Cuidado del planeta: el innovador proceso de convertir ropa usada en ladrillos para muebles y decoración

El reciclaje textil, una innovadora forma de aprovechar al máximo la ropa. Foto: X.

Un montón de iniciativas se llevan a cabo para poder hacer frente o a las dificultades económicas o simplemente para reutilizar materiales que pueden volver a servir con otros fines. En ese sentido, una iniciativa impulsa el reciclaje de ropa para convertirla en ladrillos para muebles y decoración.

Así, con las vista puesta en un futuro más ameno para el medio ambiente, el reciclaje de ropa puede ser una alternativa para contribuir con el cuidado del medio ambiente.

La ropa que no puede ser donada se aprovecha para ser convertida en ladrillos. Fuente: Unslpash.

Con esta movida se busca reducir el impacto negativo que se tiene del consumismo para con el planeta, fundamentalmente desde la industria textil, que es una de las más contaminantes del mundo.

Se trata de un proyecto de @fab.brick, que es una empresa que recicla ropa y textiles, los cuales termina transformándolos en ladrillos para muebles y decoración.

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La ropa que no puede ser donada se recicla

Aquellas prendas de vestir que no pueden ser donadas, por estar muy dañadas y ser imposible repararlas, terminan siendo desechadas en vertederos que lo único que generan es mayor contaminación para los suelos y el agua. 

Incluso, según datos de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), se calcula que se generan unos 92 millones de toneladas de residuos textiles por año en la industria en todo el mundo.

Por ello, @fab.brick busca contrarrestar estos efectos negativos, e impulsa un innovador proceso de reciclaje de los residuos textiles y los convierte en los mencionados ladrillos para muebles y decoración. 

Cómo se recicla la ropa que se dona para convertirse en ladrillos para muebles y decoración. Video X/@15_Stellar.

La empresa, ubicada en París, busca clasificar los textiles por color, y luego los tritura en una fina fibra. En las donaciones se aceptan todo tipo de telas, ya sea poliéster, algodón, entre otras, a fin de aprovechar al máximo el reciclaje.

Una vez que se trituran, los restos se mezclan con un pegamento a base de plantas, lo que hace que se cree una pasta homogénea. A posteriori, esta mezcla se comprime y se le da el molde de los ladrillos, los cuales adoptan diferentes tamaños y colores, según las necesidades del mercado en el cual serán incluidos. 

Con esto se logra reducir la cantidad de residuos de índole textil y su aprovechamiento es máximo, evitando la mencionada contaminación a los suelos y agua. Además, se reduce la demanda de materias primas vírgenes, y las emisiones que se gestan a raíz de la fabricación de las mismas.