No es con papel film: la mejor forma de guardar el queso para que se mantenga fresco por más tiempo

Cómo almacenar el queso correctamente. Foto: Freepik.

¿Quién no compró alguna vez una buena horma de su queso favorito y, al poco tiempo, se encontró con que estaba seco o con un olor raro? Para evitar ese final triste, es fundamental saber cómo conservarlo correctamente. Con algunos trucos simples, podés hacer que se mantenga fresco y sabroso por mucho más tiempo.

La mejor forma para guardar el queso y que se mantenga fresco por más tiempo no requiere ponerse en grandes gastos ni tampoco es un proceso dificultoso. Solo hay que saber cuáles son los materiales apropiados. Es importante destacar que este método infalible para mantenerlo como el primer día no lleva papel aluminio ni film.

Cómo guardar el queso correctamente. Foto: Pexels.

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¿Por qué no utilizar papel aluminio ni film para guardar el queso?

Aunque muchos utilicen estos materiales, el papel aluminio y el film no son una buena opción para guardarlo porque el queso debe mantener su nivel ideal de humedad y estos productos atentan contra eso.

Por un lado, el papel de aluminio impide que entre aire y retiene demasiada humedad por lo que puede aparecer moho y le puede impregnar un sabor metálico. Por el otro, el film plástico genera un ambiente hermético y no deja que el queso “respire”, lo que hará que el queso se ponga pegajoso y tenga un feo olor.

Por eso, si se envuelve el queso en papel aluminio o film, este no podrá mantener su humedad natural y eso hará que cambie su textura, y además se deteriorará en pocos días.

Cómo guardar el queso correctamente. Foto: Pexels.

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Cómo guardar el queso para que dure más tiempo

• Papel especial para quesos: es la manera ideal para almacenar el queso, porque le permite respirar y mantener la humedad natural. La clave está en su superficie porosa, que protege al queso, pero no lo “asfixia”. Este envoltorio puede conseguirse en negocios que venden lácteos o fiambrerías grandes, pero también hay otras opciones.
  
  
• Papel vegetal o papel de horno: lo primero que se debe hacer es envolver el queso con una hoja de papel pergamino o papel de horno. Para mayor protección, se puede cubrir con un paño de algodón o colocar en un recipiente con tapa que no selle completamente. Los expertos aseguran que esta es una técnica ideal para aplicar en los quesos semicurados y curados como el gouda, el cheddar y el parmesano.
  
  
• Recipiente o frasco de vidrio con tapa suelta: es una buena opción guardar el queso, pero nunca se debe cerrar de manera hermética, sino que hay que dejar que entre un poquito de aire. De esta forma, el queso retiene la humedad sin condensación excesiva. Un tip adicional que dan los especialistas consiste en poner una hoja de papel pergamino dentro del recipiente en el que guardaremos el queso para darle un aporte extra para la conservación.