La reunión de alto nivel comenzó con el enfrentamiento del embajador de Rusia acusando a la presidencia del Consejo de Seguridad que Ucrania no debería tener la prioridad para hablar porque va en contra de las reglas. Desde ONU le dieron una dura respuesta ante ello.
El escenario de la 78ª Asamblea General de las Naciones Unidas se iluminó con intensos debates sobre la situación en Ucrania, con la presencia del presidente, Volodimir Zelenski. En un ambiente tenso, las discusiones se centraron en las convenciones que promueven la paz y condenan la violación de los derechos humanos y la guerra.
El Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas es un órgano crucial de toma de decisiones compuesto por 15 miembros, de los cuales cinco son permanentes con poder de veto: China, Estados Unidos, Francia, el Reino Unido y Rusia. Los otros 10 integrantes son elegidos por la Asamblea General por un período de dos años y sus decisiones requieren una mayoría de nueve votos para ser aprobadas.
Esta configuración, con el poder de veto de los miembros permanentes, ha sido objeto de debate y controversia durante mucho tiempo, ya que algunos sostienen que puede llevar a un estancamiento en la toma de decisiones.
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En el contexto actual de la guerra en Ucrania, la posición de Rusia en el Consejo de Seguridad ha sido especialmente destacada. Moscú, como miembro permanente, ha utilizado su poder de veto en varias ocasiones para bloquear resoluciones que critican su papel en el conflicto bélico. Esto ha generado tensiones y ha llevado a críticas al sistema de veto bajo la acusación de que puede obstaculizar los esfuerzos para abordar conflictos y violaciones de derechos humanos.
Por su parte, Ucrania ha planteado reiteradamente reclamos al organismo de Naciones Unidas, buscando el apoyo de la comunidad internacional para detener la agresión rusa en su territorio. Allí hicieron énfasis en las violaciones de derechos humanos, la violencia sexual y las ejecuciones que ocurren en la zona en disputa, y han instado a la ONU a tomar medidas concretas para resolver la crisis y restablecer la paz en la región. La situación en Ucrania sigue siendo uno de los desafíos más apremiantes que enfrenta el Consejo en la actualidad.
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La reunión comenzó con una queja del embajador de Rusia sobre la intervención inicial del presidente Zelenski, argumentando que esto era una violación de las reglas de procedimiento del Consejo de Seguridad y calificando el evento como un "espectáculo". En respuesta, el primer ministro de Albania, Edi Rama, quien ostenta la presidencia rotatoria del Consejo, lanzó un llamado directo: "Que ustedes hablen de violar las reglas aquí es bastante impresionante. Si ustedes paran la guerra en Ucrania, el presidente Volodimir Zelenski no tendrá que intervenir".
Serguéi Lavrov expresó que "los riesgos de un conflicto internacional van en aumento. Ante ello, Rusia trata de asegurarse de que se respeten todas las disposiciones de la Carta de las Naciones Unidas, no de manera selectiva sino completa". En esa línea, cuestionó al presidente ucraniano: "Zelenski firmó un decreto que prohibía negociar con Rusia. Estamos pronunciando eslóganes, pero no se hace ninguna propuesta con respecto a este régimen nazi que pisotea a su pueblo".
Por otro lado, el secretario general de las Naciones Unidas, Antonio Guterres, subrayó la gravedad de la situación, señalando que la invasión rusa en Ucrania representa una clara violación de la Carta de las Naciones Unidas y del Derecho Internacional. “Esta agresión está aumentando las tensiones geopolíticas, amenazando la estabilidad regional y creando profundas fisuras en la comunidad internacional” dijo Guterres.
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El presidente Zelenski, visiblemente afectado por la duración de la guerra, declaró: "Ya han pasado 574 días de dolor, pérdidas y lucha desde el inicio de la agresión a gran escala lanzada por el Estado que, por alguna razón, sigue presente entre los miembros permanentes del Consejo de Seguridad". También advirtió sobre la disposición del "Estado terrorista" a socavar las normas internacionales destinadas a proteger al mundo de las guerras.
En un llamado enérgico, el mandatario instó a la ONU a reformar el poder de veto en manos de los agresores, afirmando que esta reforma podría ser clave para restablecer el poder de la Carta de las Naciones Unidas. "El veto no debe servir a quienes están obsesionados con el odio y la guerra", afirmó.
El presidente Zelenski concluyó su intervención con un llamado a la acción: "Los soldados ucranianos están haciendo ahora con su sangre lo que el Consejo de Seguridad de la ONU debería hacer con sus votos: detener la agresión y defender los principios de la Carta de la ONU".
La comunidad internacional observa con atención estas discusiones en el marco de la 78ª Asamblea General de la ONU, con la esperanza de que se encuentren soluciones pacíficas y se restablezca la estabilidad en Ucrania.
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