Un navegante pionero: Oli, el primer gato a bordo de un barco competidor en la regata Sidney Hobart

Oli a bordo del Sylph VI. Foto: Reuters.

En la actual edición número 78 de la regata Sidney Hobart, conocida por la participación de más de un centenar de embarcaciones y mil regatistas, se destaca un protagonista inusual: Oli. Se trata de un gato que desafía las olas a bordo de un barco competidor. Este evento marca la primera vez en la historia de la prueba que un felino participa en la travesía marítima.

El felino aventurero es propiedad del navegante Bob Williams, quien, aunque no buscaba ser pionero, no dudó en llevar a su inseparable compañero a bordo del "Sylph VI". Williams, dueño del barco de 12 metros que data de 1960, está de vuelta en la Sidney Hobart después de su última participación en 1972.

El Cruising Yacht Club de Australia, organizador del evento, señaló que no existen reglas que prohíban la presencia de animales, y subrayó que los gatos tienen una larga historia acompañando a los marineros en sus travesías marítimas.

Oli, el primer gato en navegar en la regata Sydney-Hobart. Video: Reuters.

"Oli es simplemente parte del mobiliario del 'Sylph VI' y dejarlo en tierra en el viaje en barco hacia el sur estaba fuera de discusión. He hecho muchas cosas locas, pero esta no es una de ellas", explicó su dueño.

Sin embargo, el "Sylph VI" recorrió un largo camino tras su última aparición en el evento. Williams, un oficial de marina retirado, navegó alrededor del mundo dos veces y media, completando recientemente una circunnavegación sin escalas en solitario a través de todos los grandes cabos en 193 días, con Oli a su lado. 

Este año, el competidor tiene un objetivo claro: completar el recorrido, de preferencia antes de año nuevo. Compitiendo en la división de dos tripulantes junto a Chris Warren, quien participa por décima vez en la carrera. En esta ocasión, ambos esperan cruzar la línea de meta con éxito.

Oli a bordo del Sylph VI. Foto: Reuters.

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¿Cómo es Oli a bordo?

En cuanto a Oli, el felino intrépido de aproximadamente 10 años se unió a Williams hace cinco años y demostró ser un marino experimentado. Aunque al principio se mareaba y se mostraba estresado, según su dueño, ya disfruta plenamente de la navegación.

Por lo general, se puede encontrar al gato en cubierta o durmiendo una siesta en la cabina del barco. "Es muy sensato. Cuando las cosas se ponen difíciles, desaparece abajo para encontrar un lugar agradable y seguro para acurrucarse", comentó su dueño.

Si bien los gatos odian el agua, Williams asegura que Oli sabe nadar y lo demostró en una ocasión al lanzarse al océano para evitar a un perro demasiado agresivo. Además, su dueño expresó que el felino no tiene chaleco salvavidas porque simplemente no lo usaría: "Son Houdinis, escaparán de cualquier cosa que no les guste".