Investigadores estudiaron diferentes grupos de cipreses y llegaron a conclusiones muy llamativas sobre la interacción de las bacterias con estos árboles.
Por Canal26
Domingo 25 de Agosto de 2024 - 13:36
Los árboles, pulmones naturales que tiene el planeta y que tan bien hacen al ecosistema, muchas veces deben atravesar períodos de sequía y amenazas naturales que ponen en riesgo su existencia, más allá de la mano letal del hombre.
Sin embargo, en esta lógica de la armonía de la naturaleza, se supo que algunas bacterias pueden ayudar a los árboles a atravesar momentos de zozobra, tales como lo son las sequías.
Es por eso que resulta tan fascinante entender cómo funciona la naturaleza, y cómo muchos de sus integrantes están en completa armonía entre sí.
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Los momentos más complejos de los árboles deben ser, seguramente, las épocas de sequía, en donde no pueden obtener los nutrientes suficientes para alimentarse y así hacer el proceso de fotosíntesis que les da vida.
Sin embargo, los investigadores del Departamento de Ciencias Vegetales del Instituto de Ciencias Weizmann hicieron un hallazgo que puede cambiar la perspectiva sobre cómo son percibidos algunos microorganismos, como por ejemplo, las bacterias.
Lo que han descubierto es que, en época de sequías, los cipreses reciben una gran ayuda por parte de bacterias beneficiosas para el suelo, algo que les permite incluso crecer más.
“Nuestro estudio podría haber proporcionado la mejor evidencia hasta el momento de que los árboles y las bacterias realmente pueden coexistir simbióticamente”, comentó el doctor Tamir Klein, jefe del equipo de investigación.
Y agregó: “Esto tiene una enorme importancia ecológica”. Según él mismo, la creciente existencia de sequías a lo largo y ancho de todo el globo terráqueo les obliga a las distintas especies a tener que adaptarse para sobrevivir.
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“Si perdemos los bosques, lo perderemos todo porque los árboles producen nuestro oxígeno, absorben dióxido de carbono, limpian el aire y regulan la temperatura. Por lo tanto, debemos apoyar a nuestros bosques. Y si las bacterias pueden apoyar a los árboles y podemos entender cómo lo hacen, ese es un excelente punto de partida”, explica el especialista acerca del tema.
El estudio para llegar a estas conclusiones duró un mes, en donde los investigadores plantaron cipreses en cajas hechas a medida de estos árboles, llenas de tierra forestal, las cuales se colocaron en un invernadero en el Instituto de Ciencias Weizmann.
Allí, los cipreses se dividieron en dos grupos: los regados de forma habitual y los que nunca fueron regados. A su vez, en cada grupo, la mitad de los cipreses fueron expuestos a bacterias del suelo que habían sido juntadas del bosque Harel.
De inmediato, se pudo evidenciar la interacción de las bacterias con las raíces de estos árboles, en donde destacó la notable cooperación entre ambas. En conclusión, las bacterias ayudan a los árboles ante la escasez de agua y a su vez se benefician con las secreciones de las raíces.
“Esto es una prueba de que las secreciones son una fuente de alimento para las bacterias”, comentaron los investigadores.
Todo esto sugiere que la salud de los árboles mejoró de forma notable cuando fueron expuestos a bacterias y además se compensó el impacto negativo para los cipreses ante la falta de agua.
“El siguiente paso es determinar la contribución exacta de cada bacteria o cada grupo de bacterias, y qué bacterias benefician a qué árboles”, concluyeron.
“Esto es solo el principio. Cuanto más aprendamos sobre estas interacciones, más capaces seremos de formular un diccionario completo y preciso, y esto debería permitirnos llegar a los resultados deseados, o prevenir los no deseados, en el cuidado de nuestros bosques”, concluyó Klein.
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