Alerta en China: Shanghái sufre la ola de frío más alta de los últimos 40 años

Ola de frío en Shanghai. Reuters

Shanghái, centro financiero de China, registrará en diciembre su episodio más frío en cuatro décadas. Esto llevó a las autoridades a emitir advertencias por bajas temperaturas y viento, mientras las ciudades del norte luchan contra unas condiciones gélidas que se prevé que no descenderán hasta la próxima semana.

Las temperaturas más bajas de la ciudad el jueves serán de -4 a -6 grados Celsius (21 a 24 grados Fahrenheit) en los suburbios de Shanghái y las cifras se mantendrán por debajo de cero durante todo el día en toda la ciudad, dijo la Oficina Meteorológica de Shanghái en un mensaje en su cuenta de Weibo.

Ola de frío en Shanghái. Reuters

Wang Kaiyun, de 59 años, que trabaja como limpiadora en el centro de la ciudad y se desplaza desde los suburbios de la ciudad en un scooter eléctrico, dijo que la temperatura era de -5 ºC en su viaje de una hora el jueves: "Aunque llevaba guantes, perdí rápidamente la sensibilidad en las manos y todavía me duelen", dijo Wang.

Sin embargo, las temperaturas de la ciudad siguen siendo más cálidas que las del norte de China, donde muchas provincias registraron marcas históricamente bajas en las últimas semanas, la racha de frío era inusual en Shanghái.

Ola de frío en Shanghái. Reuters

La oficina meteorológica de la ciudad dijo que espera que la temperatura mínima en una estación de lectura del centro permanezca por debajo de cero durante cinco días seguidos hasta el 25 de diciembre, una racha de frío en el mes de diciembre que no se ha producido en 40 años.

La inusual ola de frío procedente de Siberia se extendió por toda China desde mediados de la semana pasada. Muchas provincias septentrionales volvieron a batir los récords de diciembre con temperaturas de hasta 30 grados bajo cero en algunas ciudades.

Ola de frío en ShangháiS. Reuters

Aunque las nevadas fueron modestas en comparación con los ventisqueros y ventiscas de Norteamérica y Europa, el frío intenso, el hielo y las ráfagas interrumpieron el transporte por carretera, ferrocarril y avión. Esto aumentó drásticamente la demanda de calefacción e incluso dificultó las labores de rescate en el noroeste, donde un terremoto destruyó más de 200.000 viviendas.