Día Mundial del Corazón: las 7 claves para implementar una dieta cardiosaludable

Alimentación saludable. Foto EFE.

En un mundo donde las enfermedades cardiovasculares representan una de las principales causas de muerte, la atención se centra en cómo la alimentación puede marcar la diferencia en la salud del corazón. En el Día Mundial del Corazón, expertos en salud cardiovascular ofrecen valiosas recomendaciones para preservar este órgano vital.

La enfermedad cardiovascular (ECV) es una amenaza global, cobrando la vida de 20,5 millones de personas anualmente, con una mayoría de víctimas en países de bajos y medianos ingresos. Sin embargo, según la Sociedad Interamericana de Cardiología, hasta el 80% de las muertes prematuras por ECV son evitables mediante pequeños ajustes en el estilo de vida, incluyendo cambios en la dieta, actividad física y manejo del estrés.

Desde el año 2000, cada 29 de septiembre se celebra el Día Mundial del Corazón, una iniciativa respaldada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Federación Mundial del Corazón, que busca crear conciencia sobre las enfermedades cardiovasculares, su prevención, control y tratamiento.

Llevar una alimentación saludable es un pilar fundamental de la salud cardiovascular. Foto: Unsplash.

De acuerdo con la Escuela de Medicina de la Universidad de Harvard, llevar una dieta saludable es esencial para tratar y prevenir las enfermedades cardíacas. Sin embargo, la diversidad de planes de alimentación disponibles puede resultar confusa. En 2021, la Asociación Estadounidense del Corazón actualizó sus pautas dietéticas después de 15 años, enfocándose en patrones de alimentación saludables en lugar de prescribir qué nutrientes evitar o consumir.

La falta de claridad sobre las dietas adecuadas inspiró una declaración científica de la Asociación Estadounidense del Corazón, que resaltó la necesidad de evidencia científica sólida detrás de las tendencias alimenticias populares.

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Las siete claves para una dieta cardiosaludable

1. Aumentar el consumo de frutas y verduras: Según la Cleveland Clinic, las frutas y verduras proporcionan antioxidantes, vitaminas, minerales y fibra dietética que ayudan a prevenir enfermedades. Se recomienda un consumo diario de siete a nueve porciones combinadas de frutas y verduras, priorizando las verduras.

2. Elegir alimentos mínimamente procesados: Los alimentos ultraprocesados, ricos en sal, azúcar añadido, grasas y conservantes, se asocian con riesgos de obesidad, diabetes y enfermedades cardíacas. Se debe evitar el consumo de carnes procesadas, comidas congeladas y productos horneados listos para comer.

3. Hacer actividad física: El ejercicio regular es esencial para mantener un peso saludable y prevenir enfermedades cardiovasculares. Se recomiendan al menos 30 minutos de actividad física que eleve el ritmo cardíaco en la mayoría de los días de la semana.

La actividad física regular puede apoyar la salud y el bienestar. Foto: Unsplash.

4. Elegir proteínas saludables: Se aconseja priorizar proteínas de origen vegetal, como nueces y legumbres, junto con pescado (dos o tres porciones por semana). Las carnes magras y evitar las carnes procesadas son recomendaciones clave.

5. Evitar alimentos y bebidas con azúcar añadido: Los alimentos y bebidas azucarados se relacionan con riesgos de diabetes, enfermedades cardíacas y aumento de peso. Leer las etiquetas y limitar el consumo de azúcares añadidos es fundamental.

6. Reducir el consumo de sal: El exceso de sal puede aumentar la presión arterial, un factor de riesgo de enfermedades cardíacas. Se debe revisar cuidadosamente las etiquetas de alimentos y mantener la ingesta de sodio por debajo de las recomendaciones diarias.

7. Limitar el consumo de alcohol: El consumo excesivo de alcohol aumenta el riesgo de enfermedades cardíacas y problemas graves como la fibrilación auricular. Se define el consumo moderado como una bebida al día para las mujeres y hasta dos bebidas al día para los hombres.

Estas siete claves de una dieta cardiosaludable no solo pueden ayudar a prevenir enfermedades del corazón, sino que también pueden mejorar la calidad de vida en general. En un mundo donde la salud cardiovascular es una preocupación creciente, tomar medidas proactivas en la dieta y el estilo de vida puede marcar la diferencia en la longevidad y el bienestar.