¿Se te cayó la sal?: trucos para darle una segunda vida a las preparaciones

El exceso en las comidas genera un sabor desagradable y, además, incrementa el riesgo de tener ciertas enfermedades. Sin embargo, no todo está perdido.

Por Canal26

Martes 11 de Febrero de 2025 - 19:00

Sal. Foto: Unsplash Sal. Foto: Unsplash

Muchas veces se nos va la mano con la sal cuando cocinamos y no nos queda más que desechar la preparación, o seleccionar las partes menos afectadas. El exceso de sal puede hacer que la comida pierda su balance de sabores, volviéndose desagradable.

Sin embargo, hay algunas recomendaciones para salvar las comidas en estas ocasiones críticas. Desde añadir ingredientes que absorban la sal hasta métodos que diluyen su concentración. 

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Condimentos; alimentación; gastronomía. Foto: Unsplash.

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Trucos para eliminar el exceso de sal

  • Azúcar: integrar poco a poco pizcas de azúcar hasta que lo salado en tu comida haya disminuido.
  • Bollo de pan: si le pusiste demasiada sal a una salsa, crema o guiso podés hacer un bollito de pan y dejar que este la absorba.
  • Papa cruda: el almidón es ideal para absorber la sal excesiva.
  • Agua: si estás cocinando un plato de consistencia líquida como la sopa podés agregar más agua para neutralizar lo salado que siente tu paladar.
  • Duplicar las cantidades: si te sobraron ingredientes podés incrementar las proporciones de la preparación.
  • Cítricos: agregar algunas gotas de limón, pomelo o el cítrico para contrarrestar el sabor salado de tu comida.
  • Maicena: disolver una cucharada de maicena en agua y aplicarla en la preparación. 
Asado; carne; costillar. Foto: Unsplash.

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Rico y saludable: cómo sustituir la sal y conseguir platos más sabrosos

El exceso de sal en el organismo genera retención de líquido e incremento de peso, lo que obliga a los órganos a trabajar más. Si bien es un ingrediente excelente para darle sabor a las preparaciones, limitar su consumo y buscar alternativas más saludables es una buena forma de cuidar nuestra salud.

Sal. Foto: Unsplash Sal. Foto: Unsplash

Especialistas de la Universidad de Peen State, Estados Unidos, realizaron un experimento: eligieron recetas populares ricas en grasas saturadas, azúcar y sal; y demostraron que los platos pueden ser saludables y sabrosos si se reemplazan estos componentes.

Una vez elegido el menú, los investigadores pidieron a una serie de chefs que cocinaran tres versiones de estos platos: La primera debía contener todos los ingredientes habituales. La segunda reducía las cantidades de estos elementos, y la tercera añadía a esta versión especias como la pimienta, el comino, la canela y el extracto de vainilla.

Los comensales probaron las preparaciones a ciegas e hicieron sus valoraciones al respecto. “Descubrimos que agregar hierbas y especias igualó el nivel de gusto por la comida original en siete de las 10 recetas. De hecho, a los participantes les gustaron algunas de las recetas más que las originales”, dijo Kristina Petersen, profesora de Ciencias de la Alimentación y autora principal del estudio.

Sal. Foto: Unsplash. Sal. Foto: Unsplash.

“Sabemos que una de las barreras clave para reducir la ingesta de estos ingredientes es el sabor de los alimentos. Si quieres que la gente coma alimentos saludables, tiene que saber bien. Por eso es tan importante nuestro hallazgo de que los participantes realmente preferían algunas de las recetas en las que gran parte de la grasa saturada y la sal se reemplazaron con hierbas y especias”, argumentó Petersen en la presentación de los resultados.

“Demostramos que es posible una reducción significativa en los nutrientes consumidos en exceso con la modificación de estas 10 recetas y estos cambios son aceptables para los consumidores. Es importante destacar que estos hallazgos podrían aplicarse al suministro de alimentos porque la mayoría de los alimentos que las personas consumen se compran en forma preparada. Creo que eso tendría un profundo impacto en la salud de las personas”, concluyó.

De esta forma, los investigadores probaron que es posible comer sano y rico. Moderar el consumo de sodio, grasas saturadas y azúcares disminuye la posibilidad de sufrir trastornos cardiovasculares y otros problemas de salud.