A las orillas del río Napo, en la Amazonía peruana, fue donde encontraron los restos fósiles del animal que habitó millones de años atrás.
Por Canal26
Miércoles 20 de Marzo de 2024 - 17:16
Investigadores hallaron restos fósiles de una nueva especie de delfín en la Amazonía, de la cual no se tenían registros hasta el momento. El descubrimiento, publicado en la revista Science Advances, remonta a un animal que habitó hace 16 millones de años en la cuenca del Napo, en la actual región peruana de Loreno, provincia de Maynas.
Las técnicas de la paleontología moderna, principalmente un escáner digital en la superficie del fósil, revelaron que se trata de una nueva especie de delfín de agua dulce, de entre 3 y 3,5 metros de longitud, que tiene 16 millones de años y fue bautizado como Pebanista yacuruna en honor a un mítico pueblo acuático que se cree que habitó donde fue encontrado.
“Yacuruna es un nombre mítico que viene de la composición de dos palabras, yacu que es agua y runa que es persona del agua”, explicó Aldo Benites, investigador de la Universidad de Zúrich y quien encontró el resto fósil mientras acampaba a las orillas del río Napo.
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Lo más sorprendente de este animal, hasta ahora desconocido, es su parentesco: “Cualquiera hubiera pensado que este delfín que vivió en la Amazonía Peruana hace 16 millones de años sería un pariente del delfín rosado, Inia geoffrensis, la sorpresa es que Pebanista es un pariente cercano de unos delfines que habitan los ríos del sur de Asia, llamados Platanista”.
El parentesco común queda evidenciado “por el gran desarrollo de sus crestas faciales, unas estructuras óseas usadas para dirigir mejor el sonido que emiten bajo el agua y orientarse en su navegación”, apuntó.
El actual Platanista de Asia es un animal que vive en ríos con muy poca visibilidad, por lo que sus ojos se redujeron hasta tal punto que son delfines prácticamente ciegos que se guían principalmente por el sonido, por lo que las crestas son fundamentales para ellos.
Sus parientes peruanos, Pebanista, “debían de estar en proceso de perder la visión mientras las crestas empezaban a desarrollarse de forma notable para mejorar su navegación acuática”, relató Benites.
A los investigadores también les llamó la atención las grandes inserciones musculares en el cráneo para la mordedura y el hocico alargado con muchos dientes, lo que indicaría que este delfín se alimentaba principalmente de peces.
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Cuando le preguntaron por la conservación en el tiempo de los huesos, Benites respondió que la clave está en Los Andes y en los ríos: el levantamiento posterior de la cordillera (donde hace 16 millones de años había mil y pico metros máximo hoy puede haber hasta cinco mil) ha sacado estos huesos a la superficie, “y los hemos encontrado porque los ríos erosionan estas rocas con fósiles”, explicó.
“Dieciséis millones de años atrás, la Amazonía peruana era muy distinta a lo que es en la actualidad, gran parte de la planicie amazónica estaba cubierta por un gran sistema de lagos y pantanos llamados Pebas, se cree que la biodiversidad era inmensa, mayor que la actual”, detalló.
Este nuevo delfín pertenece a los Platanistoideos, un grupo de delfines muy común en los océanos de todo el mundo entre finales del Oligoceno e inicios del Mioceno, entre hace 24 y 16 millones de años atrás.
Los investigadores piensan que sus ancestros, originalmente marinos invadieron los ecosistemas de agua dulce y se adaptaron a las aguas más opacas de los ríos, mediante evoluciones óseas como las citadas crestas faciales para guiarse mejor a través del sonido.
Cuando el Sistema Pebas empezó a dar paso a la Amazonía moderna, hace unos 10 millones de años, un nuevo sistema acuático y hábitat habría llevado al Pebanista a la extinción, tras la cual, el delfín rosado habría ocupado su nicho ecológico, huyendo a su vez de los océanos donde los delfines modernos estaban ocupando su espacio.
El fósil del delfín gigante se encuentra en el Museo de Historia Natural de Lima y fue encontrado por un grupo de científicos en 2018, dirigido por el paleontólogo peruano Rodolfo Salas-Gismondi, donde había expertos de varias universidades Norteamericanas y europeas.
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