Ahorrar energía para cuidar el planeta y el bolsillo: qué es lo que más consume y cómo controlarlo

Heladera, freezer, congelador. Foto Freepik.

Si hay un recurso indispensable para la actividad humana es la energía. El problema es que hoy proviene mayormente de combustibles fósiles, cuya combustión genera Gases de Efecto Invernadero (GEI), responsables del cambio climático. Cuáles son los electrodomésticos que más consumen en casa y cómo ahorrar energía y dinero.

Pero así como se trata de uno de los sectores que más contribuyen al cambio climático, es también -sobre todo en países como la Argentina- uno de los que mayores oportunidades de mitigación ofrece, cambiando la matriz energética basada en petróleo, gas y carbón, hacia las fuentes renovables como el sol, el viento, las mareas o el calor de la tierra (geotermia).

Trabajos en el sector de energías renovables. Foto: Reuters

El acceso universal a energía limpia es uno de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) definidos por la Asamblea de Naciones Unidas.

En la llamada “transición energética” hacia las fuentes renovables, los avances tecnológicos hacen que la mayoría de ellas ya sean más competitivas que las provenientes de combustibles fósiles, según un reciente informe de la Agencia Internacional de las Energías Renovables (IRENA, por sus siglas en inglés).

Las energías renovables permiten además llevar desarrollo e inclusión social a los sectores más postergados, que nunca accedieron al tendido energético convencional.

En el Barrio Padre Mugica (ex Villa 31) de la ciudad de Buenos Aires, funciona el mayor complejo de energía fotovoltaica urbano de Argentina. Allí se instalaron paneles solares en 26 edificios, que abastecen de energía a más de mil viviendas. También 532 termotanques y 119 sistemas de bombeo solares para el abastecimiento de agua.

Complejo de energía fotovoltaica en el Barrio Mugica, ex Villa 31. Foto: Rodrigo Herrera Vegas (Sustentator)

Además de acceder a la energía de manera más limpia y económica, los vecinos de uno de los barrios más vulnerables de la capital argentina también tienen la oportunidad de capacitarse para trabajar en este sector con gran demanda laboral.

Complejo de energía fotovoltaica en el Barrio Mugica, ex Villa 31. Foto: Rodrigo Herrera Vegas (Sustentator)

Te puede interesar:

Año Nuevo Chino 2025: este es el color de pulsera que debes usar para atraer la abundancia

Eficiencia energética, una deuda pendiente

La Ley 27.191 de Energías Renovables (sancionada a fines de 2015 y reglamentada en 2016) establece que en 2025 el 20% de la generación eléctrica de Argentina deberá provenir de energías limpias.

Desde que se sancionó esta ley, la generación de renovables pasó desde menos de un 2% en 2016 hasta un 15% en promedio en 2024, con picos del 40% cuando se combinan óptimas condiciones eólicas y solares. Pero hay dos factores que le ponen un techo en el corto plazo a su crecimiento: la falta de transporte para trasladar la electricidad de los parques renovables a los centros de consumo; y el financiamiento.

En 2018 se sancionó la Ley 27424 de Energía Distribuida, con el objetivo de promover la generación de energía eléctrica por parte de los usuarios para su autoconsumo (por ejemplo, a partir de la instalación de paneles fotovoltaicos en los techos) con eventual inyección de excedentes a la red. Sin embargo, no todas las provincias adhirieron a esta normativa con una regulación y beneficios impositivos adecuados.

Pero además del impulso a las energías renovables, el país tiene una deuda pendiente con la implementación de políticas de eficiencia energética. No se trata de “reducir el consumo” sino de volverlo más racional. Esto también implica un ahorro económico, y ayudaría a mitigar el cambio climático, ya que el 53% de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) del país provienen del sector energético.

Te puede interesar:

Año Nuevo Chino 2025: rituales y tradiciones para atraer la abundancia y arrancar el ciclo de la Serpiente

Empezar por casa: consejos para ahorrar energía y dinero

En los hogares, los calefones, estufas y termotanques consumen cerca de 2,5 millones de m3/día de gas utilizados sólo en función piloto. Su reemplazo por dispositivos electrónicos de encendido, sumado a medidas como la aislación térmica en edificios, generan importantes ahorros tanto económicos como ambientales.

Cocina; electrodomésticos. Foto: Unsplash.

A la hora de adquirir electrodomésticos, es importante tener en cuenta su etiquetado de eficiencia. Aquellos que están identificados con las letras A o B son más eficientes y, por lo tanto, propician un mayor ahorro energético.

• Electrodomésticos que generan más gasto: acondicionadores de aire, planchas para la ropa, planchitas para el pelo y caloventores.
• Aparatos de gasto medio: lavarropas y ventiladores
• Electrodomésticos de bajo consumo: heladeras, televisores y lamparitas LED (diodo emisor de luz, por sus siglas en inglés)

Los equipos con tecnología inverter permiten adaptar la velocidad del compresor al ambiente, reduciendo las oscilaciones de temperatura. Esto brinda mayor estabilidad y el dispositivo consume únicamente la energía requerida. También es importante hacer una limpieza frecuente de filtros y evitar el prendido y apagado constante.

Heladera, alimentos, comida. Foto: Pexels.

Por otro lado, dejar equipos innecesariamente conectados representa el 16% del consumo de un hogar. El llamado “consumo fantasma” que se produce al dejar los dispositivos en stand by (cuando están apagados pero mantienen una luz roja), puede evitarse al desenchufarlos, lo que a su vez alarga su vida útil.

En el caso de los smartphones, tablets y notebooks, lo ideal es buscar aquellos que tengan opción de modo ahorro.

En cuanto a la heladera, debemos descongelarla regularmente ya que la acumulación de hielo sobre exige el motor. En relación con los hornos eléctricos, abrir y cerrar la puerta excesivamente nos puede hacer gastar hasta un 20% más.

¿Y el lavarropas? Un buen consejo es usar programas de lavado corto y baja temperatura y emplear siempre carga completa.

Todas estas medidas, además de la reconversión a led de las luminarias del hogar, no sólo contribuyen a disminuir el gasto energético y la tarifa eléctrica que pagamos periódicamente, sino a lograr un menor impacto ambiental