carreras, Manel Esteller, y el catedrático de Genética de la Universidad de Barcelona e investigador del mismo centro, Lucas Pontel.
Expertos aseguran que este hallazgo amplía los conocimientos sobre el formaldehído, que solo se consideraba un mutágeno del ADN y ahora se conoció su capacidad de modificar la programación epigenética de la célula.
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La epigenética estudia los mecanismos químicos que controlan la actividad de los genes, activándolos o desactivándolos y acomodando cada célula a la función que le corresponde en cada momento y lugar.
De esta manera, los marcadores epigenéticos permiten que las células, tejidos y órganos se adapten a las circunstancias cambiantes del entorno. Sin embargo, esto puede presentarse como un inconveniente, ya que esta regulación epigenética puede verse alterada más fácilmente por toxinas que la secuencia genética más estable del ADN.
Este estudio pone en evidencia que el formaldehído posee una potente capacidad de modificadora de los patrones epigenéticos normales. Este elemento es utilizado comúnmente en productos domésticos y cosméticos, así como también en el aire contaminado y ampliamente utilizado en la construcción.
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La publicación, dirigida por el investigador de la Universidad de California Berkeley (Estados Unidos) Christopher J. Chang, se centró en investigar los efectos de altas concentraciones de formaldehído en el organismo, debido a que esta sustancia es asociada a un mayor riesgo de desarrollar cáncer (tumores nasofaríngeos y leucemia), degeneración hepática por hígado graso (esteatosis) y asma.
"El formaldehído entra en nuestro organismo principalmente a través de la respiración y, como se disuelve bien en un medio acuoso, acaba llegando a todas las células de nuestro cuerpo", destacó Esteller.
En tanto, el grupo de investigadores descubrió que "el formaldehído es un inhibidor de la proteína MAT1A, que es la principal productora de la molécula S-adenosil-L-metionina (SAM), donante universal del grupo químico metilo que regula la actividad epigenética".
De esta manera, la exposición al formaldehído "induce una reducción del contenido de SAM y provoca la pérdida de metilación de las histonas, proteínas que empaquetan el ADN y controlan la función de miles de genes".
Por otro lado, Pontel alertó que la sustancia "tiene la capacidad de modificar el paisaje epigenético de las células", lo que contribuye a las propiedades cancerígenas de esta sustancia.
En este contexto, las autoridades sanitarias internacionales se encuentran restringiendo al uso máximo de formaldehído, aunque todavía existen ámbitos laborales en los que se utiliza en altos niveles, como en la fabricación de resinas, la producción de plástico, las fundiciones industriales o la industria cosmética.
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