Sus días en Buenos Aires y el vínculo sanguíneo con el francés más famoso.
La nieta porteña de Napoleón fue enterrada en la Recoleta, se cree que en la tumba de Mariquita Sánchez de Thompson.
La historia de Napoleón Bonaparte es conocida: militar y estadista francés, logró conquistar Europa a principios de siglo XX proclamándose emperador hasta su caída en la batalla de Waterloo, en junio 1815. Lo que pocos saben es su vínculo con la Argentina, producto de la visita de su hijo polaco.
Corría el 1847 en pleno gobierno de Juan Manuel de Rosas cuando llegó al país el Conde polaco Walewski, (su nombre completo era Alexandre Florian Józef Colonna Walewski): se trataba nada menos que de un hijo ilegítimo de Napoleón y la condesa Maria Walewska.
Alexandre Florian Józef Colonna Walewski, hijo de Napoleón.
Con 37 años había arribado a la Argentina por su carrera en la política y diplomática. El motivo concreto de su visita se debió a que, por ese entonces, la Confederación Argentina estaba en pleno conflicto con Francia e Inglaterra por la libre navegación de los ríos.
Llegó como plenipotenciario del gobierno francés y tanto él como su familia fueron alojados -por orden del gobernador Juan Manuel de Rosas- en la mejor casa de Buenos Aires que en esa época pertenecía a Esteban Adrogué y familia. Casado por segunda vez, se instaló en estas tierras del sur con María Ana di Ricci quien estaba embarazada y justo a punto de dar a luz.
María Ana di Ricci, esposa del Conde.
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El 12 de mayo, tres días después de pisar suelo rioplatense, nació la nieta de Napoleón Bonaparte a la que bautizaron Isabel Elisa en la iglesia de La Merced. Pero la pequeña no llegó a vivir dos meses y murió a principios de julio. El 3 de ese mes quedó constatado el ingreso de su cuerpo al cementerio de la Recoleta. No se tiene el lugar exacto de su tumba, se cree que por contactos pudo estar en la primera bóveda de Mariquita Sánchez de Thompson. Tampoco hay registro de si sus restos fueron repatriados, por lo que se estima que siguen allí.
El folio 395 del libro de inhumaciones de mujeres que abarca el período de 1843 a 1849.
Rápidamente, la noticia de que una nieta de Napoleón murió en la pequeña Buenos Aires no tardó en darse a conocer; incluso el poeta José Mármol le dedicó una prosa a la Condesa Walewska comparando su duelo con las madres de aquellos "víctimas del régimen rosista":
“Ya, señora, entre vos y los proscritos / Hay algo de común que os simpatiza /…./ Disteis un ángel a la patria mía, / Pero al arrullo del materno anhelo / La tempestad del Plata respondía. / Y asustado, el Querube voló al cielo. / Ved, ¡ay! señora, en vuestro propio llanto / El llanto de mil madres argentinas / ¿Dónde sus hijos son? ….”.
Cementerio de la Recoleta.
Al poco tiempo del entierro de su pequeña y habiendo fracasado en su misión diplomática, Walewski y su familia regresaron a Europa donde él retomó su carrera diplomática. En 1855, fue nombrado senador y ese mismo año ministro de Asuntos Exteriores. Al año siguiente presidió en representación de su país la Conferencia de París que puso fin a la Guerra de Crimea.
Murió en Estrasburgo el 27 de septiembre de 1868 a los 58 años y fue enterrado en París. Mientras tanto, a un océano de distancia su hija descansa en aquella lejana Buenos Aires.
Por Yasmin Ali
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