Tras dos años sin lluvias, el campo ha comenzado a cambiar sus viñas por aloe vera, romero y otras plantas aromáticas.
Por Canal26
Sábado 27 de Abril de 2024 - 13:15
Aunque en otras regiones las precipitaciones del otoño e invierno fueron alivio, la intensa sequía golpeó duramente al sureste de Francia. Tras dos años sin lluvias, el campo ha comenzado a cambiar sus viñas por aloe vera, romero y otras plantas aromáticas.
Las precipitaciones apenas llegan hasta las costas de los Pirineos Orientales y Aude por culpa del relieve del terreno, que las protege de los frentes procedentes del Atlántico, dejándolas prácticamente a merced de las escasas lluvias que vengan del este.
"Tenemos el mismo problema que en Barcelona, sube a lo largo del litoral mediterráneo y para nosotros, en Francia, se abren las puertas del desierto",dijo en diálogo con EFE Laurent Maynadier, quien dirige los viñedos y la bodega Château Champ des Sœurs -situada en Fitou, cerca de Perpiñán, en la región de Occitania- y cuya familia son viticultores hace trece generaciones.
En los últimos cinco años ha pasado de tener 18 hectáreas de viñas y producir entre 70.000 y 80.000 botellas al año, a tener tan solo 10 hectáreas y mirar cada año la producción con creciente incertidumbre, como en 2023, cuando la sequía destruyó completamente la producción.
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Ya en 2019 "se sentían los problemas" avecinarse, recuerda Maynadier, cuando vieron los termómetros marcar hasta 45 grados a la sombra en verano.
"Las viñas se quemaron", señala, un golpe para toda la región a pesar de que viticultores como Maynadier hacen la vendimia en julio desde hace ocho años y han ido adaptando sus vinos a las nuevas condiciones, con caldos más ligeros que salen de la bodega más rápido.
A nivel económico, gracias al vino almacenado para que envejezca, los productores cuentan aún con un cierto colchón financiero pero, sin las añadas posteriores van fracasando, la supervivencia a medio plazo de las bodegas de la zona de los departamentos de Pirineos Orientales y Aude corren peligro.
No es un problema exclusivo de esta parte de Francia, que es el primer productor mundial de vino, sino que el cambio climático amenaza a las bodegas a nivel mundial, tal y como señaló el jueves la Organización Internacional de la Viña y el Vino (OIV), que en 2023 contabilizó una caída del 10 % en la producción global debido a condiciones climáticas extremas.
Pese a todo, Maynadier rechaza el "derrotismo" y agricultores como él comienzan a experimentar con nuevos cultivos, en especial el aloe vera, pero también plantas aromáticas, como el romero, la lavanda o la salvia.
La necesidad de reinventarse es imperativa, considera Maynadier, ya que la sequía es una suerte de nueva normalidad, y de parte de las administraciones reciben "muchas promesas" y poco apoyo real para paliar la situación.
"No estoy solo, hemos creado un grupo para los Pirineos Orientales y otras personas de Aude, en torno al Mediterráneo, para cultivar aloe vera. La marca se llamará Aloed'Oc y nos gustaría que tener algún reconocimiento del Estado. Hoy todo lo hacemos con nuestros fondos, pero con fondos propios tendremos una vida económica de dos años. Si no encontramos otra cosa, desapareceremos", advierte.
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