Una partida entre China y Rusia: en el tablero euroasiático Putin y Xi Jinping mueven sus piezas

Si bien en apariencia son aliados en cooperación y negocios, en la política exterior, y en varios otros ámbitos, los dos países están enfrentados.

Por Damian Carca

Domingo 7 de Julio de 2024 - 08:00

Vladimir Putin  brindando con su par chino Xi Jinping durante una recepción en el Kremlin en Moscú_ Rusia._ 21 marzo 2023_Foto Reuters Vladimir Putin brindando con su par chino Xi Jinping durante una recepción en el Kremlin en Moscú_ Rusia._ 21 marzo 2023_Foto Reuters

A pesar de sus aparentes alianzas estratégicas y cooperación en varios frentes, las ambiciones y las políticas exteriores tanto de Rusia como de China reflejan una competencia. La primera, con su vasta extensión territorial y recursos naturales, y la segunda, con su impresionante crecimiento económico y capacidades tecnológicas, buscan reafirmar su influencia en regiones clave como Asia Central, el Ártico y el Asia-Pacífico.

Esta rivalidad se manifiesta en diversos ámbitos, desde la carrera por el control de recursos naturales hasta la competencia por la influencia política y militar en áreas estratégicas. Aunque Rusia y China comparten negocios y tienen un fuerte intercambio comercial, sus agendas nacionales a menudo divergen.

Vladimir Putin y Xi Jinping. Foto: Reuters. Vladimir Putin y Xi Jinping. Foto: Reuters.

En la región del Asia-Pacífico, Putin ha demostrado que no tiene intención de permitir que China se convierta en la potencia hegemónica. Para ello, ha rearmado a rivales históricos como Vietnam e India y ha firmado acuerdos de cooperación militar con naciones que tienen disputas en el mar de China Meridional, como Indonesia y Malasia. En respuesta a ello, Xi Jinping ¿va a quedarse de brazos cruzados?

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El Wei Qi de Asia Central

Se dice que los chinos planean sus tácticas como un tablero de Weiqi, o Go, como se conoce mundialmente. En dicho juego la finalidad no es derrotar al oponente en un choque directo, si no más bien llenar espacios vacíos y rodear al rival.

Juego de Wei Qi o Go. Foto: Pixabay Juego de Wei Qi o Go. Foto: Pixabay

En Asia Central, una región que antes formaba parte del bloque soviético, Moscú ha tratado de mantener su influencia tras la caída del comunismo mediante la creación de la Unión Euroasiática. Sin embargo, la nostalgia no es suficientemente fuerte para estas naciones que necesitan inversión. China ha incrementado su presencia, llenando los vacíos que Rusia no puede ocupar, invirtiendo en infraestructura y ganando influencia económica y política. Estas inversiones suelen ser mucho más atractivas que la mera añoranza de haber pertenecido al antiguo bloque soviético

Países como Kazajistán, Uzbekistán y Turkmenistán, ricos en petróleo, gas y minerales, se encuentran ahora en el centro de una competencia geopolítica. Sin ir más lejos, Rusia todavía cree que tiene derecho a intervenir en aquellos países, como lo hizo en el 2022 con Kazajistán, cuando envió tropas para “estabilizar el país”.

La llegada de Xi Jinping a Kazajistán el pasado 2 de julio, en ocasión de la celebración de la OCS (Organización de Cooperación de Shanghái), tiene una gran importancia geopolítica. En esta reunión se está proyectando una línea de ferrocarril que conectaría a China con el Cáucaso, permitiendo un acceso más rápido a los mercados europeos.

El líder chino hizo una declaración llamativa al llegar país kazajo, comento que el "apoya los esfuerzos de Kazajistán por proteger su independencia nacional, soberanía e integridad territorial (...) y se opone a cualquier intromisión de fuerzas externas en los asuntos internos de Kazajistán" ¿Un claro mensaje a su homólogo ruso?

Javier Milei con el presidente de Estados Unidos Joe Biden en la cumbre del G7. Foto: NA

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Una relación tensa

Una Rusia sin Ucrania y con una OTAN reforzada ha sido corrida de Europa directamente hacia Asia en donde el creciente poder chino puede ser un foco de tensión. Recordemos que en la Guerra Fría la escisión sino-soviética fue un componente clave para lograr la victoria estadounidense. En aquel entonces fueron los conflictos fronterizos los que determinaron que China decidiera acercarse a Estados Unidos. El panorama de hoy es otro, pero las rivalidades geográficas y geopolíticas no desaparecen solo con buenas intenciones. La historia nos enseña que las alianzas estratégicas están sujetas a cambios y que las rivalidades, aunque latentes, pueden resurgir en cualquier momento.

¿Podrán Rusia y China equilibrar sus intereses conflictivos para mantener una cooperación estable, o las tensiones geopolíticas en su relación los llevarán a una nueva confrontación?

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