El triste nuevo negocio narco en Argentina: usan madres de bajos recursos como mulas

Cápsulas de cocaína provenientes del estómago de una mula.

Una mujer revela los padecimientos de mujeres que con pocos recursos e hijos por mantener, optan por la dramática decisión de ser mulas con kilos de droga a cambio de 30 mil pesos. El relato desgarrador de Juana.

En diálogo con Infobae, Juana de Ciudad Evita contó que fue palpada el 4 de marzo de 2019 por la PSA en un vuelo rumbo a Santa Cruz, Río Gallegos. Allí le le encontraron casi medio kilo de cocaína pegada en su ropa interior.

En un principio fue rocesada por el juez Sebastián Casanello, titular del Juzgado Federal Nº7, pero sin prisión preventiva. Al tiempo Casanello la exoneraría de la causa con un sobreseimiento firmado el 13 de junio pasado. El magistrado entendió que ella no tenía opción.

“No pudo elegir. Su voluntad estuvo colonizada por sus tratantes y la necesidad de supervivencia suya y del grupo familiar a su cargo. Esa situación excluye su culpabilidad. El Estado no puede formularle un reproche”, escribió Casanello al sobreseerla.

El caso de Juana pone de manifiesto las cifras alarmantes: 85% de las mujeres presas en las cárceles federales están detenidas por violaciones a la ley de droga y 75% de ellas declaran ser el sostén de su familia.

El caso de Juana (nombre ficticio) no es el único que ilustra el artículo. También está Alicia que tampoco llegó a subirse al avión porque la PSA la detuvo en el pre-embarque de un vuelo a Ushuaia con 850 gramos adheridos al cuerpo.

Paquetes dentro del estómago de una mula detenida en Aeroparque.

En la causa de Alicia cayó el peruano Eder Espinoza Linares, acusado de captar a Alicia y a otras seis mujeres para enviarlas con cargamentos de polvo por aire y tierra a diferentes puntos de Chubut y Tierra del Fuego.

¿Qué tenían en común las mujeres que captaba Eder? Todas madres con deudas y sin recursos. Por ejmplo, Alicia debía plata y relató como fue víctima de la prostitución donde quedó embarazada y optó por hacerse cargo de su hijo, pero sin recursos.

Algunas mulas viajaron al sur con cocaína pegada entre las piernas y acompañadas de sus hijos en el avión. Ninguno de los chicos tenía más de dos años.

Respecto a porque los hombres de este negocio eligen a madres con hijos, explicaron: “Necesitan la guita. Nadie te mueve en la calle como una travesti, pero no la vas a mandar al sur. Se le van encima al toque, mucha sospecha".

Quien inició fue una mujer trans. El 9 de mayo de 2016 cayó con tres kilos y medio de cocaína cuando un perro antidrogas lo olió el bolso en un móvil de la empresa Don Otto con rumbo a Comodoro Rivadavia.

Fue condenada el 13 de abril de 2018 a cinco años de cárcel por el Tribunal Oral Federal de Comodoro Rivadavia.